Categoría: José García Sánchez

  • Informar o manipular

    Informar o manipular

    La perseverancia en la búsqueda de errores como única actividad política de la oposición, expone un vacío ideológico que arroja no sólo carencia de análisis sino de propuestas que, por lo menos, sustituyan los hechos equivocado del gobierno.

    La búsqueda incansable de la equivocación ajena intenta mostrar el encuentro con la estupidez del contrincante, a partir de lo que interpreta en su desatino. Más allá de la ineficiencia que quieren mostrar a partir de la difusión del error ajeno que, real o ficticio, se exhibe como trofeo de caza que la oposición cuelga en las paredes de sus medios todos los días.

    El asaltó al sentido común que intenta robar la inteligencia del contrincante acusa en la oposición necesidad de llamar la atención, a partir de la distribución de ese logro en su diaria cacería de estupidez ajena, que señala también la propia, ante el desgaste que esto implica y carencia total de propuestas que les identifique ante la sociedad.

    La oposición hace de un supuesto imaginado un hecho consumado concreto, lo difunde profusamente y hasta realizar conferencias sobre fake news y simposium, y hasta se convierten en materias en el plan de estudios de algunas universidades privadas, como si se tratara de algo real. Los ingenuos asisten y hasta pagan por escuchar a farsantes como Schettino, Sarmiento, Curzio, y todo un grupo de personajes autodenominados especialistas en finanzas.

    Los señalamientos a la estupidez no pueden repetirse sin señalar al que las difunde como cómplice o un ente que sólo recicla denuncias. A pesar d esto las mentiras parecieran haberlas creído sus iniciadores al intentar consolidar un hecho que nunca existió: la casa gris, el robo del dinero de los trabajadores inscritos al Infonavit, el fraude de la mayoría calificada, la manipulación de las elecciones en los cargos del Poder Judicial.

    Poco conocedores de las reacciones de la población ante los medios, la cacería de errores del gobierno, a cargo de la oposición, no sólo cansa a la gente sino que desenmascara lo que quieren hacer aparecer como verdad sin serlo. Su práctica es tan sistematizada que los errores reales del gobierno son vistos como fake news por la población.

    La oposición en México se ha dedicado a buscar, en el desacierto del gobierno, su razón de existir. Tratando de atribuirse el derecho de definir lo bueno y lo malo, lo cierto y lo equivocado, con el objetivo de tomar el control de la información, lo cual los reduce a simples críticos sin credibilidad, en lugar de adoptar su papel de políticos conscientes de su papel en la historia.

    Pasó el tiempo en el que la información era sinónimo de control social, la proliferación de los medios a través de los cuales la población se da cuenta del diario acontecer del mundo y del país, impiden esta cultura que manipuló generaciones enteras de mexicanos a través de la televisión., adicción que todavía no concluye y que algunas rancias familias continúan preservando para cohesionarse alrededor del televisor, como si se tratara de un muégano cotidiano sin contenido ni sustancia.

    El aspiracionismo en decadencia, tiene finalmente como epicentro la obtención del control. Dominar, el control remoto de la televisión lo tiene en sus manos el que manda, decide, además, qué canal sintonizar para informarse y se abroga el derecho a dar una opinión lapidaria sobre ese acontecer, que esa misma persona quiere subrayar como el conflicto del día. No se trata de llegar a la cima sino de tener el poder que implica manejar el control en su más amplio y cotidiano significado, es decir, ser superior al resto de la familia, la comunidad, la colonia, el gremio.

    La gran fábrica de información reproduce subcontroles en cada tribu, grupo, comunidad, familia que al multiplicarse preserva costumbres que se vuelven vicios tan arraigados que superan cualquier adicción. De ahí la conservación del aspiracionismo y la aspiración de los conservadores.

    Se vive la superioridad como símbolo inequívoco de éxito, aunque sea solo un pequeño logro cotidiano del control de la pareja, de los hijos y a veces, hasta de los vecinos, pero logro al fin y al cabo ante la rutinaria existencia de quienes se repiten a í mimo para no equivocarse. No siempre el que da las órdenes manda.

    La oposición en México es una especie de grupo buscador de errores, con cuya difusión cree fortalecerse, cuando en realidad la sociedad los ha rebasado porque saben quiénes son y para qué hacen sus tareas de manipulación que finalmente terminan por separarlos del resto de la sociedad, que desenmascara también los mitos que en su momento manipulación al pueblo.

  • Voto a los 16 años

    Voto a los 16 años

    Si en este momento se aprobara la elección a partir de los 16 años, lógicamente el padrón electoral crecería de manera exponencial y más de dos partidos se quedarían sin registro automáticamente, por falta de militantes.

    El mínimo de militantes se basa en el 0.26 del padrón electoral y en este momento el PAN a duras penas lo tiene, si no es que ya se pasó y merece perder su registro. Movimiento Ciudadano, Partido del Trabajo y Partido Verde Ecologista, se quedarían sin registro. Lo cual serviría para refrescar política nacional y forzar a que algunas organizaciones se actualicen y ubiquen en la realidad.

    Partidos que carezcan de ideología definida deben desaparecer por ese simple requisito, vemos que en el caso del Partido verde lo mismo se ha sumado al PRI, al PAN o a Morena. El PT, no ha dado bandazos tan radicales pero carece de una militancia propia y de una corriente política que les identifique, se dice de izquierda pero acompaña a Morena que no es de esta tendencia sino un progresismo que camina hacia la izquierda muy lentamente. En cuanto a Movimiento Ciudadano, se trata de un partido que nace en presidio, con un líder moral de dudosa reputación y que sólo juega con entre el oportunismo y el conservadurismo, se refugia en algunos de sus líderes con más nombre que calidad moral para sobrevivir.

    No es necesario mantener vivos estos factores ideológicos que sólo distraen la votación y deslegitiman líderes y candidatos, y, por si fuera poco pulverizan el voto hasta dela oposición. Desde luego no puede caerse en el bipartidismo que no refleja el sentir de las personas pero pocos son los organismos políticos que en realidad buscan su identidad en la forma de pensar del pueblo. Surgen de manera inversa a su desarrollo, porque primero imponen una ideología y luego van a darle la cara a la población, para tratar de convencerla de que son la opción de una manera de pensar que no es la suya sino la de los líderes de ese partido, la alternativa ideológica debe darla el pueblo no los Mecenas de los organismos políticos.

    La incorporación de los jóvenes también refrescaría la vida política del país, con un impulso nuevo y una manera de forzar que el gobierno y todos los mexicanos volteen a ver necesidades que para los distraídos son nuevas. Los jóvenes son la fuerza del presente y, desde luego, del futuro, y no pueden afirmarse convencionalismos arcaicos donde el poder y las decisiones estén concentradas sólo en personas adultas, incluso adultos mayores.

    La diversidad incluye una variedad de edad en la decisión más importante de una ciudadana que es la de votar. Los jóvenes mexicanos han aprendido de la realidad, son personas que no están contaminadas con aquellas viejas noticias de la televisión cuando entraba a la sala de los hogares a manipular conciencias y a engañar a los ingenuos que pasivos en la comodidad de su hogar tienen la percepción muy porosa.

    Ahora los jóvenes se informan sobre la marcha que obliga su cotidianidad, no están acomodados a la hora de los noticieros, ni tienen hora fija para informarse, ni “líderes de opinión” para ser manipulados. Esa parte de la juventud tiene otra manera de percibir la realidad y de interpretarla, por lo tanto, tiene una visión diferente de la dirección de su voto.

    Los jóvenes en México han protagonizado buena parte de las luchas sociales, algunos son líderes natos y comprometidos con su realidad. No se busca en el voto a los 16 incondicionales de ningún partido sino la participación de quienes suelen estar al margen de las decisiones, a pesar de sus ideas brillantes.

  • Trump derrota al PAN

    Trump derrota al PAN

    Cuando se pensó que la campaña de la oposición de nombrar narcogobierno a la Presidencia de la República o narco partido, narco presidenta y narcopresidente, que había fallado porque fue vencida por Morena en las urnas, pero no se advirtió que el desprestigio no estaba destinado sólo a la derrota electoral sino a colocarle una trampa a la democracia para llevar a cabo un golpe de Estado.

    Cuando algunos decían que hablar sobre un golpe de estado era paranoia puede advertirse ahora que era real, aunque era tan obvio que no se supo de dónde vendría ni cuándo. Así, en la Casa Blanca tomaron por cierta una campaña creada en la imaginación de los medios y la esperanza de la oposición.

    El papel de los medios fue fundamental al dar a conocer cada una de las declaraciones sobre el tema de opositores de todos los niveles. La mecánica estaba planeada sobre un absurdo: considerar como evidencia una nota informativa en un país donde los periodistas y los medios más antiguos no gozan de credibilidad.

    Cuando se pensó que el objetivo de la campaña contra la 4T era a corto plazo y de poco alcance, resultó que se trataba de una gran mentira a mediano plazo y con repercusiones mayores. No eran las elecciones las que querían ganar con especulaciones mentiras, sabían de antemano, que las tenían perdidas, sino un golpe de estado que echara abajo el triunfo en las urnas.

    Los conservadores saben que tienen a la gran mayoría de la población en su contra, no sólo les dan la espalda los rechazan porque los conocen, tomaron por asalto al país por muchos años y en lugar de reducir la pobreza la multiplicaron sin piedad.

    La oposición estaba adoctrinada, después de las elecciones se ocupaba la tribuna del Congreso sólo para machacar que México tenía un narco estado y que la Presidenta estaba vinculada con el narco, así como lo hicieron con el ex presidente Andrés Manuel López Obrador, cuyas pruebas eran saludar a la mamá de Joaquín El Chapo Guzmán, y liberar a Ovidio ante la amenaza de una matanza de familias de militares que estaba en la mira de las armas de los narcos en Culiacán.

    A los opositores no les importó dar la cara como el verdadero rostro del golpe y subían a tribuna a reiterar obsesivamente acusaciones cada vez más subidas de tono, que eran contrarrestadas con tolerancia e incluso con fastidio pero nunca con represión o censura.

    La oposición tiene más de seis años de gozar de total libertad a pesar de la inconsistencia de sus juicios y tergiversación de la realidad con la ayuda incondicional de los medios a los cuales nunca se les ha amenazado con retirarles la concesión de sus empresas, con las que se han enriquecido los propietarios.

    La Casa Blanca concluye que en México hay un narcogobierno, pero no se basa en denuncias, los detenidos, los delitos, las averiguaciones, sino en las consignas de una oposición rabiosa que difunde sus frases desgastantes en medios de relativa credibilidad.

    Hasta aquí la celebración del éxito mediático de una oposición desesperada. Hasta ahí llegaron, porque desde el momento en que establece Trump una plática, con objetivos de negociación para llegar a un futuro acuerdo, los adjetivos como evidencias inventadas por la derecha mexicana se derrumban porque entonces significaría que el vecino sí negocia con narcos, o bien quiere decir que la creación del teatro alrededor de los adjetivos que la oposición quiso imponer a la Presidenta simplemente Trump se los pasó por debajo del Puente de Brooklyn.

  • Tan bien que estábamos sin Trump

    Tan bien que estábamos sin Trump

    Todos los golpes de Estado en América Latina han sido impulsados por Estados Unidos. Desde la intervención militar directa hasta los golpes blandos ahora los protagoniza sin máscaras. Lo que hace Trump con el incremento de aranceles, como si se tratara de misiles, es un golpe de Estado contra un régimen democrático, progresista y liderado por una mujer. Tres factores que el presidente del vecino país no resiste en su concepción del mundo del que se considera propietario.

    Los anteriores golpes de Estado eran subsidiados por los empresarios para que la política estadounidense diera la cara, ahora los empresarios no quieren que ese golpe de Estado que lleva a cabo Trump, y la cuestión política pierde sus cimientos económicos, carece de bases en la productividad para convertirse en un capricho del nuevo huésped de la Casa Blanca.

    Siempre Estados Unidos tuvo detrás del apoyo a los golpes de Estado un fantasma para justificar su intervención, desde el comunismo hasta el narcotráfico, pasando incluso por los extraterrestres, han sido los pretextos para adueñarse de las riquezas de los países afectados por la violencia estadounidense.

    Así ahora, el fentanilo que consumen los estadounidenses, que ningún mexicano les obliga a ingerir, tiene que ver con la intención de desestabilizar económicamente al país, en pleno auge de recuperación luego de los regímenes que saquearon México.

    Si Trump quiere basar en la gasolina el futuro energético de su país los países con petróleo más cercano a sus fronteras es México y Canadá. Porque este señor no sólo quiere petróleo de calidad barato, lo quiere gratis. Para lograrlo debe derribar varios obstáculos que incluyen el patriotismo de los mexicanos y la identidad arraigada en los mexicanos.

    Canadá, al igual que Estados Unidos son dos países que se crearon con inmigrantes; de hecho, en ese país hay dos idiomas oficiales como prueba de su origen y conformación. A cuyo gobierno también insiste en incorporar como el estado 51 de la Unión Americana, porque asegura que Estados Unidos gasta mucho en Canadá y México y, que le deben mucho dinero.

    El golpismo de Trump tiene más aliados en la oposición mexicana que dentro de su propio país, esto es bueno para sus intenciones, porque es lo que se requiere para legitimar a quien la Casa Blanca coloque como títere de su política. Ahí está Jeanine Áñez, en Bolivia, Dina Boluarte, en Perú, y otras marionetas como Pinochet o Videla, cuando los golpes de estado eran sangrientos, pero no más violentos que los actuales.

    La víctima de los golpes de Estado en América Latina son los pobres, es decir, la mayoría de los ciudadanos del contente, los cuales forman una mano de obra especializada, precisa y barata. Si en sus países la cualidades de los trabajadores zona preciadas y tienen, poco a poco mayores ingresos por su esfuerzo cotidiano, es necesario imponer una pobreza generalizada para que lo que se ha avanzado en materia de recuperación del empleo regrese a lugar que Estados Unidos necesita ante la debacle de su economía.

    Cada vez que aumentan los salarios en México, Estados Unidos se inhibe la salida de mexicanos al norte, situación que deben tener en cuenta los empresarios gringos, porque pueden quedarse sin mano de obra barata de manera definitiva. A Estados Unidos le urge regresar la pobreza de los mexicanos a sus niveles anteriores para pagar cada vez menos y no cada vez más.

    Porque los latinos no van huyendo de la justicia, ni buscando libertades, ni quieren derrocar a nadie, ni desestabilizar gobiernos, van por dinero a cambio de trabajo, solamente.

    Al aumento de los aranceles no se les puede decir que sea una medida necesaria para la economía sino un capricho de Trump, porque en su imaginación considera que los empresarios que se verán afectados son los mismos que elaboran en una cocina doméstica el fentanilo. Considera que el gobierno subsidia los fertilizantes para sembrar droga y venderla y los trabajadores construyen en turnos de 24 horas laboratorios de fentanilo para que sus veteranos de guerra se droguen.

    Trump no pronuncia discursos como es propio de los presidentes, profiere amenazas. En eso basa un discurso que pareciera desprenderse cada día de una realidad que muestra desconocer el mandatario.

    Por lo menos esa es la visión que exhibe ante el mundo, la de un fascista caprichos que quiere ver al mundo de rodillas. Para Trump tener a una vecina mujer impone dudas sobre su hombría, más aún si tiene ideas contrarias a la de su concepción del mundo, pero lo que más le duele es el apoyo popular dentro de México, el cual le impide asestar un golpe de Estado duro o blando, con determinación y contundencia.

    La decisión de Trump no resuelve ningún problema, no encamina una salida digna sino una imposición que emana de un autoritarismo de barro.

    El apoyo popular de la Presidenta de México está impidiendo que el golpe de Estado sea más severo e irreversible. Los aranceles, única arma que puede utilizar Trump contra México, pueden negociarse, las balas y la cárcel para los políticos democráticamente electos no se evitan con una negociación.

  • Oposición odia a los migrantes

    Oposición odia a los migrantes

    La oposición le apuesta a la confusión, al desastre, al extravío, para echar abajo todo esfuerzo que realice el gobierno mexicano para rescatar en buenas condiciones a los paisanos que regresan a nuestro territorio. A estos personajes no les importa quién salga herido cuando se trata de golpear al gobierno ante la falta de argumentos propios para competir por el poder en igualdad de circunstancias.

    Difunden requisitos erróneos para que los indocumentados mexicanos desistan de utilizar los medios que el gobierno de la 4T ofrece. Ya no se trata de narrar una realidad paralela sino de destruir las alternativas que el gobierno ofrece a los inmigrantes que regresan a México, ahora se trata de hacer les daño para desgastar al gobierno, lo cual debería ser castigado severamente.

    En nombre de una lógica que acuerdan previamente, difunden por diferentes medios una versión tergiversada de lo que puede servir de tabla de salvación para muchos latinos y, sobre todo, mexicano en Estados Unidos, pero personajes como Mariana Gómez del Campo, un tal Jesús y Mario DiConstanzo, descalifican una aplicación que da esperanza a los mexicanos que regresen a nuestro país.

    Su método, saturado de mentiras e interpretaciones falsas, consiste en dejar de lado dicho esfuerzo del gobierno y los inmigrantes abandonar a su suerte. La derecha adopta un radicalismo que lacera la libertad de la población y sabotea el desarrollo del gobierno. Ambos motivos son auténticos delitos que deben colocar a esta escoria en la cárcel.

    Son títeres de interese que ellos ni siquiera imaginan, pero dicen tener la razón, aunque sea para destruir que es, de acuerdo a su discurso violento, una costumbre de la derecha.

    Utilizar los medios como sustituto de las urnas, es un trabajo que emprendieron desde 2018, que definitivamente lo les ha funcionado. Al contrario, al mostrar un nado sincronizado que dicen lo mismo en diferentes canales, los agentes de información perversa hacen evidente de donde proviene la línea propagandística que disfrazan de información personajes como Dóriga, Ciro, Alazraki, Pepe Cárdenas, Loret, Brozo, Pascal, entre otros, se desenmascaran ellos mismos; sin embargo, quienes vienen de estados Unidos, a quienes dichos personajes y medios le han servido para conocer las circunstancias del país para conocer lo que sucede en nuestro territorio, desconocen su albor manipuladora aunque la intuyen, pero siguen teniéndolos como ruta de noticias.

    La guerra mediática de la derecha tiene como objetivo un golpe de Estado blando, hace su trabajo para descarrilar la 4T. Nadie puede detenerlo, y si se intenta hacerlo acusarían en foros internacionales desaparición de la libertad de expresión.

    Esos personajes son utilizados a cambio de dinero para servir de carne de cañón que seguirán inventando la realidad de México, ya sea planeado el golpe a corto o mediano plazo. En esa perspectiva, los medios de la derecha surgen como hongos, representan, además de todo, un buen negocio y sin riesgos. Siempre habrá gente con dinero que le apuesta al regreso al pasado.

    Confundir con la información a la población es el primer paso para dominarla y crear un ambiente de incertidumbre, donde cualquier cambio se convierte en una esperanza para los poco informados, desconoce, porque carecen de elementos para saber la realidad del país, que los cambios que provienen de la derecha sólo benefician a sus similares, como sucedió por más de 100 en México.

    El deseo de exterminar a los pobres, que son para la derecha los enemigos de sus intereses se muestra con la tergiversación de los programas que dan la bienvenida a los deportados, los vocingleros del conservadurismo radical los descalifican al 100 por ciento, tratando de que no sean usados y que si los utilizan tengan en cuenta que no son seguros, por lo que la incertidumbre y el miedo seguirá acompañándolos incluso en si propia tierra a causa de la manipulación de uno personajes que han perdido el alma de tanto odio y la vergüenza por la ansiedad de rescatar sus privilegios.

  • Líderes de opinión o voceros

    Líderes de opinión o voceros

    Lo líderes de opinión obedecía a un orden y a una orden. La opinión pública es el antecedente de la marea rosa, se expresaba de acuerdo a los intereses de una oligarquía en el poder.

    Los medios cuando gozaban de credibilidad repitieron tantas veces sobre la opinión pública y los líderes de opinión que los mexicanos terminaron por creer que existía.

    Los líderes de opinión se vistieron de valores sumamente artificiales, crearon una ideología de la clase media que aún ahora la padecemos en algunos segmentos de la sociedad mexicana. Esos valores eran necesarios para que cada noche fueran invitados a los hogares mexicanos, hogares no casas, lo cual nos remite a esa misma forma de pensar convencional simplista, rutinaria y previsible que perdura a pesar del tiempo. Sin esos valores abstractos, volátiles, no hubieran podido influir en la sociedad.

    Los mensajes de los medios, en lugar de dirigirse al pueblo, palabra proscrita por esa misma oligarquía o a los mexicanos, en momentos de entreguismo y sumisión a los Estados unidos se destinaba a “La Opinión Pública”.

    La opinión pública, fue un intento por uniformar criterios y disciplinar posturas políticas alrededor del partido en el poder, que por lo regular fue el PRI, el cual también defendía, desde el poder, los intereses de los panistas y los grupos fácticos desde el clero que trató de combatirse en la guerra de Reforma hasta los extranjeros que se intentó expulsar desde la guerra de Independencia.

    La opinión pública representaba a los manipulados y los líderes a los manipuladores, que ahora tienen su referente en lo que se llama influencers, siempre con un nombre más allá de la realidad que engrandece una actividad cotidiana muy donde la influencia en la sociedad es cada vez menor.

    Eran el medio a través del cual gobernantes engañaban al pueblo, es decir a los gobernados. Los gobernantes no representaban al pueblo, lo utilizaban, fusionaban su individualidad y su conciencia en un mote que designa un ente amorfo llamado opinión pública, mientras los líderes de opinión eran los títeres de los funcionarios públicos desde el Presidente hasta el jefe de departamento. Los primeros daban línea, los otros filtraban información a los medios por dinero, venganza, intereses o placer.

    Los líderes de opinión no sólo tergiversaban la realidad sino que inventaban una paralela. El 3 de octubre de 1968, incluso, quienes vivieron la matanza de Tlatelolco dudaban de que hubiera sucedido ante el silencio de los medios y la conversión del corrupto Jacobo Zabludovsky en encargado del clima de la Ciudad de México, al decir que había sido un día soleado cuando en realidad estaba manchado de sangre.

    Los líderes de opinión no inducían a la reflexión sobre la realidad sino en inducción del voto. No mostraban opciones políticas o partidistas porque en realidad, no existían, imponían a consolidaban una vertiente con variables donde ninguno de los miembros de la oligarquía salía perdiendo.

    La desinformación tenía, en la opinión pública y en los líderes de opinión, los límites de la participación política de la sociedad. Las restricciones eran fijadas desde los medios a través de sus líderes, en momentos en los que la opinión pública obedecía, era moldeable, a pesar de la irracionalidad de los contenidos.

    Se crearon mitos para apuntalar un régimen que nació vulnerable, porque se reinventó para que todo siguiera igual a pesar de la revolución, donde murieron un millón de mexicanos para nada; sin embargo, con ingredientes como la opinión pública, los líderes de opinión, los intelectuales orgánicos, la cultura de la zanahoria delante del pueblo para que avanzara pero sin alcanzarla, se fortaleció. Es decir, el gobierno en México tuvo apoyo social a base de las mentiras que los medios difundían todos los días, por eso obtenían un subsidio permanentemente, al igual que el campo, la educación o la salud.

    El poder de la política tomó la forma de noticia. Pocos lo advirtieron hasta que sus propios excesos descubrieron la verdadera cara de los medios convencionales y de los farsantes líderes de opinión, que no eran más que escribanos asueldo que preservaban el orden establecido.

    El poder de los líderes de oposición radicaba en su íntima relación con los funcionarios públicos, con los que desayunaban, comían, cenaban y hasta vacacionaban juntos para que tuvieran bien aprendido el guion que debían difundir.

    Las herramientas cambiaron pero las intenciones por sostener el poder desde los medios actuales, se mantiene, de tal manera que las opciones de información se abrieron y, al mismo tiempo, marcan una gran diferencia con el pasado: ya no engañan a nadie.

    Quien quiere consumir mentiras es libre de hacerlo y lo hace, pero con conocimiento de causa; quienes quieren cercarse a la verdad, escogen sus medios y sus personajes para iniciar el largo camino hacia la realidad. Un sendero que los medios convencionales trataron de esconder por muchos años.

    No hubo quien se salvara de ser engañado, Reconstruir la realidad de un país, el pasado individual y social, es una responsabilidad democrática en México.

  • Trump y Musk anuncian golpes

    Trump y Musk anuncian golpes

    “Daremos un golpe de Estado a quien queramos. Lidiad con eso”, dijo en algún momento el empresario Elon Musk, ahora ungido como director del Departamento de Eficiencia Gubernamental en el gabinete del senil Trump.

    Musk intervino en el golpe de Estado contra Evo Morales, para tener acceso ilimitado al litio boliviano. Fue un golpe de Estado bando, conocido como lawfare, que, como dice el hombrecillo de los viajes interplanetarios pueden aplicar a cualquier país.

    La punta de lanza de un golpe de Estado podría ser la instalación de una planta que sirve, al mismo tiempo, como monitor de actividades y medición de la cohesión social de los países a atacar. Sobre todo, aquellos que tienen litio nacionalizado, como México.

    Elon Musk anunció a finales de julio de 2024, la suspensión de la construcción de la planta de ensamblaje de vehículos de Tesla, prevista en Nuevo León, que gobierna el emecista sin bandera, ni patria ni vergüenza Samuel García.

    La votación que se llevará a cabo en Nuevo León, el 1 de enero de 2026, organizada por el empresario Gilberto Lozano, para expresar el deseo de convertirse en un país independiente de México, seguramente ya tendrá en su territorio la planta de Tesla, programada a iniciar actividades, una vez que triunfo Trump, su construcción está prevista a principios de ese año, 2026.

    La razón que esgrimió fue que era necesario esperar los resultados de las elecciones de Estados Unidos; un gobierno democrático está expuesto, ahora más que nunca, a ser el objetivo de empresarios que quieran insumos baratos, incluso regalados de las tierras invadidas y gobernantes como Trump se convierte en gerentes de operaciones en este proceso de violación a todas las leyes internacionales.

    Desde luego que preparan a los medios, que en México hay muchos, dispuestos a culpar a mandatarios de corrupción, desvío de fondos y hasta tráfico de seres humanos como ha ocurrido en Bolivia, Perú, Brasil, Argentina, con Evo Morales, Pedro Casillo, Lula da silva, Dilma Rousseff, Cristina Kirchner, todos ellos elegidos democráticamente por sus pueblos y con un ideario progresista. Saben que la derecha no tiene ideología, ni patria, y una ambición exacerbada.

    Tampoco es gratuito el anuncio del 6 de enero que realizó la Presidenta de México para crear automóviles eléctricos a través de Olinia, primera armadora de mini vehículos eléctricos desarrollados en México.

    Desde el golpe de Estado contra Jacobo Arbenz, en 1954, cuya reforma agraria perjudicaba a la empresa transnacional United Fruit Company.

    Los golpes de Estado, violentos o suaves, siempre han beneficiado a empresarios. En un principio estaban ocultos tras los políticos. La CIA daba la cara por ellos, ahora son quienes les ordenan a los presidentes llevaros a cabo.

    México tiene litio, un empresariado sin identidad nacionalista, una oposición mercenaria y una prensa vendida. Toda una tentación para Musk y su siervo Donald.

    Musk tiene también un gran interés en la comunicación, aprovecha a su persona para intervenir señales de televisión, como lo hizo en 2022, con Telesur, a la cual él bautizó con el nombre de Tesla News, con un contenido para retasados mentales, muy diferente al que difundía el canal de Youtube anteriormente.

    Además, es el duelo de X, antes twitter y ahora Trump le ofrece en charola de plata Tik Tok.

    Los productores de litio en América Latina a Bolivia, Argentina, Chile, Perú, México y Brasil, de los cuales Bolivia, Argentina, Chile, México y Perú controlan más del 67 % de los recursos mundiales de litio. De estos países el púnico donde n ha habido un golpe de Estado en medio siglo es México.

    De los países de la región, Chile es el que más ha avanzado en su extracción y exportación. Se posiciona como segundo productor global, por detrás de Australia y seguido por China.

    En Bolivia, Brasil, Chile, México y Perú el litio está definido como recurso estratégico, su explotación está sujeta a concesión. En México los estados con litios son gobernados por Morena y sus aliados: Baja California, San Luis Potosí- Zacatecas y Sonora.

    El dinero que defiende Trump no es el de los aranceles con destino al erario sino algo más personal, particular, individual. Un negocio de amigos.

    Detrás de la perorata, las payasadas disfrazadas de amenaza, la simulación del expansionismo, su sketch circense expansionista, es sólo parte del espectáculo.

    Litio para Musk, medios para Trump. Los ejes necesarios para imponer un golpe de Estado en cualquier parte del mundo y allanarle el camino hacia el poder a la ultraderecha que financiaría su expansión por las buenas o por las malas.

  • Trump sienta a la mesa a la ultraderecha

    Trump sienta a la mesa a la ultraderecha

    Trump podrá recular sobre sus amenazas de inmigrantes y aranceles, pero donde no podrá echarse para atrás es en el liderazgo de la ultraderecha mundial que representa una amenaza para el verdadero mundo democrático.

    Su proyecto no tiene como prioridad elevar el nivel de participación política de los estadounidenses para profundizar en la aparente democracia ni rescatar el poderío económico. Su misión va más allá del nacionalismo de derecha y se ubica en el fortalecimiento mundial del radicalismo conservador.

    Intenta convertirse en el líder de la ultraderecha mundial, muy semejante a un Hitler del siglo XXI.

    El flamante presidente de Estados Unidos todavía menosprecia el poder de los inmigrantes dentro de su territorio, desconoce la fuerza de su lealtad porque nunca la ha practicado y entiende el nacionalismo sólo como una medida proteccionista de la economía. Pero en el campo de la política, en la realidad del siglo XXI, hay factores sociales que ni siquiera imagina.

    La lista de invitados de Trump habla por sí sola, entre ellos está Giorgia Meloni Viktor Orbán, Javier Milei, Nayib Bukele, Jair Bolsonaro, Santiago Abascal, todos ellos implicados en impulsar, de palabra y hecho en golpes de Estado y apoyo público a acciones desestabilizadoras en países con gobiernos democráticos.

    De ahí que el humanismo mexicano representado ante el mundo y dentro de nuestro país por la presidenta Claudia Sheinbaum, irrumpe como el filo de una navaja en la ultraderecha mundial. Su responsabilidad implica también un liderazgo, consecuencia de la popularidad dentro de México y su consenso internacional.

    Ante el surgimiento de una postura radical que intente liderar a la ultraderecha desde la Casa Blanca se requiere un liderazgo que haga contrapeso a esa reunión de radicales que, con el pretexto de la toma de posesión de Trump, se reagrupa para tomar el poder dentro y fuera de sus respetivos países.

    La invitación a estos personajes podría ser sólo una muestra de capacidad de convocatoria de la ultraderecha planetaria, pero puede convertirse en un cónclave que tenga en esta ocasión su primer encuentro y la creación de una agenda.

    Sin querer Trump hace líder a Claudia Sheinbaum, no sólo será un contrapeso sino alguien con quien tendrá que lidiar todo su mandato. Desde diciembre de 218, el mundo sabe que México que hay una larga frontera entre Estados Unidos y México, que no se diluye con la sumisión habitual de los presidentes que gobernaron nuestro país antes d esa fecha, ni se vuelven infranqueables con muros o medidas restrictivas para el libre tránsito de seres humanos.

    Es por eso que involuntariamente, pero no sin conocimiento de causa Claudia Sheiunbaun puede convertirse en el contrapeso del liderazgo mundial de un loco de ultraderecha que perdió la brújula y el calendario y añora la guerra fría, por eso invitó a representantes del pasado para sentirse en su ambiente.

    Si Trump comete el error de intentar convertirse en el líder de la ultraderecha internacional, surgirá de manera espontánea y automática –no sólo pro proximidad geográfica—, el liderazgo mundial de una democracia progresista y humanista.

    Tendrá un camino que no escogió pero que la comunidad designó, elección natural que surge desde el momento en que voltearon a verla ante el fanatismo de los conservadores en busca de venganza ancestral.

    Las contundentes declaraciones de la Presidenta de México, la presentan ante el mundo como la interlocutora que encara, de igual a igual, al emisario de pasado que intenta erigirse en el amo del mundo conservador, bélico y anacrónico.

    La capacidad política y diplomática de la Presidenta y su equipo puede contener esa posibilidad, sin enfrentamientos directos, ni rupturas. Desde luego que se antoja algo inédito pero son tiempos impredecibles para los que los mexicanos estamos preparados.

    Con un pueblo empoderado que está consciente de su fuerza, que saber que es escuchado se convierte en un arma política sin igual en el mundo. Estados Unidos, con más muros que raíces, tiene en su conformación inmigrante una dispersión de identidad que hace vulnerable a su propio gobierno.

  • Indiferencia política de derecha

    Indiferencia política de derecha

    Quienes son indiferentes a la política consideran que esa actitud les otorga inmunidad, incluso blindaje sobre las repercusiones de las decisiones del gobierno o la influencia, cada vez más débil, de la oposición.

    Al margen de victorias o derrotas ideológicas o partidistas, los que cierran su percepción a la práctica política son identificados plenamente, definidos y anda tienen que ver con el impulso a la evolución ni del país ni de la especie porque el ser humano es político por naturaleza.

    La participación ciudadana movió una parte muy pequeña de un segmento de la población que se le bautizó como marea rosa, sin identidad y con la única consigna de criticar al gobierno unida por la ideología del odio. La marea era un grupo de ciudadanos con ideologías amorfas, sin identidad, pero con una gran preocupación por el futuro, producto de la manipulación mediática, que impulsa su efímera participación.

    Su indiferencia tiene una larga trayectoria entre los usos y costumbres de la clase media, que recomendaba que a las universidades sólo se va a estudiar y no a andar de “revoltosos”, los que niegan cualquier participación política no por convicción sin bases sino por miedo.

    En el mundo hay quienes están descontentos con toda clase de política, la consideran un juego sucio, una manera extravagante de hacer caminar los gobiernos y un mal que podría erradicarse si el gobierno sólo administra las decisiones de otros, quienes, al no pertenecer a la política deberían tener una representación forzosa y eso ya ocupa el campo de la política pero algunos no lo entienden así y en esta práctica todo negro.

    Consideran que al no establecer contacto con el ejercicio político pueden estar al margen de sus consecuencias. Un estado de sitio no distingue religiones ni credos ni corrientes políticas, apolíticas o antipolíticas. Esta indiferencia favorece a algunos sectores de la política indiscutiblemente.

    El alejamiento de esta actividad inicia por el descontento que ocasionan sus ejecutantes en el ejercicio de su labor. No hay acto del ser humano que no sea político y el divorcio entre el individuo y la política le resta legitimidad al poder, al gobierno, al Estado y a la democracia.

    Así, los indiferentes a la democracia no creen que las cosas cambien, su individualismo exacerbado les obliga a pensar que al alejarse de la política se blindan de sus efectos, que a priori consideran negativos. Es decir, nada que sea producto de la política puede beneficiar al ser humano, lo cual parecería una consigna anarquista o de un origen más elaborado, pero los que se alejan de esta práctica voluntariamente lo hacen desde una situación de ignorancia.

    La indiferencia hacia la política les evita pensar como parte de la sociedad, su alejamiento de una actividad que involucra a todos fortalece un individualismo que termina por diluirse en la sociedad a final de cuentas.

    La posición de quienes critican la existencia de la política mantienen una vida convencional, previsible, rutinaria. Para ellos los caminos andados son más seguros ante la molestia de hacer camino al andar.

    La indiferencia, el aislamiento de las ideas sociales conducen a una manera fría de existir, alejados del calor de la muchedumbre, la política resulta para algunos algo que debe exterminarse. Algo antinatura.

    En la indiferencia política siempre existe un poder oculto, no porque sea anormal o común, le hecho es que es producto de una visión manipulada de la realidad, en la que incurren diariamente los medios convencionales en todo el mundo.

    La indiferencia es respuesta a un estímulo original que tiene que ver con la idea de sentirse desplazado, en este caso marginado de las sociales de los políticos, a quienes atribuyen los desprecian. Incluso por herencia, el desapego a la política se convierte en un arma de la disidencia que sólo aporta beneficios a la oposición, sin importar el color de sus banderas.

    La oposición asegura que los indiferentes les pertenecen, que están en esa posición ante el temor de ser reprimidos, como ocurría cuando la., ahora oposición, gobernaba. Los perdedores anuncian que pronto más de 60 millones de mexicanos, quienes no votaron por Morena, estarán en los partidos de oposición y vencerán de manera aplastante. La indiferencia no sólo es producto de la fantasía de los ciudadanos no que impulsa otras fantasías para los legos en la política.

  • Partidos nacerán muertos

    Partidos nacerán muertos

    Algunos opositores, muy pocos por cierto, se han autodenominado líderes sociales, y con los méritos suficientes como para crear un partido político. La realidad es que ninguno de ellos podría conformarlo en tan corto tiempo, porque deberán cumplir una serie de requisitos que anda tiene que ver con su circunstancia y personalidad.

    Aunque el camino más lógico que pudieran tener es la candidatura independiente, ellos escogen la creación de un partido porque de esta manera obtendrían dinero, del otro modo, espacio donde pelearían verdaderos líderes sociales con la convicción de ser competitivos, no ganan nada más que el triunfo electoral lo cual es muy poco para ellos.

    Están en la política por lo que pueden ganar individualmente y no por lo que pueden transformar socialmente. Con esto asesinan una alternativa electoral que puede ser viable en una democracia, que es la candidatura independiente, sin embargo, eso es para políticos no para oportunistas que no saben sobrevivir si no es del erario.

    Ninguno de los personajes puede crear un partido político. No es cuestión de dinero como inversión sino de poder de convocatoria y carecen de esto, de simpatías populares y de vocación de servicio.

    Al final se van a quedar sin nada a menos que tengan una capacidad que hasta el momento se desconoce, para lo cual tendría necesariamente que necesitar del apoyo extranjero. De lo cual debe estar muy atento el INE que acostumbra hacerse de la vista gorda en estos casos.

    Varios de esos autodenominados líderes sociales no esperaban la magnitud del rechazo social en las más recientes elecciones. Nutridos de las opiniones de sus incondicionales, inflados por la vacía veracidad de los medios y sin contacto con la población, desconocían su verdadera condición política.

    No sólo deben pensar en crear el partido sino sostenerlo sin ideología concreta. Uno de ellos, Guadalupe Acosta, extraviado afirmaba que su partido carecería de ideología, muestra de que desconoce los requisitos mínimos de la autoridad electoral que exigen definición política. Dice que “su” partido no sería ni de izquierda ni de derecha.

    Es decir, en el limbo y esas agrupaciones que se dicen alejadas de las ideologías son las que más hacen daño a la democracia porque esconden no sólo un conservadurismo anacrónico sino su relación con los grupos fácticos de manera evidente.

    Así, cada uno de estos líderes improvisados tiene carencias sustanciales que les impide, por su falta de conocimientos y vocación, avanzar en la conformación de partidos. Vivieron del presupuesto de los partidos pero como nunca trabajaron, desconocen la normatividad y los méritos sociales que cada organización debe poseer para avanzar hacia un estatus de esa índole.

    Mientras lo logran, ahí están los medios convencionales para dar a conocer su proceso como un exitoso camino hacia la constitución de partidos, con el servilismo hacia la oposición que les caracteriza. Aunque todo sea una frustración posterior, descubriendo la mentira, como suele hacerlo la derecha, dando a conocer triunfos en lugar de derrotas.

    Los medios otorgarán espacios optimistas, aunque fantasiosos, a un remedo de líder y a una fraudulenta estructura fascista con el objetivo de convertirse en partido. Versión que nunca reconocerán como consigna política.

    El 20 de enero se vislumbrará el destino de estos intentos que quienes nunca han estado en las ligas mayores y quieren competir luego de ser perdedores en la política amateur. La desesperación los lleva a este intento, porque de otra manera se mostrarán como verdaderos parásitos. No sólo estamos hablando sólo del difunto PRD sino del PAN, sin militantes, y el PRI, cuyo un dirigente tiene un pie en la cárcel.

    No cantan mal las rancheras el Verde y otros intentos en embrión, hasta El Yunque quiere salir de la mazmorra nazi para convertirse en alternativa política, la presencia de personajes como Juan Iván Peña Neder, quien primero se afilió como infiltrado al Movimiento de López Obrador, diciéndose de izquierda, violó a su esposa y estuvo más de dos años en la cárcel por este delito. Luego se fue a redes Sociales Progresistas donde dirigió el partido a nivel nacional, luego apoyó a Verástegui y ahora quiere tener un cargo importante en el partido de El Yunque, mostrando evidentemente su conservadurismo radical.

    Ninguno de los que quieren crear partidos es nuevo en la política, todos son producto del rechazo social y de la indiferencia popular, su trayectoria los tiene considerados como verdadera escoria y si a éstos sumamos los remedos de líderes sociales como la ex candidata de la alianza opositora o la llegada de oportunistas como algunos partidos evangelistas dl norte del país, encontramos que los parásitos quieren presionar para vivir del erario.

    Cualquier partido nuevo está condenado a ser de derecha, todos ellos quieren aprovechar la inconformidad social de una parte de la población ante el gobierno de Claudia Sheinbaum, aunque es minoría, es muy útil a la hora de darle voz a sus ideas en los medios convencionales.

    Para los medios convencionales estos grupos rechazados por la población y las leyes electorales, otorgarían la calidad de partido en sus espacios.