Categoría: Luis Tovar

  • La polémica dirigencia morenista

    La polémica dirigencia morenista

    Si uno observa las actuaciones particulares y colectivas de la dirigencia morenista, primero caerá en cuenta en la inexplicable admisión de algunos personajes, otrora acérrimos enemigos del “movimiento”; pero luego, conforme se configura un análisis más a detalle, entonces lo inexplicable pasa al lado opuesto, comienza a tener una explicación que despeja toda duda: el movimiento es preso de la voluntad de unos cuantos donde los liderazgos morales, solo se convierten en referencia de los discursos y no cómo guía y ejes articuladores de la amplia base social que respalda al movimiento en general.

    Y no precisamente hay que reducir el análisis a la llegada de algunos políticos que no pasan desapercibidos al reclamo de la base militante, ese es apenas uno de los elementos que se convierten en motivo de observación y duda, también hay que señalar la manera en la que la pobre dirigencia se muestra incapaz de amalgamar a las demás voces que no cuentan con espacio alguno para expresar ideas y proyectos que institucionalicen la actividad partidista. Dicho de otra forma, las élites herederas de apellidos y no de talentos, cierran a piedra y lodo toda posibilidad de debatir sobre el rumbo que en esta etapa debería tomar el movimiento. Claro que la razón es simple: los amos y señores de las corrientes al interior, pretender engrosar la burocracia partidista con miras a las elecciones intermedias de 2027 y la carrera por la sucesión en 2030 y eso que el gobierno de Sheinbaum no lleva ni un año en el poder. A esto sumemos el acomodo que vienen encontrando los antiguos opositores en diversas áreas de la actividad política gracias a la intervención de los dueños de cada parcela morenista llámese el partido, el senado o la cámara de diputados.

    Por esa razón, resulta necesario identificar una realidad que, conforme pasa el tiempo parece inobjetable, la aparición de bandos (con todo y bandidos) que ven en la crisis de congruencia morenista, una buena oportunidad para hacerse de beneficios a partir de la demagogia ya gastada de “la pureza” o la lealtad a Sheinbaum y López Obrador, salvo admirables excepciones. Esos, a mi parecer, todavía están peor, porque la militancia en general identifica de manera clara quienes son los vividores de siempre del partido, sin embargo, comienzan a aparecer otros vivales de suma hipocresía agitando la bandera de la salvación del movimiento; de todos esos, ni a cuál irle, al menos si se tiene memoria de cómo se construyó en sí este movimiento.

    Estando así el tema de MORENA, no es el crecimiento de la oposición lo que puede provocar años de retroceso en la vida política nacional, sino el propio partido que va caminando a paso veloz en la pérdida de legitimidad, primero hacia quienes confiaron en el movimiento, lo construyeron o de manera noble se hicieron parte de él, y, posteriormente, a quienes hoy dan su respaldo a la presidenta de la república. Claro está que a Alcalde, Luisa María, poco le importa mientas se garantice a sí misma brincar a otra posición terminando la presidencia; de igual forma, poco le importa a López Beltrán, Andrés, mientras cumpla con la ambiciosa meta de afiliación, nomás que, en su caso, tiene mucho más que perder: la credibilidad de sí llegó a la secretaría por mérito propio o por ser hijo de quien es.

    Una posdata obligada: Con eso de la guerra de opiniones entre los que defienden el ingreso de personajes nefastos y vulgares versus los que se oponen, hay algo que verdaderamente genera pavor: la descalificación de las vacas sagradas sobre quienes insisten en la crítica constructiva. O sea, el sectarismo vulgar de los primeros reprimiendo desde la comodidad del cargo a los segundos. Qué vergüenza.

  • La ilegitimidad de Niágara Bottling en México

    La ilegitimidad de Niágara Bottling en México

    Cuando un grupo de compañeros nos reunimos en 2018 para discutir sobre la crisis de identidad por la que atravesaban las organizaciones campesinas (encontramos entre otras) dos realidades completamente innegables: la sumisión a los procesos electorales como sinónimo de supervivencia política y la falta de una verdadera causa que fuera más allá de los discursos plagados de lugares comunes. Sin afán de faltarle al respeto a ninguna organización (muchas de ellas han sido parte de la construcción democrática de este país), la crítica dura buscaba generar un clima de conciencia que invitara a las históricas organizaciones de lucha campesina a mirar atrás para retomar los orígenes, refrescarse en lo interno y adaptarse a una nueva realidad que en verdad contribuyera a la emancipación de los campesinos y a la protección de su entorno, especialmente cuando la crisis en el campo se agudiza de manera alarmante hasta estos días.

    Ese mismo año se realizó la asamblea constituyente de la Fundación para la Defensa del Medio Ambiente y el Respeto a los Derechos Humanos de los Núcleos Agrarios. FUDEMAH A.C. con el propósito de realizar acciones contundentes que se encaminaran hacia la presentación de propuestas claras y programa de lucha que priorizara la defensa del medio ambiente. Los logros son bastantes modestos en estos 7 años, pero a la vez de mucha satisfacción por la conciencia ambiental y social con la que fueron concebidos y por sus alcances. Entre estos logros y tomando en consideración el contexto actual, me atrevo a comentar el caso de la empresa estadounidense “NIAGARA BOTTLING” a manera de demostrar que la lucha organizada no sólo se da con la protesta, sino que también se deben contemplar las batallas legales y la construcción de una vía de comunicación entre los sectores involucrados; claro está, los que son afectados. 

    Hace un año, como Fundación emprendimos una campaña legal en contra de “NIAGARA BOTTLING” pues los actos y hechos que realiza la empresa claramente contravienen las disposiciones de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y de la Ley de aguas nacionales, ya que, de manera rapaz, embotellan nuestras aguas nacionales para su venta al público. Hecho que toma relevancia si tomamos en consideración que el embotellado de aguas nacionales para su venta, conforme al marco constitucional y legal vigente, es una actividad prohibida, es decir, la empresa “NIAGARA BOTTLING” al amparo de una concesión otorgada de manera ilegítima por Peña Nieto en 2018, contraviene todo precepto legal y, en consecuencia, atenta contra nuestra soberanía nacional. Por supuesto que no parece extraño que este ex presidente estuviera interesado en que se otorgara la concesión, tomando en cuenta que la embotelladora se estableció en el Municipio de Soyaniquilpan de Juárez, Estado de México cuando era Gobernador Alfredo Del Mazo. 

    Una concesión es legal indudablemente, ya que la explotación, el uso o el aprovechamiento de las aguas nacionales se realiza mediante esa figura de acuerdo con las reglas y condiciones que establezcan las leyes. De ahí que, para FUDEMAH, resultó de especial importancia analizar cuáles eran las reglas y condiciones que imponen las leyes a los concesionarios de aguas nacionales. Pero si bien se hace énfasis en el carácter “legal” de la concesión con todo y las dudas que provocan la falta de estudios exhaustivos, ésta no precisamente es legítima, sobre todo porque nuestras leyes y su aplicación deben ser interpretadas del modo más favorable a la protección y preservación de los recursos de agua y ecosistemas conexos, como se estableció en el “Octavo Foro Mundial del Agua. Brasilia Declaration of Judges on Water Justice. Brasilia, 21 de marzo de 2018”.

    En ese sentido, FUDEMAH ha demostrado “NIAGARA BOTTLING” realiza a todas luces una actividad prohibida, que atenta contra la preservación de los recursos hídricos y, por tanto, contra la seguridad nacional, afectando los derechos humanos al medio ambiente, al agua y a la salud de la colectividad.

    El resultado hasta ahora es positivo ya que “NIAGARA BOTTLING” se encuentra clausurada gracias a las acciones legales que emprendimos, demostrando así que, ante el poder económico se puede establecer un frente común vigoroso si anteponemos nuestro compromiso con la madre tierra como una de las más nobles causas que debe abanderar cualquier ambientalista. Ante este logro de verdadera justicia ambiental que aún le queda un buen tramo por recorrer, le resta a FUDEMAH mantener el rumbo y buscar de manera permanente aliados de otros colectivos de la sociedad civil con verdadera vocación ambiental y alejados del cálculo político – electoral.  Pero también, con franqueza sostenemos que a la CONAGUA a cargo de Efraín Morales (de quien tengo la mejor de las opiniones) le toca respaldar dichas acciones para que nuestros recursos naturales, nunca más queden en manos de poderosos. Eso para nosotros es justicia en todas sus acepciones.

  • Modestia aparte

    Modestia aparte

    Sin siquiera insinuar (porque el respaldo popular así lo señala y no habría necesidad) que se trata ni más ni menos de una de las mujeres más poderosas del mundo, a Sheinbaum le bastó asumirse como compañera, como una “modesta militante con licencia” con solvencia moral incuestionable para hacer añicos la soberbia de uno que otro (a) protagonista del “neomorenismo” juvenil con la brújula ideológica perdida. Y qué bueno, pero no en sí por el “estatequieto” que ya se está haciendo costumbre proferir a los morenistas desde las conferencias del pueblo en Palacio Nacional, sino porque al menos (y no poca cosa) estas incongruencias no pasan desapercibidas y dejan claro que, en muchos casos, no es la narrativa burda de la oposición afuera lo que se impone, sino los hechos de dentro.

    Del bloque opositor ya ni es tanto la narrativa la que llama la atención, ha invertido tantos recursos de todo tipo para falsearla que terminó por parecerse al cuento de Pedrito y el lobo, pero de lado de MORENA como que no cantan tan mal las rancheras, porque si algo va encontrando el ciudadano en la oratoria usada a menudo, es la ecolalia intencional inspirada en López Obrador. Lo que no entienden en el mundo político, al menos en el caso de MORENA y particularmente en el de la senadora Andrea Chávez, es que se acabó el tiempo de los discursos plagados de generalidades y de justificaciones que atentan contra la inteligencia, tanto del ciudadano en general como de los seguidores de la 4T.

    Pongo un ejemplo: Con este asunto de los “supuestos” pero más que claros actos anticipados de campaña que involucran a la joven senadora de Chihuahua, la protagonista acusó que los señalamientos en su contra por parte del PAN fueron “por llevar médicos y enfermeras a las colonias de Chihuahua”. Habría que decirle a la senadora que el hecho de que una denuncia provenga de un opositor, no le resta valor por más que el emisor carezca de calidad moral. A esto sumemos (otra vez) la ecolalia intencional: ¿Amor con amor se paga? ¿Abajo con el territorio?, ¿Mi gente? ¡Vaya discursos que se ven obligados a emplear para justificar lo injustificable! Y sin afán de ofender (la crítica dura se expone a ser confundida con la ofensa) lo cierto es que, tanto como el acto señalado como los argumentos de la senadora son bastante reprensibles.

    El problema es que los actos de la senadora, es decir, llevar servicios médicos a la ciudadanía, no son precisamente lo que se critica, sino dos cosas que resultan fundamentales y que han sido un eterno reclamo hacia la demagogia política: primero el origen de los recursos y la obligada necesidad de transparentarlos y segundo, la muy evidente acción anticipada de campaña que viola tanto principios éticos como la legalidad; aunado a esto, resulta una pésima señal que la senadora Chávez se crea la fantasía de que el problema es por llevar servicios de salud a la gente, acción que no estaría mal por sí misma y menos siendo una carencia real de Estado norteño, sino por el modo fastuoso que genera muchísimas suspicacias. Diría AMLO en una de sus clásicas ¿Quién pompó? 

    En fin, aquí la cuestión es que no son un tema menor para el morenismo estás malas prácticas sin dejar de lado la posibilidad que tiene la senadora de aclarar la situación, pero poco a poco van saliendo a flote las consecuencias de la dichosa rentabilidad electoral que deja en segundo plano la definición ideológica de muchos que tienen hoy un espacio en el Senado o en la Cámara de Diputados; Por eso, en un ejercicio para ordenar y orientar la casa en bien del movimiento, MORENA no debería esperar que desde Palacio Nacional se le aviente el cambio de luces, sino anticiparse y exigir el irreductible apego a los principios éticos que se han exigido desde siempre, aunque hoy resulte ingenuo pensar que Luisa María Alcalde es capaz de actuar como líder de un partido y no bajo consigna.

    PD. Otra vez bien la postura de la presidenta de la república, está a toda madre que desde esa tribuna y desde la responsabilidad dirigente, se emita una opinión basada en el sentido común, pero… ¿cuántas veces más tendrá que salir durante el sexenio a referirse sobre este tipo de situaciones?

  • Luisa María Alcalde, no queda de otra: administrar el desastre

    Luisa María Alcalde, no queda de otra: administrar el desastre

    Cuando las dirigencias de cualquier partido se desviven por esconder una crisis, ya sea negando directamente su existencia o aparentando que todo marcha conforme los deseos del pueblo, es sinónimo de dos cosas: o la crisis ha llegado a tal grado que no se sabe cómo atajarla, o de plano se avienta la toalla para no hacer algo más allá que administrar el problema; total: un cargo en MORENA te lleva a otro cargo, aunque al partido se lo cargue. 

    Así anda más o menos la situación en MORENA con la dirigencia que por más que se esfuerza, como que no termina de convencer, aparte del flaco favor que le hacen los protagonistas de los señalamientos recientes como el jugadorazo del América que, como político es muy buen delantero  A esto vayamos sumando algo que es cada vez más cierto, la actitud de la presidenta nacional de ese partido que conforme pasan los días, se parece más a la presidencia del perredista Jesús Zambrano, aquel que varias veces se aventó la frase esa de “el muerto que vosotros matáis, goza de buena salud” y que al final, fue el quien lo mató; pues así la joven heredera de los apellidos (y cercanías) Alcalde – Luján, cuya omisión y/o silencio en casos muy específicos (pero ya muchos), pareciera continuarán durante su presidencia, no vaya a ser que la autocrítica desprestigie más al movimiento que casos como los de Cuauhtémoc Blanco (con todo y el consagrado derecho constitucional a la presunción de la inocencia)

    Aquí el problema no está solo en el silencio ante acusaciones de diversas naturalezas, sino también en esa lógica de que todo lo que debe hacer el partido del gobierno es convertirse en un apéndice de éste y erigirse como principal vocero de las acciones de Claudia Sheinbaum. Algo similar al error del PRD de cuando apenas comenzaba a gobernar la capital del país con el slogan es que rezaba “El PRD, gobierna para tu bien”, ¡Caray!, desde que alguien en la izquierda creyó que circunscribir las acciones del partido a las acciones de gobierno era sinónimo de rentabilidad electorera, pues la cosa se jodió. Así anda ahora la presidenta morenista, un día sí y otro también destacando las acciones de gobierno, que no está mal en sí, si no olvidara que en la calle hay muchas más causas por abanderar y que una sola de ellas, una sola de esas causas no le pertenece en lo absoluto a las voces opositoras. Existen, sobreviven y resisten, entonces ¿por qué no acompañarlas?

    La razón parece muy simple, tanto la capacidad como el cálculo político de Luisa María Alcalde le permiten identificar los casos más complicados en la jungla morenista, sabe perfectamente cuales de ellos pueden tener mayor impacto negativo para el movimiento. Aquí la capacidad se entrelaza con la conciencia y se opta por una decisión moralmente correcta, pero el cálculo político se cruza con la conveniencia y se opta por una decisión políticamente correcta, de queda bien.

    Así lo muestra el caso de Yunes, donde más allá de dar una respuesta contundente, responde con tibieza y no de la manera enérgica que ameritaba el caso, situación que causa verdadera lástima cuando historiadores de la Cuatro T sentados en la soberbia conferida por el título de vacas sagradas, aplauden una postura timorata siendo que lo que se ocupa es el repudio a la trayectoria del expulsado panista que decidió ser morenista y al que le dijeron cantinfleando que no puede ser morenista (aunque lo haya pedido) porque no ha renunciado al PAN. ¡No señores!, ¡no sean ridículos y digan cómo es! no puede ser morenista porque sencillamente ofendería a su militancia, ¡basta de guardar las formas para que no se enojen en el senado! 

    En fin, el muerto que aun nadie quiere matar, en realidad ya lo están matando. El problema es que afuera, de manera paciente, se va gestando un nido de inconformes que empiezan a tomar forma para asaltar al movimiento, se alimenta poco a poco de las entrañas del morenismo y opera bajo el cobijo del presupuesto, ojalá no sea tarde cuando Claudia Sheinbaum descubra quienes son y con quien se juntan.

  • Lo que está parejo no está chipotudo

    Lo que está parejo no está chipotudo

    Menos cuando se trata de esclarecer si alguien es víctima de persecución política y menos si hay de por medio algún tipo de violencia de cualquier tipo contra cualquiera, especialmente cuando se trata de las mujeres.

    Pero todo esto viene a colación del suceso en la Cámara de Diputados donde el actor del desaguisado vuelve a ser Cuauhtémoc Blanco. Para empezar, vayamos un poco atrás: el gobierno de Morelos durante el sexenio del ex jugador pasó con más pena que gloria; desde su nada atinado ejercicio de gobierno, hasta las diversas acusaciones tanto de corrupción como el abandono del estado dejándolo a merced de sus operadores.

    Esto por supuesto que no pasó desapercibido por la entonces candidata a la presidencia de la república quien, en un acto a puerta cerrada, señaló el entorpecimiento de las acciones de Cuauhtémoc al proyecto de la entonces candidata a gobernadora. No obstante lo anterior y fiel a la dinámica de MORENA de tapar el sol con un dedo, se premió al ahora ex gobernador con una diputación federal que más pareciera servirle por aquello del fuero que por el aporte legislativo que pudiera ofrecer.

    Ahora el problema está en esta serie de acusaciones que se vienen encima para el morenista; por supuesto que en este país (se supone) existe la presunción de la inocencia, pero la cuestión acá radica en el impacto negativo que se genera hacia la ciudadanía. Digamos que más allá de adoptar una posición firme y clara en la que se someta el señalado al marco de la legalidad y la legitimidad, se opta por operar para que la maquinaria aplastante de la mayoría, no permita que se investigue si existe o no alguna falta, más allá de la gravedad del supuesto o probable delito.

    Eso es lo que hoy en día lastima al movimiento, que lejos de que MORENA se auto obligue a demostrar la probidad de todas y todos sus principales liderazgos, se prefiera dejar trozos enormes de dudas que comienzan a fracturar la vida interna del movimiento en general. Esto no significa que se ponga a Cuauhtémoc como culpable en automático, sino que pareciera o se da la impresión de que lo verdaderamente importante es cobijar al señalado que demostrar su inocencia por los causes adecuados o como resultado de las investigaciones.

    Nuevamente mal, muy mal queda MORENA en la Cámara de Diputados de frente a la nación, se sigue con la lógica de evidenciar las diferencias al interior, de establecer la ley del más fuerte o el que más adeptos tiene para continuar con el control de las voluntades a manera de demostrar un músculo que se va haciendo más flácido para la ciudadanía que sigue creyendo en un proyecto encabezado por Sheinbaum.

    A como están las cosas, todo parece indicar que el proceso de descomposición irá en aumento sin que se vea posibilidad de detenerlo, en una de esas y teniendo el contexto de la aparición de nuevas fuerzas políticas, no se dudaría ni tantito que los de enfrente se organicen y les den un buen susto para el 2027.

  • Disculpa no pedida, culpa aceptada

    Disculpa no pedida, culpa aceptada

    Y si no se acepta la culpa (que es lo más probable) cuando menos vergüenza si les generó a los protagonistas de ese bochornoso momento durante el pasado domingo cuando Monreal, Velasco, Adán Augusto y compañía, no se percataron de la presencia de la presidenta. Puede que la distracción sea una nimiedad como dice Sheinbaum, pero puede que no. Puede que sea cualquier cosa (muy lejana a un desaire), o bien, puede que el suceso sea algo así como un reflejo de que no todos andan en el mismo canal. 

    Claro que el acontecimiento ha sido motivo de diversos señalamientos, empezando por los “opinólogos” del mundo opositor que hasta lo que no come le hace daño, pero también, en honor a la verdad, ha alcanzado la voz crítica de algunos personajes con simpatía o identidad con el movimiento “cuatroteísta” por la desatención. Solo que aquí hay que ser claros: ni muy, muy ni tan, tan; ni es tan poca cosa como para pasar inadvertido ni tampoco es como para desgarrarse las vestiduras y colocarlo en el estatus de “desaire”. Es penoso porque la convocante es nada más y nada menos la líder indiscutible del movimiento social y político más importante de este siglo y, por si fuera poco, se trata de la presidenta de este país. Así que, en un evento de esa naturaleza, la atención se centra en el liderazgo y el mensaje de quien convoca, especialmente por el espíritu de la concentración, lo demás sencillamente es lo de menos.

    Ahora bien, de los protagonistas del hecho habría que decirlo con toda claridad, de manera obligada debían estar pendientes de los movimientos de la presidenta, no por la pleitesía o los protocolos acostumbrados por la vieja práctica política, sino por respeto a la investidura presidencial que un día sí y otro también, deja en claro que la prudencia es una marca que trata de afianzar desde el ejercicio de gobierno. Así lo ha demostrado en diferentes ocasiones cuando ciertos temas de trascendencia como la ley contra el nepotismo o la iniciativa contra la cobranza delegada han generado una serie de polémicas innecesarias. Más que desaire, si se coloca en su justa dimensión, digamos que el suceso se trató simplemente de un descuido.

    Pero el problema aquí no es en sí el descuido, sino todo el contexto en general, ya que si se revisa a detalle, pareciera no tratarse de un hecho aislado, sino de toda una lógica de prestar poca atención a los detalles. Imagínense si una desatención de este tamaño se presenta con la presidenta de la nación, ¿qué no ha de pasar abajo con la militancia morenista o con los simpatizantes del movimiento que no se ven ni se escuchan por ningún lado? Por esa razón creo que el problema es más allá del acontecimiento y que sí es un reflejo fiel de que no todos los liderazgos están conscientes del momento que se vive. Pareciera que todo mundo está más preocupado por la agenda propia que por la situación del país, al fin y al cabo, el espacio les permite trazar una ruta hacia futuro olvidándose penosamente del momento que vive el país y de la necesidad que se tiene de fortalecer al movimiento.

    Estas líneas no pretenden ser una crítica sin ton ni son, no se pretende justificar lo injustificable pero tampoco abonar a la exageración como han pretendido otros medios. Pongamos un claro ejemplo: en el periódico “El Universal” bajo un texto de autoría de Guillermo Sheridan se deja entrever a López Beltrán como artífice de un partido de Estado que ningunea a Claudia Sheinbaum. Ni una cosa ni otra, a estas alturas, la presidenta del país ha demostrado que al pan, pan y al vino, vino; las decisiones de gobierno no se van a someter a capricho de unos cuantos y tampoco se avalarán decisiones que vayan en contra de la voluntad popular. Si alguien está desatento o va contracorriente, lo más seguro es que termine por perderse en el camino. Allá ellos.

  • El cinismo de Salgado Macedonio

    El cinismo de Salgado Macedonio

    ¿Qué necesidad tiene Claudia Sheinbaum de opinar sobre las declaraciones de Félix Salgado Macedonio cuando el país atraviesa un periodo interesante con eso de los aranceles? Claramente ninguna, pero el hecho de que no haya necesidad no significa que se deje pasar la oportunidad para avisarle al patriarca guerrerense que, si no hay pleito abierto, cuando menos lo traen entre ceja y ceja en la presidencia. ¿Por qué? Sencillamente porque ese cacicazgo de Guerrero es de lo más incómodo que hay en MORENA y cada vez cuesta más trabajo negar su influencia negativa para el movimiento. Y eso que, ni siquiera hay que escarbarle a fondo, así nomás por encimita queda claro cómo este caso, al igual que muchos otros en el mundo guinda, se la pasan cometiendo atrocidades en sus estados gracias al descarado nepotismo que, dicho sea de paso, se permitió desde la dirigencia de ese partido. Ah, eso en cuanto a la dirigencia y hay que ser críticos en verdad, pero, ¿y las voces al interior de MORENA que prefirieron callar cuando designaron a Evelin Salgado como candidata dónde quedaron? Pues nada más y nada menos que en el silencio cómplice que de frente acusa y por la espalda convalida para no arriesgarse a perder los privilegios.

    En ese sentido, hay aquí dos cosas que observar: una dirigencia complaciente a los chantajes de los caciques estatales y una serie de dirigentes que pierden hasta el sentido común cuando se trata de perpetuarse en el poder. Imagínense, si de por si esto es por demás cuestionable y y que estamos hablando de Guerrero, agreguemos el cinismo que caracteriza la actividad política del senador guerrerense, pues dicho cinismo alcanza niveles jamás antes vistos, y si no, pongamos como ejemplo ese discursito mamón de que una eventual candidatura (hablando de sí mismo), no sería producto de la herencia, sino de la voluntad del pueblo guerrerense ¡hágame usted el favor! O sea que, para el legislador, tanto el cacicazgo como el control de la actividad política en su Estado, emanan de la voluntad popular y no del capricho y contubernio de unos cuantos. ¡Ver para creer!

    Caray, que vergüenza es que exista un movimiento tan amplio y plural en el país con liderazgos tan pobres, porque eso entonces deja ver que no hay diferencia alguna entre lo que denunciamos y lo que hacemos… Peor aún, ni siquiera se busca guardar las formas o cuando menos disimular, el descaro es tal, que abiertamente se expresa la podredumbre, aunque se pretenda hacerse el chistoso como si con eso se limpiara la mancha. Estando así la cosa, quienes nos identificamos con el movimiento parece que nos vamos enfrentando a un dilema, ¿se construye una nueva era desechando de manera valiente a personajes como Salgado Macedonio o callamos cobardemente (como hasta ahora) y dejamos que se joda el movimiento? Ahí sí que cada quien decida y se haga responsable, total, para algunos el rechazo de la militancia, bien vale ser Secretario de Educación ¿verdad Mario?

    Pero bueno, dicho lo anterior en esta referencia a Guerrero en particular, habrá que recalcar: ¡no, no y no! No hay toro, lo que hay es un wey que cree que el futuro político del Estado le pertenece por gracia divina, se llama Félix Salgado Macedonio y ponerlo en su lugar, no debería ser cosa de Sheinbaum, sino de aquellos que aun cuentan con cierta solvencia moral en MORENA, y que por cierto, cada vez son menos.

  • MORENA y los caballos de Troya

    MORENA y los caballos de Troya

    Entre la clase política que fue perdiendo presencia e injerencia en la vida pública, quizá fueron los ligados al poder económico los que más resintieron el repudio de los millones de electores que otorgaron su confianza a la Cuarta Transformación. Algunos de ellos optaron por atrincherarse en los negocios turbios con un bajo perfil que les permitiera beneficiarse de los contratos de gobierno sin hacer tanto ruido. Otros prefirieron apostarle abiertamente a la confrontación pensando que podrían abonar a un imposible triunfo de la oposición y los otros, no pocos habría que decirlo, optaron por tatuarse la camiseta del morenismo para adentrarse lo más profundo posible a la vida interna de ese partido incluyendo la administración pública.

    De estos tres casos, los primeros siguen nadando de a pechito en los pasillos del poder legislativo y del ejecutivo con operadores que dedican el tiempo completo a obtener las mejores oportunidades para sus principales jefes, ya sea comprando voluntades o cobrando favores. Aquí el cabildeo no sería en sí un problema si la participación de las empresas fuera justa, pero como se ha visto en muchos casos, la corrupción desde dentro sigue permeando, sobre todo cuando se ha permitido que espacios de decisión queden en manos de alguno que otro que sirve al interés de quien lo colocó y no al proyecto como tal. Aquí la fórmula para erradicarlo es sencilla, baste con poner orden y revisar con lupa la actuación de cada quien, y si no, para muestra el botón del sistema nacional anticorrupción. El segundo caso pudiera ser el menos malo, que en un sistema democrático, un grupo de cualquier naturaleza política, dedicara sus energías (y recursos) a cuestionar u oponerse al proyecto de la 4T es normal, al final de cuentas de eso se trata la participación y para eso sirven los distintos foros de expresión.

    Sin embargo, el tercer caso es el más temible de todos, ya que el chapulineo se hace presente por todos lados sin que se vea por donde se cierre la puerta morenista a esta nueva clase política que viene emergiendo con mucha fuerza desde comienzos del mandato de López Obrador. Lo temible es que algunos de ellos inciden directamente en el acontecer partidista desde dentro, pero será aún peor, pues ahora comenzarán una etapa de desdoblamiento que les permitirá tener mayor alcance ahora que está en puerta este proceso para la constitución de nuevos partidos políticos como lo prevé la ley.

    Entre todos los grupos que buscan hacerse de un partido político a partir del próximo año, los más cuestionables serán sin duda los que manifiestan cierta identidad con la 4T. Paradójicamente, aquellos que provienen de fuerzas contrarias u opositoras, tienen perfectamente definida la estrategia a seguir, se sabe cual es su ideología a la perfección y no se duda en lo más mínimo que su principal bandera es oponerse a todo lo que signifique el obradorismo o su continuidad con Sheinbaum a la cabeza del movimiento. Pero los que se dicen estar de lado de ese espectro de la Cuarta Transformación, son en algunos casos, los que siembran la duda acerca de las verdaderas motivaciones. Por eso resulta incomprensible que morenistas con afiliación busquen crear un nuevo partido, no porque se cuestione su derecho a hacerlo, mucho menos si su postura frente al actuar partidista queda de manifiesto, lo cuestionable es que forman parte de las estructuras que fortalecen la burocracia partidista por encima de programas y principios, eso es lo que se cuestiona. 

    La crítica una vez más es a la dirigencia, no basta con emitir comunicados de la comisión de honor y justicia amagando con iniciar procesos de expulsión, hace falta fajarse por completo y comenzar a realizar una purga antes de que el caballo de Troya se les adentre aun más.

  • ¡Venceremos!

    ¡Venceremos!

    El pasado martes durante la conferencia del pueblo, tuve la oportunidad de apreciar una imagen que me pareció impactante y que me generó una sensación de triunfo y satisfacción como militante de un colectivo con orientación ideológica firme. Esa imagen era nada más y nada menos que la nueva versión de aquel emblema de antaño llamado “Hecho en México” acompañado al pie de la contundente frase ¡Venceremos! 

    No puede generar en mi persona mayor beneplácito el ver como el proceso de transformación política en nuestro país entra en una nueva etapa en la que resurge la necesidad de mirar hacía dentro reconociendo la fortaleza que posee la capacidad constructora y creativa nacional, dándole la importancia que merece y colocándola donde siempre tuvo que estar, es decir, en las prioridades de la política pública en aras de abarcar todos los campos productivos de la sociedad. A eso hay que agregar lo que significa la palabra ¡Venceremos!, el aliento que deja en claro que puede que tengamos la adversidad enfrente, sobre todo en este clima internacional, pero que, teniendo una postura firme, como se ha demostrado hasta hoy, representa la clave para salir victoriosos. Venceremos es en sí un grito de guerra que hoy acompaña las acciones de gobierno de la mano de la unidad popular, de un sentido más justo y equitativo que incluso colocará a este país en el liderazgo definitivo de los pueblos del centro y sur del continente y eso es de reconocerse. 

    Venceremos no es un grito de desesperación, sino un canto de libertad definitiva cuyo camino se ha trazado desde nuestro nacionalismo sí, pero también de nuestro internacionalismo como pueblo hermandado con las naciones del mundo, especialmente con nuestra América Latina que ve en este país al hermano que apuesta por generar naciones más prósperas y justas para hacer frente al modelo neoliberal alejándose de toda sumisión. Venceremos es un llamado poderoso cuyo eco llegará a retumbar en otros continentes y que dará paso a una nueva manera de relacionarnos con la comunidad internacional.

    Venceremos no es demagogia, es unidad e identidad nacional, es una sentencia de que este país dio un gran salto hacia la igualdad y la equidad para acabar con la pobreza y la marginación; para que el poderoso comprenda al fin que toda postura imperialista, dentro y fuera de nuestras fronteras, solo quedará como un penoso accidente de la historia que nos dejará una sola enseñanza: el predominio de las fuerzas decimonónicas no es eterno, puede llegar a su fin cuando se involucra a todas y a todos y cuando se suman fuerzas de distintas naturalezas para hacerles frente.

    Venceremos es un sueño común que exige nuestra participación sincera pero también organizada para que las nuevas generaciones gocen del fruto de la lucha democrática por la que dieron su vida miles de personas en México y en otros países. Venceremos es hoy una realidad que alberga la esperanza que quisieron robarnos pero que jamás pudieron, por más que se amenazaran las ideas.

    El plan está ahí bien definido con esta campaña y habrá que reconocer el invaluable aporte de todos los que han participado: sociedad civil, empresarios, estudiantes, campesinos, comunicadores, maestros, todas y todos merecen un reconocimiento como también lo merece la presidenta de este país a la que seguiremos respaldando desde el lugar donde nos toque estar. Venga como venga la adversidad, ¡VENCEREMOS!

  • ¿Qué Haces Pedro?

    ¿Qué Haces Pedro?

    Ha de ser muy difícil para muchos militantes de MORENA comprender por qué existen personajes como Pedro Haces en las filas de ese partido, ya sea ocupando cargos importantes, coordinando actividades o conduciendo proyectos. Ha de ser difícil ver cómo lo suntuoso se convierte en el sello principal de algunos correligionarios del morenismo cuyas fortunas probablemente seas de origen lícito, aunque, cuando se proviene precisamente de movimientos diametralmente opuestos como en este caso, la duda salte por doquier; ha de ser difícil cuando la austeridad y el humanismo son valores que se pregonan como símbolos diferenciadores del movimiento y terminar aceptando que son bastantes los que distan de eso que se le conoce como austeridad. Ha de ser difícil porque atreverse a señalar o cuestionar la presencia de estos personajes en el movimiento, puede significar el veto o la condena a la descalificación.

    Ha de ser difícil mantenerse en las siglas de MORENA tragando hiel a menudo cuando lo primero que se cuestiona la militancia es ¿quién cuida la delgada línea que existe entre lo legal y lo legítimo de las fortunas de algunos personajes? O preguntarse ¿Qué herramientas posee MORENA para constatar la honorabilidad que deben tener los dirigentes si se ha priorizado la rentabilidad electoral por encima de la congruencia desde la dirigencia pasada? En ese sentido, hasta hoy algo queda claro: nadie se ocupa de verificar ni lo legal ni lo legítimo y menos de examinar a detalle si un personaje es o no apto para realizar tareas como coordinar la operación política de la bancada más numerosa e importante del Congreso de la Unión. Cosa por demás grave si se toma en cuenta que dichos personajes, en nada reflejan lo que se supone es en sí el espíritu del movimiento: “no mentir, no robar, no traicionar”. ¡Dejémonos de rodeos!, ha de ser difícil tragar la hiel que provocan las acciones de algunos dirigentes con nombre y apellido sin poder siquiera hacer gestos, no vaya a ser que se molesten las cúpulas que definen el rumbo del quehacer partidista.

    Así, sin rodeos, hay que expresarlo de manera clara: MORENA no debe permitir que la legitimidad del movimiento se ponga en entredicho colocando en manos de estos personajes responsabilidades significativas por más que hayan sido elegidos bajo las siglas de ese partido. Mucho menos se debe permitir que el poder concentrado en apenas unos cuantos, logre enquistarse a tal grado que definan las decisiones a futuro, muchas de ellas tendientes a afectar la credibilidad del movimiento en el corto plazo. Y no es necesario ir tan lejos, si se quiere tener una muestra de lo escrito aquí, pongamos el siguiente ejemplo: el atentado de Pedro Haces a la clase trabajadora al presentar la iniciativa del descuento obligatorio a trabajadores por el cobro de créditos de nómina, propuesta que inmediatamente exigió una declaración de veto por parte de Claudia Sheinbaum. “Yo espero que no la apruebe el senado de la república y si la llegara a aprobar, la vamos a vetar”.  Por donde se vea y por más que se desviva el Diputado dueño de la CATEM por justificar la propuesta antipopular, lo cierto es que deja en claro que va en contra de los ideales del movimiento que lo llevó a la representación popular (aunque sea pluri) y lo que es peor: va en contra del sector al que supuestamente representa desde el espectro sindical.

    Por eso la advertencia de Claudia Sheinbaum era más que obligada y, como en otras ocasiones, categóricamente rechaza toda posibilidad de permitir bajezas de este tamaño. Sin embargo, aquí algo podría tomar mayor relevancia, incluso más que cuestionarle a la presidenta su postura frente a la iniciativa (pues la respuesta es congruente con su compromiso expresado hacia la clase trabajadora), sería más relevante cuestionarle su opinión respecto al personaje y las motivaciones reales de su iniciativa puesto que sería ingenuo pensar que detrás de dicha iniciativa no se vea la mano de otros personajes y sus compromisos adquiridos de cara a los siguientes procesos electorales. Por supuesto que la firmeza de Sheinbaum, aun y con lo categórico de su sentencia guarda en sí cierta prudencia, para algunos oficiosos del quehacer político parecerá suficiente dejar clara la postura hacia él o los destinatarios, para otros, más radicales, puede que se quede corto el señalamiento, pero eso ya el tiempo lo dirá. Cuando menos hoy se debe reconocer la respuesta inmediata de Sheinbaum en el sentido correcto. 

    Entre que son peras o son manzanas, habrá que preguntar ¿Qué Haces Pedro? Este movimiento exige rectitud, compromiso, congruencia y lealtad, más no colocar a los trabajadores a merced del interés del poderoso, para eso están los de enfrente, contra los que seguiremos combatiendo hasta que alcancemos completa libertad sindical, hasta que logremos la justicia social.