Categoría: Opinión

  • Sigamos degradando la discusión pública

    Sigamos degradando la discusión pública

    Sobresalió como sobresale aquello que se excede en sus proporciones, el que Alito atacara a Noroña en el Senado. Sobresalió porque Alito, amo y señor de una naturaleza porril y autoritaria, fue víctima de un Noroña que lo provocó para perder los estribos. Imaginen la provocación que significa para alguien como Alito que no le den la palabra. Si de por sí, tener que pedirla resulta indignante, que no se la den es mucho peor y no hay forma de resolver tan indignante indignación que no sea a golpes.

    Desde luego que algunos encontrarán indefendible el actuar de Alito “te veo a la salida” Moreno. Para ellos, exigir, educadamente el derecho a la palabra gritando “¡Te parto tu madre, cabr*n! ¡Te rompo tu madre! ¡Eres un put*, cabr*n! Te estoy pidiendo la palabra, hijo de la ching*da”, es inadmisible. Piensan que en la discusión pública se debería argumentar y proponer, piensan que los gritos e insultos no aportan nada al debate político.

    Olvidan que los madrazos son la extensión de la politiquería por otros medios, que los argumentos que presentó Alito al golpear a Noroña son los más claros que Alito y el PRI han presentado en años. El sacrificio de Alito al atacar a Noroña, elevando el nivel de la discusión pública a la altura que la discusión pública merece ser elevada, opaca el hecho de que la verdadera víctima es Alito, dictatorialmente relegado, en las urnas, al nivel de la nada.

    Entrados en gastos

    Normalizar la discusión civilizada en la vida política nacional, es normalizar que la ciudadanía renuncie al uso de la violencia para resolver sus conflictos, es normalizar la generación de soluciones que incorporen diversas perspectivas en la toma de decisiones, es normalizar, ¡horror de los horrorosos horrores!, la posibilidad de alcanzar acuerdos ¡Afortunadamente, contamos con Alito para impedirlo!

    • Carlos Bortoni es escritor. Su última novela es Historia mínima del desempleo.
  • Salud Tabasco

    Salud Tabasco

    Como consecuencia de la falta de inversión en el IMSS Tabasco, muchos enfermos graves que en otras circunstancias sobrevivirían, tienen que morir por falta de atención oportuna y de calidad. Generalmente los especialistas son fríos y poco amables y cada cita subsecuente tarda, cuando menos 3 meses y en ese tiempo enfermedades como el cáncer, la diabetes y otras, avanzan hasta ser incurables.

    Esta situación ha generado la saturación de los servicios en la UMAE de Yucatán, donde la atención es de excelencia, pero insuficiente pues ahí se atiende a toda la península, Tabasco y a  algunas ciudades de Chiapas que son cercanas a  Tabasco.

    Así nace esta carta. 

    Dra. Claudia Sheinbaum Pardo 
    Presidenta Constitucional de la República Mexicana 
    Presente. 

    Con respeto que, le hacemos esta petición. Somos enfermos de cáncer originarios de Tabasco y de algunas ciudades de Chiapas cercanas a Villahermosa. Estamos siendo muy bien atendidos en la UMAE de Mérida, Yucatán, donde también se atiende a los locales, a los de Quintana Roo y de Campeche. El servicio está saturado hasta el extremo de tener que esperar por el inicio del tratamiento de radioterapia hasta 3 meses y para las consultas con los médicos, ya con cita, a veces nos dan esperas de hasta 4 horas porque los médicos también atienden a pacientes hospitalizados de todos estos estados. 

    Nuestra voz se levanta para pedirle que se destine inversión en el IMSS TABASCO para construir una UMAE, que mucho ayudaría a salvar innumerables vidas y a evitar costos de hospedaje, alimentación y transporte a las familias de los enfermos. 

    Esperamos todo su apoyo. 

    El IMSS en Tabasco se cae a pedazos por falta de inversión. Está más que claro que el mal humor de quienes trabajan en la institución, está más que justificado porque sueldos, perspectivas de crecimiento y de una jubilación digna, se ven muy lejos y no son alicientes. La motivación de quienes vivimos de nuestro trabajo, es el salario. A ellos no les alcanza.

  • PUENTES, NO INJERENCIAS: LA COOPERACIÓN HISTÓRICA ENTRE MÉXICO Y ESTADOS UNIDOS

    PUENTES, NO INJERENCIAS: LA COOPERACIÓN HISTÓRICA ENTRE MÉXICO Y ESTADOS UNIDOS

    La visita del secretario de Estado Marco Rubio a Palacio Nacional no fue una ceremonia más: representó la formalización de una voluntad de trabajo conjunto entre México y Estados Unidos. En un momento en que la violencia, el narcotráfico y las redes del crimen organizado atraviesan la vida cotidiana de muchas comunidades, la decisión de coordinarse bajo reglas claras y con responsabilidad compartida merece reconocimiento. Pero también exige vigilancia: la cooperación debe rendir cuentas y respetar la soberanía y los derechos de la población.

    El contexto explica la urgencia. El flujo de fentanilo, el robo de combustible, los túneles clandestinos y los circuitos financieros que sostienen al crimen organizado han generado presión en ambas orillas de la frontera. La migración irregular y sus riesgos humanitarios también demandan soluciones que combinen seguridad, justicia y atención a las causas estructurales. En ese marco, México y Estados Unidos acordaron formalizar un programa de entendimiento sobre seguridad fronteriza, con el objetivo de traducir la retórica en acciones coordinadas, sin ceder en principios de respeto mutuo.

    El acuerdo entre la presidenta Claudia Sheinbaum y Rubio se fundamenta en cuatro ejes: reciprocidad; respeto a la soberanía e integridad territorial; responsabilidad compartida y diferenciada; y confianza mutua. Con base en estos principios se creó un “grupo de alto nivel” que revisará periódicamente avances y operaciones conjuntas: desmantelar redes transnacionales, clausurar túneles fronterizos, atacar flujos financieros ilícitos, prevenir el robo de combustible y frenar el tráfico de drogas y armas. Por México participaron Sheinbaum, el canciller Juan Ramón de la Fuente y el secretario de Seguridad Omar García Harfuch; por Estados Unidos, Rubio y su equipo diplomático. El acuerdo no detalla operaciones concretas —protegiendo tácticas y fuentes—, pero establece un marco institucional que evita discrecionalidades.

    La visita de Rubio transmite un mensaje simbólico y político de peso. Su afirmación “No hay ningún Gobierno que esté cooperando más con nosotros que el Gobierno de México” reconoce públicamente el esfuerzo operativo mexicano reciente. Que un alto funcionario estadounidense lo exprese abiertamente legitima la interlocución bilateral y facilita la coordinación de recursos, inteligencia y procedimientos judiciales. Es una señal de confianza que puede traducirse en más decomisos, más extradiciones bien sustentadas y en una agenda compartida para cortar rutas financieras del crimen.

    La cooperación tiene impactos directos para la ciudadanía. Primero, intercambio de inteligencia más eficaz: no solo información táctica, sino trazas financieras para congelar y confiscar bienes; la Unidad de Inteligencia Financiera y sus pares estadounidenses pueden asfixiar las arcas del crimen. Segundo, coordinación operativa para clausurar rutas y destruir infraestructuras —túneles, laboratorios móviles, embarcaciones— que sostienen al narcotráfico. Tercero, control del flujo de armas y precursores químicos, clave para disminuir la violencia. Por último, procesos judiciales transnacionales más sólidos: detenciones con evidencia, transferencias legales y juicios que eviten la impunidad. Si se ejecuta correctamente, esto se traduce en menos muertes, menos extorsión y menos miedo en las comunidades afectadas.

    Pero la cooperación también implica riesgos. México ha dejado claro que no aceptará acciones unilaterales en su territorio: incursiones, tropas o decisiones operacionales sin coordinación. Por eso los guardarraíles son esenciales: protocolos escritos que regulen el intercambio de información, límites operacionales explícitos, salvaguardas de derechos humanos y transparencia mínima con reportes periódicos. México exige respeto a su soberanía y que la eficacia se ejerza dentro de límites democráticos.

    Para evaluar los avances, propongo indicadores públicos: operaciones conjuntas judicializadas, decomisos homologados, túneles desmantelados, congelamiento de activos y sentencias efectivas contra operadores financieros del crimen. La publicación de estos resultados permitirá medir si la cooperación reduce daños reales y no solo genera cifras temporales. La prensa y organizaciones civiles deberían tener acceso a resúmenes ejecutivos que expliquen los resultados sin comprometer operaciones.

    Aplaudir el reconocimiento de Rubio y la voluntad mexicana no es ingenuidad. Es un llamado a unir fuerzas con prudencia y claridad. Celebrar el puente diplomático es apostar por la seguridad de nuestras familias; exigir reglas claras y rendición de cuentas es defender la soberanía y la dignidad de la Nación. Si la cooperación produce menos violencia y más justicia —respetando la ley y a las personas— todos habremos avanzado. Si no, la sociedad deberá recordar a sus gobernantes que la paz se construye con eficacia, transparencia y límites irreductibles.

    • La columnista, Mariuma Munira Vadillo Bravo, es Maestra en Derechos Humanos y Garantías Individuales. Puedes contactarla en Facebook: MUMA Mariuma Munira, Twitter: @MariumaMunira.
  • AGIR: La Nueva Era del Manejo de Basura en la CDMX

    AGIR: La Nueva Era del Manejo de Basura en la CDMX

    La Ciudad de México enfrenta uno de sus mayores retos: gestionar las más de 12,000 toneladas de basura que genera cada día. Durante años, las responsabilidades estuvieron divididas entre distintas dependencias, dificultando la eficiencia. Para revertir esta situación, en noviembre de 2024 se creó la Agencia de Gestión Integral de Residuos (AGIR), un organismo público descentralizado que busca transformar la forma en que la capital maneja sus desechos.

    La AGIR nace con el objetivo de reducir la cantidad de residuos enviados a rellenos sanitarios, aprovechar materiales reciclables, modernizar la infraestructura y promover la economía circular. Para lograrlo, concentra funciones que antes estaban dispersas, integrando la planeación, recolección, separación y valorización de residuos.

    Entre sus principales metas destacan:

    • Renovar el 50 % de la flota de camiones recolectores para mejorar tiempos y reducir emisiones.
    • Lograr que al menos la mitad de los residuos orgánicos se separen correctamente.
    • Impulsar plantas de reciclaje y valorización para producir composta, biogás y materiales de construcción.
    • Implementar campañas de educación ambiental que fomenten la separación desde los hogares.

    El desafío es también cultural: hoy, solo 2 de cada 10 capitalinos separan su basura. Por ello, la AGIR busca involucrar a la ciudadanía y reconocer el papel de los recolectores y pepenadores, quienes son clave en la cadena de reciclaje.

    Más que un proyecto ambiental, la AGIR representa una apuesta social y económica: busca reducir emisiones, mejorar la salud pública, generar empleos verdes y colocar a la CDMX como referente regional en gestión de residuos. Sin embargo, su éxito dependerá tanto de la infraestructura como de la participación ciudadana.

    Si sociedad y gobierno avanzan juntos, la meta de una Ciudad de México más limpia, sustentable y consciente puede convertirse en realidad.

  • MC desesperado

    MC desesperado

    Movimiento Ciudadano hace del futurismo una fantasía. Intenta crear bases políticas sobre especulaciones y sin sustento en el presente.

    Ahora alquiló una casa encuestadora que no sólo muestra su inexperiencia y falta de seriedad en la metodología sino que no toma en cuenta factores que determinan los resultados de sus consultas.

    La desesperación por borrar la impresión de que las victorias de Movimiento Ciudadano tienen que ver más con el voto de castigo de otros partidos que por las simpatías de sus candidatos, obliga a elaborar prematuras encuestas que parecieran aborto de la esperanza emecista.

    La sobrevivencia política de Samuel García dependerá de la victoria o derrota de MC en Nuevo León. Si gana cualquier otro partido en la entidad Samuel puede despedirse de la costumbre de vivir del presupuesto y utilizarlo como trampolín para negocios familiares. Pensar en la candidatura a la Presidencia de la República, aunque sea por un partido frágil como MC, no sólo depende de la victoria en 2027, por la gubernatura, sino de la diferencia de votos que tenga con su competidor más cercano, es decir, el segundo lugar. Porque si las elecciones arrojan una diferencia mínima, para fines de la posible candidatura de Samuel a la Presidencia de la República simplemente mataría sus esperanzas.

    Esta casa encuestadora de Nuevo León, llamada Territorial, basa su metodología únicamente en especulaciones, sin tomar en cuenta coyunturas previas a la selección de candidatos, en estos tiempos ese olvido es suicida para una casa encuestadora política.

    Las encuestas serias no dan ni el segundo lugar en las elecciones a Movimiento Ciudadano. Samuel García acumula dudas sobre su eficacia y el protagonismo excesivo rebasa su figura real, quedando como un simple referente de su figura en las redes, donde uno no se parece al otro. En uno está Samuelito, alcohólico, machista, corrupto, ignorante, pequeño, y en las redes una especie de super héroe que ha mostrado en la realidad estar muy lejos de serlo.

    Las obras que dice realizar su gobierno, fueron creadas por el gobierno federal, pero se las adjudica como propias, sobre todo en tiempos de campaña e informes de gobierno.

    Pero la irresponsabilidad de la encuestadora Territorial no conoce límites y afirma: “Samuel García Sepúlveda, se está posicionando como la principal figura de oposición con miras a las elecciones presidenciales de 2030”.

    La encuestadora Territorial no es la única instancia que ve el 2030 más cerca que el 2027. Cuestión de enfoques.

    La empresa Cemex, que apoyó la campaña de Samuel, a la que no se le ha reconocido su potencial político no sólo en Nuevo León sino en el país, ya no le apostó todo a Movimiento Ciudadano para la gubernatura, sino que la dividió nada menos que con Waldo Fernández, de Morena, quien cada día tiene menos posibilidades de ser el candidato a la gubernatura, aunque su partido sí se perfila como ganador en las próximas elecciones.

    CEMEX genera ventas por más de 252,889 millones de pesos. Su participación en el PIB estatal es significativa, especialmente en el sector de la construcción, que creció 24.4% en 2023, lo cual le permite acceso privilegiado a mesas de diálogo sobre infraestructura, desarrollo urbano, sostenibilidad y seguridad.
    CEMEX mantiene buenas relaciones con administraciones de distintos partidos, incluyendo el actual gobierno de Samuel García y su partido.

    En 2025, CEMEX advirtió, a través de su director general, Fernando González Olivieri, sobre los riesgos de la caída del gasto público en infraestructura, señalando que esto afectaría la demanda de cemento, lo cual significa una presión técnica sobre el presupuesto federal, especialmente en el primer año de la administración de Claudia Sheinbaum.

    La cementera forma parte del ecosistema industrial de Nuevo León junto con FEMSA y Alfa, lo que le permite articular intereses empresariales comunes, defender intereses comunes y tener enemigos comunes.

    Estas empresas influyen en decisiones legislativas locales, especialmente en temas como movilidad, desarrollo urbano y regulación ambiental.

    En Nuevo león la derecha ya no es el PAN o el PRI, es Movimiento Ciudadano. Anunciar que representan una nueva política con consignas de medio siglo atrás, con gobernadores más cercanos al delito que a la democracia, más próximos a los empresarios que al pueblo, más acordes a la corrupción que a la honestidad, desplaza a los corruptos de antaño para instalarse ellos, en nombre de lo nuevo, cuando en realidad son peores que los de la vieja política.

    Ansiosos por conocer el lugar que en realidad se encuentran en las referencias del electorado, y crean un montaje con una encuesta para ubicarse de nuevo en la fantasía.

  • Cuando el “populismo” resulta ser justicia

    Cuando el “populismo” resulta ser justicia

    México da un paso histórico y pone el ejemplo al mundo con el programa Pensión Mujeres Bienestar, nuestro país se convierte en pionero en justicia social de género, al entregar un apoyo económico mensual a mujeres de 60 a 64 años, reconociendo décadas de trabajo no remunerado, el mismo que sostuvo a familias, comunidades y al propio sistema económico.

    Esta política pública impulsada por la presidenta Claudia Sheinbaum, no solo es innovadora, es profundamente humana, porque se reconoce tu trabajo, si, tu trabajo de toda una vida. No es caridad, es justicia.

    Por décadas, las mujeres mexicanas trabajaron, cocinaron, cuidaron, limpiaron, criaron y sostuvieron hogares enteros, sin horario, sin salario y sin derecho a pensión, hasta que un gobierno con voluntad política, decidió decir, “gracias por todo lo que hiciste, y sigues haciendo, ahora te toca recibir”.

    Y bueno, así nació Mujeres Bienestar, un apoyo a esas mujeres que siempre estuvieron ahí para todos y todas menos para el presupuesto.

    Muchos se preguntan, ¿y las mujeres con recursos económicos también lo van a recibir?

    Sí, el programa es universal, no es selectivo, porque por primera vez se entiende que los derechos no se condicionan por clase social, partido político o nivel de ingresos, así que no se les excluye.

    ¿Y te preguntarás de dónde sale el dinero?

    Pues del presupuesto público, si, ese que antes se esfumaba en moches, lujos, aviones privados, bardas, estelas de luz, condonaciones a modo en los impuestos, hoy llega a donde tiene que llegar, si, a tus manos.

    Este programa nace de una convicción profunda, que nos recuerda que no hay futuro digno en este país si seguimos ignorando a las mujeres que lo han sostenido.

    Conocemos de sobra la realidad de las mujeres mexicanas, que estuvieron y están trabajando en la tierra, en los fogones, en los mercados, sin sueldo, sin descanso, sin voz.

    Mujeres indígenas, campesinas, jornaleras, madres solas, abuelas sabias, pobres entre los pobres, mujeres que antes no figuraban en ningún presupuesto ni en ninguna conversación de poder.

    Hoy, por primera vez, el Estado las mira y les dice, “este reconocimiento es para ti”, no por lástima, no por asistencialismo, sino por dignidad y justicia histórica.

    Si ya te estás beneficiando con este programa, disfrútalo, que los ruidos externos, que las voces de los agoreros del mal, los amarguetas, no te hagan dudar de lo que te corresponde, porque quiero creer que ya entendimos que en el México de hoy, los derechos no se mendigan ni se condicionan.

    Les mando un abrazo fraterno.

  • Fuerzas estadounidenses atacan narcolancha y eliminan a 11 narcotraficantes

    Fuerzas estadounidenses atacan narcolancha y eliminan a 11 narcotraficantes

    Estados Unidos lanzó un ataque a una lancha narcotraficante en el Caribe que dejó como resultado 11 presuntos narcotraficantes muertos. Trump aseguró que la embarcación estaba vinculada a Nicolás Maduro.

    El secretario de Defensa, Pete Hegseth, afirmó que este ataque envía un mensaje claro a los cárteles y destacó que EE. UU. no tolerará el tráfico de drogas.

    Ocho buques de la marina participaron en la operación, con siete en el mar Caribe y uno en el océano Pacífico, Hegseth indicó que sabían quiénes estaban en la embarcación y sus intenciones.

    La banda del Tren de Aragua fue mencionada como parte de la acción. y por su parte, Maduro criticó la presencia militar estadounidense, que tildó como una amenaza para Venezuela.

    Ante preguntas sobre un cambio de régimen, Hegseth enfatizó que esa decisión corresponde al presidente, con esta acción EE.UU. reafirma su determinación de combatir el narcotráfico y la criminalidad en la región.

  • Kenia y la traición de Morena

    Kenia y la traición de Morena

    A continuación quiero leerles unas frases. Ahí les van: “Dicen que Claudia Sheinbaum es una corcholata, yo diría que más bien es una fichita”.Otra frase: “El narco es pueblo, dice AMLO… eso dice el presidente, mientras les llaman narco presidente a AMLO y narco candidata a Claudia. Urge que se vayan”.Otra: “La señora Sheinbaum debe pedir licencia y dejar de dañar a los capitalinos”.Otra más: “La señora Sheinbaum insiste en irse en una campaña ilegal por todo el país”.“Señores embajadores, les pido de la manera más atenta que no mientan como AMLO ni como la corcholata”.Otra: “Es la primera vez en la historia que tenemos a una mujer como presidenta como para permitir que un machista le diga quiénes van a ser sus colaboradores”.Y la última: “Sin duda lo que más impera en el gobierno encabezado por la señora Sheinbaum es la corrupción”.

    Esas son palabras que han salido de la boca de la diputada plurinominal del PRIAN Kenia López Rabadán. No estaría hablando de alguien tan despreciable de no ser por el hecho de que ahora no solo es diputada plurinominal con fuero, sino que también es la presidenta de la Cámara de Diputados y, a su vez, representante del Congreso de la Unión por todo un año. A diferencia de lo ocurrido hace una semana con Alejandro Moreno, que generó indignación por las acciones de los priistas, aquí la indignación no es causada por algo que haya hecho Kenia o el PAN, sino por algo que generó, acordó y pactó Morena. Concretamente Ricardo Monreal Ávila, el eterno Judas que tiene los labios secos de tanto besar mejillas.

    La conducta pusilánime de Kenia López la pone a la altura de su partido: una caterva de racistas y clasistas incompetentes que se la pasan hablando de democracia, pero no pueden ganar una sola elección y jamás llegarían a ocupar puestos como los que hoy ostentan de no ser por las plurinominales. Su componente conservador la ha llevado a participar en los peores espacios del debate público; no por nada tiene una silla garantizada en la mesa de Atypical TV ni fue gratuito que fuese la vocera oficial de la campaña presidencial de la candidata del PAN, Xóchitl Gálvez. No hay nada en su historial político que acredite una razón de peso para nombrarla representante de los mexicanos en el Poder Legislativo. Sin embargo, ya lo es.

    Su preparación es nula y su conocimiento ínfimo, como lo demostró en un debate con el entonces diputado Hamlet Almaguer al asegurar que le era imposible leer un texto de 250 páginas en dos días. No tiene talante democrático: es una censuradora profesional, y puedo confirmarlo por experiencia propia cuando la congresista decidió bloquearme de sus redes sociales, violando mi derecho constitucional de acceso a la información. La demandé y gané el proceso; tuvo que desbloquearme de X —antes Twitter— y ahora debe leer mis comentarios en cualquier red social. Es intolerante a la crítica. Ya ni hablemos de su capacidad para el debate político: gritar no es un argumento, romper tímpanos no es un argumento, repetir un guion no es un argumento, no dejar hablar tampoco es un argumento. Y sin embargo, esos son los recursos que ha utilizado la señora Rabadán en el Senado y ahora en la Cámara de Diputados.

    Pero incluso si dejamos todo eso de lado, si ignoráramos el fracaso político que es Kenia López Rabadán —como lo fueron sus “Contra mañaneras” de las que ya nadie se acuerda—, incluso olvidando todo eso, hay algo imperdonable que no es digno de alguien que porta la investidura de senador, y mucho menos de alguien que presidirá el Congreso mexicano: las frases que citaba al principio de este texto. Nadie que acusa con la ligereza de una pluma a una presidenta de ser narcotraficante debería representar a los mexicanos. Kenia será ese caso. ¿Quién lo permitió? ¿Quién lo acordó? Ricardo Monreal.

    Por ley es cierto que la presidencia de la Cámara de Diputados tiene que ser rotativa; es decir, Morena no puede controlar los tres años la mesa directiva. La ley establece que en cada uno de los tres años de la legislatura deberá cambiar la presidencia según la votación obtenida por los partidos: el primer lugar la ocupa el primer año, el segundo lugar el segundo año y así sucesivamente. Al PAN le tocaba la presidencia, sí, pero a Morena le correspondía decidir qué panista iba a encabezar la mesa. No estaba obligado a elegir entre los cuatro perfiles que propuso el PAN —que, francamente, eran todos nauseabundos—. Si entre Margarita Zavala y Germán Martínez había que elegir, mejor desaparezcan el Congreso. Morena no tenía que escoger entre los candidatos del PAN; podía designar a cualquier panista del pleno y nombrarlo presidente o presidenta. Sin embargo, por la operatividad política de un capricho, el dedo de Monreal apuntó a Kenia López Rabadán.

    La ley estipula que los representantes de los poderes de la Unión, como a partir de hoy lo es Kenia, tienen que ser invitados a los eventos oficiales de la federación. Es decir, en teoría, en los próximos eventos la presidenta Sheinbaum tendrá que compartir escena, pódium y fotografías con la persona que la insultó, calumnió y difamó, gracias al zacatecano que promete reiteradamente su retiro.

    Y aún hay más. Ya ni hablemos de cómo Monreal defendió a su amigo Alejandro Moreno para que pudiera hablar en San Lázaro; ese es otro “pescadito” pendiente. En los hechos hubo traición. Todos los diputados de Morena que votaron para que Kenia López Rabadán fuese la presidenta de la Cámara de Diputados traicionaron a sus electores. Solo hubo cuatro que votaron en contra: a ellos, mis felicitaciones.

    No podemos decepcionarnos de Alito porque conocemos a Alito. No podemos decepcionarnos de Kenia porque conocemos a Kenia. Incluso no podemos decepcionarnos de Monreal porque conocemos a Monreal. De lo que sí podemos decepcionarnos es de que estas cosas sigan ocurriendo… y nadie parezca interesado en detenerlas.

  • Cuando la Inteligencia Artificial deje de imitar y empiece a entender

    Cuando la Inteligencia Artificial deje de imitar y empiece a entender

    En la historia de la tecnología hay momentos que marcan un antes y un después. Así ocurrió con la llegada del internet, con la expansión de los teléfonos inteligentes o con la irrupción de las redes sociales. Hoy, frente a nuestros ojos, estamos viviendo otra transformación que podría ser aún más decisiva: el paso de una inteligencia artificial que imita a una que entienda. No se trata de un debate de especialistas, sino de la frontera política, económica y social que definirá cómo se organiza el mundo en las próximas décadas.

    La inteligencia artificial que usamos cotidianamente, desde asistentes de voz hasta programas capaces de redactar un texto, pertenece al universo de la IA generativa. Estos sistemas aprenden de enormes cantidades de datos y con ellos predicen lo que “probablemente” sigue en una oración, en una imagen o en una línea de código. Son máquinas estadísticas de imitación. Su fuerza es la versatilidad, pero su límite es claro: no comprenden lo que producen. Lo que para muchas y muchos parece casi mágico —que un modelo escriba un ensayo, genere un retrato o resuelva una ecuación— en realidad es el resultado de patrones memorizados, no de un razonamiento real.

    Frente a este escenario aparece el horizonte de la Inteligencia Artificial General (AGI, por sus siglas en inglés), cuyo objetivo sería replicar la capacidad humana de razonar, aprender de la experiencia y adaptarse a situaciones completamente nuevas. Mientras la IA generativa solo responde dentro de lo que ha visto, la AGI aspiraría a integrarse en tiempo real a contextos inéditos, construyendo significado y tomando decisiones con una flexibilidad cercana a la nuestra. Esa es la verdadera disyuntiva: si seguiremos conviviendo con máquinas que imitan o si presenciaremos el nacimiento de máquinas que entienden.

    El debate no es abstracto. Dos gigantes de la industria, Microsoft y OpenAI, se encuentran en el centro de esta carrera. Al inicio fueron socios estratégicos: una alianza de más de diez mil millones de dólares que permitió a Microsoft incorporar los modelos de OpenAI en productos como Copilot, Office 365 o Bing. Sin embargo, lo que comenzó como un matrimonio tecnológico ejemplar hoy se acerca a un divorcio silencioso. El motivo es la llamada “cláusula AGI”, que permitiría a OpenAI romper el contrato con Microsoft si declara que alcanzó la inteligencia general. Para los de Redmond, esta cláusula es un riesgo existencial: podrían perder acceso a la tecnología justo en el momento en que más la necesitan. Para OpenAI, es su seguro de independencia frente a inversionistas y socios que buscan controlar la joya más codiciada de la era digital.

    La tensión ha llevado a Microsoft a preparar un camino propio. En 2025 presentó dos modelos entrenados en sus propios laboratorios: MAI-1-preview para texto y MAI-Voice-1 para voz. Aunque aún no alcanzan el nivel de sofisticación de GPT-5, marcan una estrategia de independencia. El mensaje es evidente: Microsoft no quiere ser solo cliente, sino competidor directo. El movimiento también refleja algo más profundo: el reconocimiento de que la AGI podría convertirse en el bien más valioso del planeta y que depender de un tercero sería políticamente insostenible.

    En este terreno de disputas empresariales emergen también las advertencias de figuras como Elon Musk, quien ha acusado a OpenAI de abandonar su misión original y de transformarse en una empresa orientada al lucro, demasiado dependiente de Microsoft. Musk llegó a afirmar que, tras el lanzamiento de GPT-5, OpenAI “se comería vivo” a Microsoft. Más allá de la exageración, la frase refleja el ambiente de carrera armamentista que rodea a la inteligencia artificial: no es solo una competencia tecnológica, es una lucha por el poder global.

    Lo cierto es que, más allá de la retórica, ya existen señales que apuntan hacia algo nuevo. Investigadores de Microsoft Research publicaron en 2023 el estudio “Sparks of Artificial General Intelligence”, donde documentaron experimentos con GPT-4 que parecían mostrar “chispas” de razonamiento general: resolver problemas matemáticos complejos, interpretar contextos inéditos, generar código creativo. Eran destellos, no una inteligencia plena, pero suficientes para encender un debate mundial. La llegada de GPT-5 en 2025 aumentó la expectativa, aunque la realidad fue más matizada: mejoras en velocidad y eficiencia, pero todavía lejos de un entendimiento humano.

    Estos destellos deben leerse con cautela. Son avances reales, pero no pruebas definitivas de que la AGI ya exista. Funcionan como los primeros vuelos de los hermanos Wright: demostraciones de posibilidad más que soluciones listas para transformar la vida cotidiana. Sin embargo, su valor estratégico es enorme: movilizan inversión, presionan a gobiernos para preparar regulaciones y generan una narrativa pública que influye en mercados financieros y decisiones políticas. Aquí radica un riesgo adicional: que las empresas usen el término AGI como arma de marketing o como ficha contractual, sin que haya evidencia de un salto real.

    Comprender la diferencia entre IA generativa y AGI es fundamental. La primera es poderosa dentro de los límites de sus datos; la segunda promete trascender esos límites y construir conocimiento propio. La primera responde como un traductor que domina el francés porque memorizó millones de textos; la segunda sería como un viajero que llega a una comunidad y aprende el dialecto local a través de la interacción y la experiencia. Una imita; la otra entiende. Y en esa diferencia se juega el futuro de la humanidad digital.

    Mientras tanto, en la vida diaria ya experimentamos impactos profundos de la IA generativa. Estudiantes que la usan para estudiar, profesionistas que redactan informes con su apoyo, mexicanas y mexicanos que encuentran en Copilot una herramienta que ahorra tiempo en sus trabajos. Todo ello anticipa cómo podrían cambiar nuestras rutinas si se concreta la AGI: diagnósticos médicos más precisos, justicia más accesible, ciencia acelerada. Pero también riesgos mayores: pérdida masiva de empleos, manipulación política a escala inédita, concentración del poder tecnológico en unas cuantas manos.

    El futuro de la inteligencia artificial no dependerá únicamente de cuándo llegue la AGI, sino de cómo decidamos construirla y gobernarla. No será un asunto técnico menor, sino la frontera que definirá el rumbo de nuestra civilización digital. La AGI representa la posibilidad de contar con máquinas que aprendan y razonen como nosotras y nosotros, capaces de transformar la ciencia, la economía y la vida cotidiana; pero también encierra riesgos inéditos si su desarrollo queda en pocas manos o se desalinean sus objetivos de los valores humanos. La conclusión es clara: el futuro no dependerá de la fecha exacta en que crucemos el umbral, sino de si somos capaces de garantizar que esa nueva inteligencia se convierta en un motor de progreso compartido y no en una herramienta de amenaza o desigualdad.

  • El día opuesto

    El día opuesto

    Soy un amante de Bob Esponja, por eso es que recurro a un episodio donde bajo un contexto dado por el hartazgo de Calamardo, éste decide engañar a Bob y decirle que es el “día opuesto” donde todo se hace de forma diferente o completamente al revés. Esto pasa con la política de oposición en nuestro país, lo veremos a continuación.

    Posverdad

    Con el término de la guerra fría se fortalecieron narrativas a modo para el neoliberalismo, entre ellas se encuentra el postmodernismo, donde ya no importaba el pasado ni las utopías o revoluciones, solo vivir en el presente y olvidar todo.

    Se pusieron de moda discursos como la posverdad donde no importan los hechos objetivos sino lo importante es tu interpretación y cómo lo veas. Toda opinión es válida según esta postura.

    Así vinieron los terraplanistas, los seguidores de los reptilianos y más entes conspiranoicos. Incluso si nos ponemos muy exquisitos, los mismos neoliberales son muestra de la posverdad con sus teorías económicas no sustentadas en la realidad ni en el análisis de la economía política.

    Entonces así puede el líder del PRI “Alito” y otros legisladores priístas golpear a Noroña físicamente y a su colaborador de comunicación, todo queda grabado en vídeo. Sin embargo, sale diciendo después Alito que él fue el agredido y la víctima, incluso pide protección al mecanismo federal que protege a defensores de derechos humanos. De ese tamaño es el cinismo.

    Y uno pensaría que nadie le cree, sin embargo, el discurso y nado sincronizado de los medios de comunicación tradicionales amplifican el mensaje. En todos esos medios de desinformación vemos de muchas formas la justificación de la agresión, desde la negación de que haya ocurrido hasta decir que ambos se golpearon o que simplemente Noroña lo merecía por un gran abanico de razones sin sentido.

    Hipocresía y mentira

    La derecha es hipócrita y mentirosa como vemos. Son los amantes de la teatralidad que solo saben gritar y ofender pero que no aportan ningún argumento serio en sus participaciones.

    Gritan a los cuatro vientos que el MORENA es un narco partido y una dictadura, mientras lo hacen en un sinfín de medios de comunicación sin que exista censura alguna ni represión contra ellos.

    Son pues mentirosos y cínicos, es que nada más imagínense al PRI quejándose de una dictadura, si wey el pinche PRI que nos reprimía con soldados y que tiene en su CV muchas masacres. Esos dinosaurios se atreven a decir que sufren terrorismo de Estado jaja.

    Pero también nos dicen narcos, si los del PAN tuvieron de narco a su secretario de seguridad con Calderón, ya juzgado el muchacho ese en los Estados Unidos. Esos mensitos son los que nos llaman narcos jaja, que se laven la boca antes de hablar mentiras.

    Se acabó

    Afortunadamente el pueblo mexicano si transformó su conciencia política, subestimado por muchos, pero algo cambió en 2018 y no fue solamente el viraje hacia la izquierda de la política pública de México, también su pueblo modificó su forma de pensar políticamente las cosas.

    Por eso la oposición sigue mintiendo y sigue perdiendo, ya no basta su monopolio mediático, sus campañas falsas y su despilfarro de dinero. Ya se topan con pared con un pueblo digno que si ha visto modificadas sus condiciones materiales inmediatas y al que ya no van a poder engañar.

    Lamentamos las molestias a la derecha y a la élite neoliberal, pero esto es una transformación.

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