Durante la presentación del Plan Nacional de Desarrollo 2025-2030, Clara Brugada, jefa de Gobierno de la Ciudad de México, subrayó la importancia de proteger y revalorizar las tierras ejidales y comunales. Este evento se llevó a cabo en el Museo de la Ciudad de México y reunió a representantes agrarios, autoridades locales y nacionales, así como líderes comunitarios. Brugada destacó que el 60% del territorio capitalino está compuesto por zonas de conservación, que incluyen bosques y áreas ejidales, lo cual es fundamental para garantizar la sostenibilidad ambiental y social en la metrópoli.
La mandataria hizo hincapié en que muchas personas consideran a la Ciudad de México como un espacio exclusivamente urbano, pero existe una riqueza natural que es esencial para el bienestar de sus habitantes. Resaltó el papel histórico que han desempeñado los ejidos en la distribución de tierras y su contribución a la producción de alimentos, agua y oxígeno. Además, enfatizó que el fortalecimiento del ejido es crucial para abordar los retos que plantea el cambio climático.
Brugada también reconoció las complejidades que enfrentan las comunidades ejidales, incluyendo conflictos internos y tensiones con áreas urbanas. Sin embargo, argumentó que estos problemas no deben llevar a descuidar estas tierras, sino a fomentar espacios de diálogo comunitario que permitan resolver conflictos y asegurar derechos. Hizo un llamado a saldar la deuda histórica con las comunidades rurales que han sido afectadas por políticas económicas desfavorables.
Por su parte, el coordinador de asesores de la Presidencia de la República y encargado del Plan Nacional de Desarrollo, Jesús Ramírez Cuevas, señaló que el modelo ejidatario es un ejemplo de lucha y resistencia. Por ello, enfatizó la necesidad de revalorizar el campo, recordando que “vivimos del campo”.
Finalmente, la jefa de Gobierno reafirmó su compromiso con el desarrollo de estrategias que promuevan la justicia social en las comunidades ejidales. Destacó la relevancia del trabajo conjunto con los propietarios y cuidadores de estas tierras para lograr un equilibrio ambiental. “En la Ciudad de México, las zonas ejidales y comunales… son fundamentales para el equilibrio ambiental. Protegerlas es proteger la vida de la ciudad misma”, apuntó.
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