Desde madrugada era complicado librar calles cercadas rumbo al Zócalo que, tan solo un par de horas después, estaría desbordado de caballería, banderas, trompetas y carros alegóricos. El cantar de los pájaros fue rebasado por las trompetas militares que le robaron tiempo al sueño para perfeccionar el acto. Aunque el protocolo fuera el mismo de todos los 20 de noviembre, ésta vez, honrar a quienes lucharon por un mundo justo, no represivo y democrático, sigue más vigente que nunca.
El segundo triunfo en los comicios presidenciales de Donald Trump, la conmemoración de la Revolución Mexicana y la realización de la Cumbre de Líderes del G20 parecen haber estado históricamente coordinados para que, en función de ello, el gobierno mexicano fijara una postura mesurada, ambiciosa pero digna de sus raíces.
Odiadores y simpatizantes, todos querían saber detalles sobre su primer gira internacional, qué había resultado del roce personal con mandatarios y mandatarias en Río de Janeiro. “¡Bienvenida!”, gritaron algunos mientras Claudia Sheinbaum Pardo entraba al Salón Guillermo Prieto.
Luego de la exposición de la consejera jurídica de la presidencia, Ernestina Godoy, y la del asesor de Política y Gobierno, Arturo Zaldívar, sobre el envío de reformas secundarias para consolidar la renovación del Poder Judicial, llegaron las preguntas obligadas para la doctora en ingeniería ambiental.
“Dado el contexto global y mundial, el principal punto dentro de la declaración del Grupo de los Veinte que rescato es el llamado a la paz”, respondió Claudia Sheinbaum, quien recordó su propuesta de reducir el 1 por ciento del gasto armamentista mundial para destinarlo en el programa de reforestación más grande del mundo, una propuesta humanista, calificó, “que vamos a seguir presentando frente al presidente Trump”.
La mención no fue fortuita, pues en medio de la declaración de 85 naciones reunidas en Río de Janeiro, excepto Argentina, para erradicar el hambre que afecta a 733 millones de personas, gravamen a multimillonarios, medidas para la transición energética, reforma de gobernanza mundial y rapidez en la acción climática; Donald Trump, enemigo declarado de casi todas esos ideales, afirmó que solicitará declarar estado emergencia nacional para usar al ejército en deportaciones masivas.
Por su parte, Sheinbaum Pardo respondió a quienes piensan que se toma a la ligera la llegada de Trump: “siempre vamos a ser positivos en la idea de que va a haber una buena relación”, sin embargo, “lo primero es mostrar qué representan las y los mexicanos en Estados Unidos”, como contribuyen a su economía, porque, “frente a lo que se ha hablado de las deportaciones, ¿quién va a tener los mayores problemas? Estados Unidos”.
Mañanera del Pueblo breve, donde también hubo tiempo para disipar dudas sobre supuestas reducciones presupuestales en salud y errores sobre lo estimado para educación superior. Luego, ciudadanos, invitados especiales y medios, realizaron filas para acceder a la Plancha del Zócalo y rodear el escenario donde habría un cúmulo de nuestras tradiciones, música, honor, historia y el momento estelar que tienen las mujeres.
El lábaro patrio fue ondeado en lo más alto del asta monumental mientras sonaba el canto a la bandera para pintar un segmento del espacio aéreo, mientras tres aeronaves de la Fuerza Aérea ayudaron con área restante.
A bordo de un jeep a mediana velocidad, la comandanta suprema dio un pase de revista, después, balas de salva que retumbaron en las palpitaciones de los asistentes, rindieron los honores para la titular del Ejecutivo.
Ricardo Trevilla Trejo, titular de la Defensa, procedió a dar el mensaje alusivo e histórico para culminarlo diciendo, “presidenta, las mujeres y hombres de tierra, mar y aire, reafirmamos nuestra lealtad a las instituciones, a la nación y a usted”.
Atentos las y los 2 mil 576 integrantes del Ejército, Fuerza Aérea y de la Guardia Nacional que desfilaron, escucharon a su comandanta enumerar las tres transformaciones que ha vivido el país y la cuarta, iniciada desde 2018 y que hoy vive el Segundo Piso.
Arropada por todo su gabinete legal y ampliado, así como del Poder Legislativo, Sheinbaum lanzó de nuevo un mensaje al residente en Florida: “Las mexicanas y mexicanos en Estados Unidos, nuestros paisanos y paisanas son héroes y heroínas de la patria, trabajadores que apoyan a sus familias y a la economía de México, pero, también, que se escuche bien y que se escuche fuerte: Contribuyen a la economía de nuestro país vecino, de los Estados Unidos”.
Con ese enérgico llamado, la columna del desfile militar fue encabezada principalmente por mujeres, como si en miles de ellas se representara el aplomo, disciplina y amor por su patria de su líder, aquella electa por casi 36 millones de mexicanos, misma que encabeza la seguridad, dignidad y respeto internacional de México, guste o no.
Las hubo de todas las edades, desde niñas, adultas; a caballo, ponis; con espada, rifles, cananas, disfrazadas de ‘adelitas’ y en carros alegóricos desde donde sonaban cada tanto vivas y ondeaban sombreros de paja.
Pese a la caída de menos de una decena de equinos, tal vez por el resbaladizo azulejo del Zócalo, los nervios o al pisar estiércol, el aplomo demostrado por las Fuerzas Armadas para controlar la situación salió a relucir.
El cierre del Desfile Cívico Militar por el 114 aniversario de la Revolución, fue redondo. En congruencia con su discurso inicial, de tener “claro que solo con el pueblo y apoyo de la mayoría se puede seguir llevando a cabo la transformación”, Sheinbaum recibió un arreglo floral por parte de dos menores que “simboliza la esperanza de un mejor México en sus manos”. Ella, sensibilizada y conmovida, soltó un tierno “mi amor” y no dudó en abrazarlos.
Entre entonación de ‘México Lindo y Querido, por parte de la banda de Guerra de la Defensa, y miles de papeles tricolores, la máxima funcionaria del país bajó del escenario donde estaba para abrazar y llenar de besos a más infantes, adolescentes y recibir regalos de aquellos que, a su corta edad, adoptaron ya el 20 de noviembre como un recuerdo del valiente, digno y soberano país que habitan. Sea cual sea el “extraño enemigo”, o ya conocido magnate, que busque intimidarlo.
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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