Categoría: Gina Chávez

Opinión de Gina Chávez

  • “La Revolución de las Conciencias”

    “La Revolución de las Conciencias”

    A través de más de treinta años de saqueo y corrupción del capitalismo neoliberal en nuestro país, se sembró una idea de progreso inalcanzable, ligado al mejoramiento económico para comprar de manera frenética. En esta lógica, tener éxito significaba consumir más y ganar a toda costa en una competencia feroz contra el prójimo. Vivir con el pensamiento predominante de que “mientras a mí me vaya bien que se frieguen los demás”.

    Es decir, se emprendió un sistemático adoctrinamiento de la sociedad para orientarla hacia el individualismo, el consumismo, la competencia y el éxito material como valores morales supremos. La exaltación del dinero y las posesiones materiales y superfluas ha generado frustración y facilitado actitudes antisociales y de desconfianza entre los mexicanos. Esta falta de valores morales también fue causada por la pobreza, la marginación, la consistente negación a derechos básicos y a la falta de mecanismos que permitan y estimulen la movilidad social.

    Al mismo tiempo el estilo de vida inducido por la cultura neoliberal y consumista, en el que lo fundamental es el dinero, lo material y lo superfluo, ha generado frustración social abajo; mientras que arriba ha producido racismo, clasismo, sensación de superioridad intelectual, fobia al pueblo y la idea de que las prohibiciones son más eficientes que las libertades y que el propósito de la justicia no es la reinserción sino el castigo de los infractores. Es decir, un pensamiento neofascista.

    En realidad este sistema político nos afecta a todos por igual porque genera depresión, insomnio, angustia, ataques de pánico, soledad, porque nunca es suficiente, porque se anhelan objetos que se piensa proporcionará felicidad. Pero no es así, vivimos insatisfechos y vacíos. En esta carrera insensata, millones de mexicanos habíamos perdido el rumbo.

    Se ha polarizado y violentado a la población como estrategia para dividirnos, tenernos aislados, sin puntos de coincidencia, de solidaridad y camaradería. Estamos inmersos en una disputa por la nación y en una encarnizada lucha de clases. El que es pobre es porque es flojo porque es ignorante, vicioso, feo, prieto, naco, revoltoso. Sin duda estamos viviendo una de las peores crisis de prejuicios, desconfianza, discriminación y hasta odio que se haya visto en nuestro país.

    Ante este panorama, la revolución de las conciencias y la regeneración moral deben ser tarea fundamental de la Cuarta Transformación. Enfatizar la cultura cívica y ética en los programas de estudio desde la primaria, en la comunicación oficial, ganar espacios en los medios al servicio de la derecha y dar el ejemplo como se está haciendo, de regeneración ética con un gobierno austero, honesto, transparente, incluyente, respetuoso de las libertades, apegado a derecho, sensible a las necesidades de los más débiles y vulnerables.

    Son principalmente los medios de comunicación que pertenecen a la oligarquía los que crean una sociedad frustrada e insatisfecha, porque se nos repite todos los días, una y mil veces que la dicha significa tener bienes materiales, ser rubios, esbeltos, jóvenes, católicos y demás prototipos de mercado. Más aún, han hecho una apología del mundo violento y aterrador del narcotráfico pintándolo como una vida ideal, llena de lujos, mujeres u hombres guapos y mucha fiesta.

    Estas ideas, o más bien, prejuicios, se han convertido en realidad para amplios sectores de la población y desafortunadamente nos dividen, polarizan, torturan y nos hacen apáticos. Se creó una imagen elitista, de estereotipos y mitos convenientes a la oligarquía nacional y extranjera que provocó que en esta descomposición, colonización cultural, manipulación brutal y deliberada de los medios, casi se hayan olvidado los valores éticos y morales.

    La nueva tarea será la búsqueda de formas concretas de reversión de esta deformación, de un proceso de desmitificación de los valores de la mafia del poder y el descubrimiento de los valores implícitos en la práctica social del pueblo. Además de incluirse clases de cultura cívica en las escuelas, se debe impulsar la participación ciudadana en foros, conferencias y charlas en donde se rescaten el tejido social tan deteriorado y los valores ancestrales del pueblo de México.


    En este sentido, los medios de comunicación deberán ser elemento efectivo de la inclusión nacional para así, superar los efectos del colonialismo interno así como los de la dominación clasista y la sociedad de consumo. En cambio exaltar los valores colectivos, el bien común, el respeto al otro y al planeta y los lazos de solidaridad que han caracterizado a la población mexicana.

    El gobierno federal consiente de la importancia de esta situación, circuló hace algún tiempo, de forma gratuita (no de manera generalizada y suficiente) la Cartilla Moral de Alfonso Reyes, documento esencial que se debe retomar y divulgar profusamente, para llevar a cabo esta permanente revolución de las conciencias que quizá sea el reto más importante de generaciones por venir.

  • ¡A defender la tortilla natural!

    ¡A defender la tortilla natural!

    Hace 10,000 años nuestras culturas prehispánicas domesticaron al tatarabuelo del maíz como hoy lo conocemos para el beneficio de los mexicas y del mundo. El Dios Centéotl, el maíz, nos ha alimentado por muchas generaciones. Somos tortilla y el  maicito está en nuestra carne y nuestra sangre. Las amamos, decoramos,  sacralizamos, consumimos todos los días y de muchas formas.

    En una realidad paralela a la citadina, al centro de la mesa de doña Erika, está la pila de tortillas calientitas que ella tortea dos veces al día. Su marido y sus siete hijos esperan con mucho respeto sentados alrededor, para iniciar un ritual de sumo agradecimiento por esta bendición que les permite vivir saludables y con energía.

    Estas tortillas recién hechas huelen a tierra, a campo a planta recién cortada. Saben a cielo, a flores, a sol, a dulce. Son naturales, ellos mismos siembran la semilla, la seleccionan, la  cuidan, la riegan. Más adelante deshierban, desgranan, muelen. Es un proceso largo, de mucho trabajo y poca certeza y que justo empieza este mes de abril. Para una buena cosecha y lluvias abundantes se requiere la ayuda durante casi todo el año, de santos como San Andrés, San José, San Isidro, San Juan y por supuesto de la Madre Tierra. Es una cosmovisión sagrada, un culto ancestral. 

    Esto es ya casi un privilegio que sólo ocurre en las comunidades y pueblos que a pesar de todo, se han aferrado a sus costumbres y siguen trabajando la tierra. Sin embargo,  en muchas ciudades del país, esa mística del México profundo se ha reducido a la triste realidad que representa una tortilla sintética, modificada, insípida. Tortillas pirata manufacturadas por Maseca y Minsa, dos empresas que cotizan en la bolsa de valores y que nacieron con la privatización de la paraestatal Miconsa en 1993. Sí, en el periodo de Salinas de Gortari.

    Con esta visión de la harina de  maíz como un mega millonario negocio global y sustentable (tramposos términos neoliberales) la calidad de la tortilla se ha deteriorado a tal grado, que ahora francamente ya no se sabe qué es en realidad lo que uno está comiendo. En 2019  la Asociación de Consumidores Orgánicos hizo un análisis de estas harinas y  encontró la presencia de maíz transgénico, así como altos niveles de glifosato, químico herbicida probablemente cancerígeno.

    Por ello, es fundamental para la salud de los mexicanos, que se apruebe la norma oficial  NOM 187 que se ha tratado de impulsar en estas semanas. Esta propuesta busca defender a la tortilla tradicional frente a la masa de harina de maíz industrializada. Contempla clasificar a las tortillas en tres tipos: 100% maíz, de harina de maíz  y combinada. Dichas clasificaciones deben estar visibles en etiquetados, anuncios y en las tortillerías para una compra informada. Además, se prohíbe el uso de colorantes, blanqueadores o cualquier otro aditivo adulterado o dañino para la salud y se pretende especificar cuando se trate de Maíz Nativo.

    Sin embargo, el problema es complejo. Homero López García, líder del Consejo Nacional de la Tortilla integrado por  alrededor de 180 mil tortillerías en todo el país, fijó su postura en contra de la NOM 187. El dirigente en realidad se ha dedicado  a criticar y a ir a contra corriente. Al inicio de la administración del gobierno actual, el jefe del Consejo pedía a gritos una norma para la tortilla. Incluso insultaba al Procurador Federal del Consumidor Ricardo Sheffield llamándolo cobarde y metiche. Ahora rechaza la iniciativa con la excusa de  que va a encarecer aún más el precio del producto como si de eso dependiera.

    El debate y la información de esta norma fundamental, ha pasado de noche por los medios conservadores y los contados comentaristas que se han ocupado de ella, se han unido a la postura en contra, de Homero López García. ¿Coincidencia? No lo creo.

    Al margen de si  se aprueba o no la NOM 187 lo que va a evitar que sigamos consumiendo veneno, es la labor que está realizando el presidente Andrés Manuel López Obrador quien en el 2020 aprobó un decreto con el cual se eliminará en el territorio azteca el uso del glifosato y del maíz transgénico. Así mismo, también expidió la Ley Federal para el Fomento y Protección del Maíz Nativo. 

    El presidente de México es nuestro mejor aliado. Hace algunos días en La Mañanera dijo categórico que “No se va a hacer negocio con la salud del pueblo” y que es fundamental impulsar la siembra del maíz para garantizar la soberanía y la salud alimentaria.

     A nosotros como sociedad civil organizada nos toca exigir al poder legislativo que proteja al Maicito tan apreciado por los mexicanos y a las empresas de alimentos ultra procesados, demandarles el cumplimiento de sus responsabilidades en lo concerniente a respetar uno de nuestros más básicos derechos humanos. 

  • Hijo de tigre… dittatorzuelo

    Hijo de tigre… dittatorzuelo

    Desde la tierna edad de siete años Lencho Boy, ya se burlaba de su estricta abuela italiana cuando ella predicaba que en la mesa no se hablaba de política,  seria indicación que provocó al instante, el abucheó del hoy doctor y consejero presidente del INE, Lorenzo Córdova Vianiello

    En un ejercicio de imaginación freudiana es fácil recrear los escenarios. Único hijo varón de académicos renombrados, elogiado por propios y extraños al que se chuleaba en italiano por lo güero y ojo azul. Entre mimos y juguetes nuevos no había quien le pusiera un alto. Su ego le decía que él era digno de un amor inmensurable que en definitiva no le estaban dando sus padres porque siempre estaban muy ocupados o ausentes debido a conferencias, viajes, libros, investigaciones y clases. 

    Su padre Arnaldo Córdova fue un historiador mexicano y reconocido activista de izquierda, fundador y Diputado Federal del Partido Socialista Unificado de México (PSUM); Su madre Anna Paola Vianello Tessarotto, investigadora y filóloga clásica italiana ​profesora de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, una mujer muy meticulosa y rigurosa en sus trabajos. Este ambiente académico en la casa de Lenchito era rígido, frío, quizá un tanto falto de contacto amoroso y personal. Carencias que le eran compensadas con excesos materiales.

    Y así crecía little Lencho,  escuchando a sus padres y amigos hablar de injusticias sociales, de hambre, de revolución, de comunismo. Seguro que las conversaciones hogareñas en la residencia de una pareja de célebres académicos Marxistas, glorificaban a la bola de pobres encalzonados de la revolución mexicana, los libros de Gramsci y a políticos nacionalistas como el General Lázaro Cárdenas.

    Pero a Lencho Boy todo ese discurso de izquierda, no le resonó. Eso, desde su mesa repleta, le quedaba muy lejos. Eso le rezumbaba a naquez arcaica, a chiste machacón. Sinceramente al “conse” todo eso le venía valiendo madres mientras se le cumplieran todos sus caprichos.  Nada más que esa cantaleta de pueblo explotado,  le quitaba la atención de sus progenitores y tal vez, ahí empezó su resentimiento y su  Síndrome del Emperador. 

    Fue así como en algún punto del camino entre el doctorado en Turín Italia, la fotografía, la natación y los viajes a los Alpes suizos; entre antagonismos y lucha de personalidades, formas de pensar y nada más por llevar la contraria, que  Lorenzo se apartó de su padre, de sus raíces y se volvió enemigo de la sociedad, la democracia y del ahora presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador.

    Por eso cuando en 2011 los partidos de derecha (PAN, PRI y PRD)  lo llamaron para nombrarlo funcionario del Instituto Electoral no lo dudó ni un segundo. Esta era la oportunidad para demostrarle a su padre que él era mejor, que él iba a lograr más éxito, dinero y poder. Eso es lo que ha representado el INE para Lencho Boy,  una venganza y un enorme barril sin fondo de miles de millones de pesos.  Aunque en los hechos sea sólo un títere y sus decisiones estén al servicio de quienes lo impusieron, porque en política los favores se pagan. 

    Por eso en el  2012 no vio la compra descarada del voto; en el  2013 no hizo validas tres millones de firmas para la  consulta de la Reforma Energética; en 2020 por encuesta del INE se impuso al repudiado Mario Delgado como presidente de morena. Actualmente Lenchito no quiere saber nada de la Revocación de Mandato, sobre todo porque fue su mismísimo padre quien dijo que la participación ciudadana era lo único que podía salvar al país. 

    Hoy, a pesar del repudio generalizado que le tiene el pueblo, de un juicio político en curso y de las continuas  protestas  para que el Lencho Boy renuncie,  parece que  se irá hasta que se le dé la gana, porque su voluntad está por encima de todos, porque se siente Dios y puede jugar con el destino de una nación y con vidas humanas.

    Por ello es urgente impulsar una iniciativa que obligue a funcionarios de ese nivel, a someterse a un riguroso examen psicológico antes de aceptar candidaturas o puestos, porque la política conservadora tradicional está llena de sociópatas asesinos, ladrones,  ególatras narcisistas y  gente enferma de poder. 

    En el caso del dittatorzuelo sin ética ni amor por su patria, es evidente que está en constante berrinche infantil que lo ha llevado a actuar por encima de la ley, de sus atribuciones y a padecer el delirium tremens de creer incluso, que puede llegar a la silla presidencial. Para utilizar las palabras que utilizó en su escandalosa proyección telefónica de hace un tiempo, refiriéndose a un indígena: No mames cabrón, estás de pánico, estás para el psiquiatra, estás bien Lorenzo.  

  • “Cadena Nacional”

    “Cadena Nacional”

    Opinión de Gina Chávez

    Con los gobiernos del PRIAN padecimos muchos años políticas empresariales de tecnócratas al servicio del capital nacional y extranjero que provocaron una desigualdad extrema y con ello, nos arrojaron a la violencia, la inseguridad y la polarización. Esos grupos de poder se adueñaron de los medios de comunicación y hasta la fecha sobornan a comentaristas famosos que se creen expertos todólogos y que aseguran que lo maligno surgió por generación espontánea en el 2018, borrando así de fácil la larga noche del neoliberalismo en México.

    Esta oligarquía quiere seguir explotando al pueblo y a la tierra, conservar a toda costa sus ganancias económicas voraces, sus privilegios y continuar con una sociedad donde las clases subordinadas se mantengan en calidad de tales, donde éstas no pretendan alterar el “orden natural divino” ni se atrevan a cuestionar la autoridad de las élites.

    Por ello estamos sumergidos en una batalla que se funda en dañar, calumniar y lanzar una serie de acusaciones contra el presidente Andrés Manuel López Obrador, sin aportar una sola prueba contundente y jurídicamente válida que las acredite. Ha sido creada con el propósito de inspirar temor, odio, confusión, división entre la sociedad y retroceder en el cambio. Para ello no se escatiman recursos materiales, económicos, logísticos y humanos porque el trasfondo es, que no quieren dejar de robar 

     La derecha está aterrada. Por ello, sus ataques feroces no tienen tregua. Como dice el Dr. Lorenzo Meyer tienen un terror histórico a las clases peligrosas, al pueblo, a salvajes que debían ser exterminados para salvar al país. Por eso el poder económico no les es suficiente, anhelan recuperar el poder político como sea y  así subordinan a comentaristas con influencia que difaman, omiten, editan, hacen montajes, memes ofensivos, imágenes o grabaciones fuera de contexto, burlas, ataques a la familia del presidente y toda clase de campañas de odio. Un verdadero bombardeo cotidiano cuyo objetivo es difundir la imagen de un gobierno rebasado, traidor a sus promesas y a su honestidad.

    Frente a esta ofensiva, no debemos bajar la guardia puesto que está de por medio el futuro de México, la continuidad del proyecto de nuestro gobierno actual más allá de este sexenio. A  los ciudadanos nos toca investigar, corroborar la seriedad de las fuentes, no creer ni compartir rumores, ni noticias sacadas de contexto, anónimos, etc. Como decían algunos profesores de la FCPyS de la UNAM: leer, cuestionarse, averiguar el trasfondo de lo que se afirma y circula en los medios de información y aprender a debatir respetuosamente con amigos, familiares y vecinos.

     Al presidente le toca ejercer su derecho de réplica, defender a su pueblo, su proyecto y su administración. Desafortunadamente su principal arma, Las Mañaneras, no son vistas por todos los mexicanos. El internet no tiene aún cobertura universal y los adultos mayores no manejan la tecnología. Urge una estrategia gubernamental integral, contundente y amplia de comunicación social, que cuente con una difusión extensa y recurrente a nivel nacional.  

    Se trata pues, del derecho que tiene presidencia a los tiempos oficiales de radio y televisión. Estos tiempos del Estado, significan transmisiones gratuitas diarias por un total 30 minutos, en cada estación de radio y canal de televisión abierta, en cadena nacional. Lo anterior con fundamento legal en el Artículo 251 y 252 de la Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión. De esta manera se podrían contrarrestar las noticias falsas, lograr una proyección mucho más amplia y llevar directamente a los hogares de millones de mexicanos, información fidedigna con datos de primera mano.