Categoría: Emmanuel Soriano Flores

  • ¿Dónde están las policías municipales y estatales?

    ¿Dónde están las policías municipales y estatales?

    La discusión sobre el tipo de mando que debería tener la Guardia Nacional ha generado mucha controversia. Están aquellos que piensan que debería haber un mando civil desde el deber ser teórico-constitucional, y el contraargumento del presidente López Obrador propone conservar un mando militar para mantener e imponer la disciplina necesaria en un cuerpo de seguridad tan grande y de reciente creación, con la intención de que no se corrompa como su más reciente antecesora: la policía federal.

    Dicha conversación se enmarca en un debate más amplio sobre la supuesta militarización del país. Por un lado, está la sociedad civil que, de forma acertada, señala que el ejército y la marina no deberían desempeñar funciones de seguridad como lo hacen actualmente; y por otro lado, está la evidente realidad,  que tiene que ver con un país con tasas de violencia similar a la de zonas en guerra, y que cualquier análisis medianamente serio admite que, al día de hoy, no es posible prescindir de la ayuda de las fuerzas armadas, porque ello sería suicida ante la incapacidad y mala gestión de policías municipales y estatales para hacerse cargo del problema.

    A este respecto , surge otro debate que tiene pocos reflectores en los medios de comunicación convencional, pero que es importante en la discusión nacional sobre seguridad, y tiene que ver con el señalamiento constante al gobierno federal, y en particular a la figura del presidente López Obrador como responsable único de la seguridad en México, ignorando o no queriendo ver el papel omiso y fracasado que han tenido muchos gobiernos estatales y municipales, quienes han utilizado al Obradorcentrismo como la herramienta de comunicación política para deslindarse de su responsabilidad en este delicado tema. Los casos más evidentes son los gobiernos de Guanajuato, Estado de México y Jalisco (gobernados por el PAN, PRI y Movimiento Ciudadano, respectivamente), y cuyas tasas de homicidio contribuyen a casi la mitad del total nacional en los últimos meses. 

    Entonces, ¿dónde están las policías municipales y estatales de estos Estados y cómo contribuyen a mantener la paz? Intelectuales orgánicos de derecha han señalado constantemente la falta de recursos y un desinterés del presidente López Obrador para fortalecer el nivel local, pero, si el tema fuera solo de recursos, ¿cómo se explica que con el actual pacto fiscal hay policías exitosas en Coahuila, Yucatán, y Ciudad de México? (por citar algunos ejemplos). El caso de la Ciudad de México es paradigmático con el liderazgo de Claudia Sheinbaum y la gestión de Omar García Harfuch. No es casualidad que ahora ella lidere la mayoría de encuestas con miras a 2024.

    El gobierno federal no puede y no debe asumir las responsabilidades de gobiernos locales, y sin un engranaje perfecto entre los diferentes niveles de gobierno, es imposible que funcione cualquier estrategia de seguridad, incluso la diseñada por los mejores expertos y aprobada por todos los poderes del Estado, pero no solo eso, ya que si hubiera una vigilancia y exigencia desde los medios y la sociedad civil hacia los estados y municipios como la hay hacia lo que ocurre en Palacio Nacional, los resultados serían tal vez otros, o al menos, habría mejores intentos que los actuales.

    Es evidente que el tema de la Seguridad Pública es complejo e incluye muchas y diversas variables, y también es cierto que la vigilancia y exigencia ciudadana no trascenderá en tanto no exista un verdadero Estado de Derecho e Impartición de Justicia a través de instituciones sólidas, sin embargo, la opinión pública debería enfocar mejor su crítica si lo que se busca es coadyuvar a tener un mejor país.

  • La nueva perspectiva en la educación básica de México ante el modelo globalizador

    La nueva perspectiva en la educación básica de México ante el modelo globalizador

    En medios de comunicación se ha hablado mucho del nuevo plan de estudios propuesto en 2022 para la educación básica en México, sobre todo de la supuesta carga ideológica que conlleva, sin embargo, no se han reconocido, en contraparte, los aportes que podrían ser pertinentes para el momento actual y su valía para la perspectiva de futuro.

    Por ello, vale la pena analizar los aspectos rescatables de todo el documento, con énfasis en dos de ellos que, si se enfocan y aplican correctamente, podrían ser muy útiles en aras de conseguir progresos y avances significativos como sociedad; reconociendo las debilidades, carencias, vicios, contradicciones y grandes desigualdades que históricamente guarda la educación básica en México. También es importante reconocer que, independientemente de lo valioso o pernicioso del nuevo modelo educativo, conseguir su puesta en marcha es una tarea titánica que ahora mismo se ve lejana, y que requerirá de un gran ejercicio de coordinación y voluntad política.

    Dentro de los fundamentos del plan de estudios, el primer aspecto a resaltar es el reconocimiento de la comunidad como núcleo de los procesos educativos. La escuela no es un espacio aislado, sino que su razón de ser está en relación con la vida de las personas que acuden a ella. La escuela debe ser un punto de encuentro, socialización y construcción de relaciones afectivas que potencie el desarrollo de la comunidad, y la gran diferencia con el modelo globalizador es que este último hace énfasis, mayormente, en el desarrollo del individuo para “el mundo”, ignorando que cada comunidad tiene características que la diferencian de otras. Es fundamental referirse a la comunidad como el ente básico muy bien delimitado sobre el cual tienen que recaer los beneficios del proceso educativo, por lo que los proyectos y productos de las carpetas de evidencias deberían ir enfocados hacia el bienestar de la comunidad como entorno inmediato, no como ideas buenas aplicadas en abstracto para el mundo. 

    Con relación a la estructura curricular, el segundo aspecto a resaltar es la inclusión del pensamiento crítico, el cual, por definición, es antidogmático, deconstructor, cuestionador, reflexivo, y que con la base de valores sociales y humanos adecuada, debería llevar a la búsqueda de la justicia y la igualdad como ejes rectores para la construcción de una mejor sociedad. Mientras el modelo globalizador -y ni qué decir del modelo memorístico de antaño- ofrece explicaciones y respuestas para comprender los fenómenos que acontecen en el entorno, el pensamiento crítico cuestiona, desde diferentes ópticas, esas respuestas y explicaciones que se enseñaban como verdades dadas, pero sobre todo, comprende cómo, quién y para qué se construyeron.

    En una primera fase, el pensamiento crítico implica dejar de trasmitir conocimiento para tratar de llegar a él a través del diálogo, de la investigación, del cuestionamiento; y en una segunda fase, para generar pensamiento revolucionario en beneficio de los más desprotegidos, de la clase trabajadora, y en contra de la opresión, la dominación y el imperialismo.

    Si solo estos dos elementos fueran llevados a cabo exitosamente en la implantación del nuevo plan de estudios de educación básica, ello implicaría una ruptura paradigmática de grandes dimensiones en el imaginario colectivo de la sociedad mexicana, y de impactos tangibles muy benéficos para las generaciones venideras.

  • El gas ruso es más importante de lo que pensamos, incluso para México

    El gas ruso es más importante de lo que pensamos, incluso para México

    Hace unos días, el portal de noticias estadounidense Bloomberg publicó que, aunque Europa no comprara gas a Rusia durante un año, ello no afectaría de manera significativa a la economía de ese país, en tanto que la mayoría de países del mundo no han puesto sanciones y vetos como sí lo hicieron Estados Unidos y sus socios europeos (con la aclaración de que la mayoría sí condenó la invasión a Ucrania en el consejo de Naciones Unidas, incluido México).

    La apuesta estratégica del bloque USA-EUROPA era asfixiar a la economía rusa con las sanciones, sin embargo, no contaban con la no colaboración de la mayoría de países del mundo, entre ellos China e India, los dos grandes motores económicos de la región de Asia.

    A pesar del relato triunfalista de medios occidentales y del veto a medios rusos y pro rusos, la consultora Capital Economics – de origen estadounidense e ideológicamente alineada al establishment occidental-, publicó que el aumento en el precio del gas provocó que Rusia ingresara más de 50 mil millones de dólares por concepto de ventas de este energético durante el primer semestre de 2022, lo que representa el doble o triple de lo que ingresaron por el mismo concepto en años anteriores.

    En el ajedrez geopolítico de la guerra, los primeros perdedores son los europeos en tanto fieles vasallos de la política bélica de Washington, pero, al ser esta la zona del Euro (la segunda divisa más importante del mundo), los impactos y connotaciones se reflejan a nivel internacional, afectando incluso a países como México, que ya registró niveles superiores al 8% a pesar de la política de subsidio a la gasolina promovida por el presidente López Obrador, la cual, de no haberse empleado, habría impactado todavía más, viéndose reflejada en una probable inflación de dos dígitos, como la que ya experimentan la mayoría de países europeos y que es devastadora para las clases populares. 

    La escasez de energía en Europa provoca un fenómeno inflacionario que afecta a todas las cadenas de suministro del mundo, y mientras la diplomacia no predomine, la burbuja puede seguir creciendo hasta estallar en una recesión de larga duración que retrasará, todavía más, la recuperación económica, como si el Covid no hubiera sido suficiente lastre durante los últimos 2 años.

    Estados Unidos parece estar dispuesto a sacrificar a sus socios europeos para seguir exportando armas, mantener la guerra en Ucrania, reafirmarse por encima de China como la potencia hegemónica dominante y desarrollar su industria armamentista para protegerse a sí mismo de la inflación galopante, por un lado; y por el otro, para asegurar su matriz energética, donde, por cierto, México y sus recursos son pieza clave.

    México debe seguir propugnando por una política de soberanía energética para, en la medida de lo posible, no depender de otros países y fenómenos externos como la guerra, seguir controlando el precio de la luz y la gasolina hasta donde las finanzas públicas lo permitan, y disminuir los impactos de la hostil e impredecible situación internacional. De hecho, la presidenta de la comisión europea Ursula von der Leyen ha propuesto una intervención con ese propósito al mercado eléctrico de la eurozona, algo que Emmanuel Macron en Francia ya vislumbraba y por ello nacionalizó la mayor eléctrica de ese país en julio de 2022; ambas, políticas similares a las que López Obrador impulsó en la Reforma Energética para México.

  • El litio latinoamericano como objeto de disputa geopolítica en América Latina: consecuencias para México

    El litio latinoamericano como objeto de disputa geopolítica en América Latina: consecuencias para México

    América Latina es una de las regiones más ricas en recurso naturales: tiene una quinta parte de los bosques a nivel mundial, un tercio de las reservas de agua dulce del mundo, las mayores reservas de petróleo y posee importantes reservas de minerales como plata, cobre, estaño y litio, este último cobra gran relevancia en el contexto geopolítico y energético actual.

    Recientemente, la teniente del comando sur de los Estados Unidos, Laura Richardson, hizo unas declaraciones que dejaron atónitos a más de uno porque se refirió a las reservas de Litio en América Latina: “veo lo que hacen nuestros competidores, veo a Rusia en esta región y creo que están allí para socavar a Estados Unidos, para socavar las democracias, y al respecto, necesitamos una estrategia. Tenemos una serie de elecciones y hay que estar muy al pendiente de ello”

    Estas declaraciones injerencistas son relevantes desde diferentes ángulos, pero interesa hacer el análisis desde un punto de vista energético.

    El precio del litio se ha incrementado exponencialmente y de forma sostenida. Las reservas probadas más grandes del mundo se encuentran en Bolivia, Argentina y Chile, el denominado triángulo del litio, pero Perú y México también tienen importantes reservas. De hecho, México tiene reservas posibles todavía desconocidas.

    La razón del interés por este mineral no es otra que su uso en baterías eléctricas, placas solares, coches eléctricos y, en síntesis, es el mineral en el que se sustentará la transición de combustibles fósiles a energías más limpias. 

    Empresas como Tesla y otras tecnológicas aspiran a poseer este recurso como insumo estratégico para sus productos, lo que implicaría un negocio billonario, y ahí radica la importancia económica de aprovechar este recurso para los pueblos que lo poseen.

    De forma anticipada y estratégica, el gobierno encabezado por el presidente López Obrador nacionalizó el Litio, lo que implica que el sector privado no podrá participar de su uso y explotación, pero, ¿qué consecuencias tuvo esta decisión?. Pues una serie de críticas de la prensa corporativa estadounidense expresando su preocupación por la incapacidad de México para extraer y procesar el mineral en cuestión, lo que era más o menos esperado dadas las intenciones imperialistas del vecino del norte. 

    Afortunadamente, para el caso mexicano hay un antecedente importante: el petróleo. La historia demostró que los ingenieros mexicanos y Pemex fueron capaces de extraer y procesar petróleo y, durante muchos años, los mexicanos se han beneficiado de ello.

    El golpe de Estado en Bolivia en 2018 y el veto a la economía Venezolana son el claro ejemplo de hasta qué punto están dispuestos a llegar los Estados Unidos en su afán de controlar y poseer los recursos de América Latina. Debido a la supremacía del dólar, su poder militar incomparable y a su dominio mundial como, todavía, potencia hegemónica, Estados Unidos tiene capacidad de destrozar a un país y su economía en cuestión de días, o quizás horas, y por ello conviene sobrellevar una relación estratégica e inteligente con ellos, pero al mismo tiempo, priorizar los proyectos que convengan a los mexicanos como sociedad y sus empresas.

    En síntesis, México debe permanecer aliado con Estados Unidos para evitar catástrofes como la venezolana o golpes de Estado como el boliviano, pero también debe propugnar por una política soberana para uso y beneficio del litio en favor de los mexicanos, y la gestión de este delicado equilibrio es lo que dictaminará la suerte de nuestro país en los años venideros.

  • La debilidad de la oposición desde la triada dialéctica Hegeliana

    La debilidad de la oposición desde la triada dialéctica Hegeliana

    En un sistema democrático consolidado, todas las fuerzas políticas son importantes, porque, desde las diferencias y a través del diálogo, se construye un proyecto de nación que favorezca a todos, o al menos eso es en teoría, porque en México la realidad es muy distinta.

    La actual oposición mexicana está tan mermada y debilitada, que ha recurrido a las peores prácticas políticas para golpear al actual gobierno y tratar de recuperar credibilidad y poder, pero ha resultado contraproducente, según las encuestas. Pareciera ser que entre más calumnian, descalifican y mienten a través de sus voceros y sus medios de comunicación, peor les va.

    Aparentemente esto es bueno para el proyecto de la 4T Y Morena, pero en el fondo no es así. Según la triada dialéctica Hegeliana, la única forma de evolución –e incluso la única forma de comprender el mundo-, es a través del diálogo que parte de la tesis, la cual se contrapone a la antítesis y con ello se genera la síntesis, que es el resultado de superar la contradicción que implican las dos primeras. Trasladado al ámbito político, el partido gobernante es la tesis y los partidos de oposición plantean la antítesis, para, de forma constructiva y en beneficio de los gobernados, llegar a la síntesis, la cual se traduciría en las mejores acciones de política pública, proyectos estratégicos y una visión de nación clara y favorable, pero en México la oposición ha fallado.

    A continuación, se expone una serie de acciones erráticas que han llevado al fracaso a la oposición y la manera inteligente de plantear una antítesis, para, a posteriori, llegar a una síntesis que los convierta en una opción más decente en favor de la vida democrática del país.

    • 1. Decir “no” por sistema ha sido un error: Pareciera que, si el presidente dice blanco, en automático la oposición dice negro; si dice sí, ellos dicen no y viceversa.  Sería más inteligente usar matices, reconocer aciertos y moderar el lenguaje. También sería inteligente usar interlocutores, intelectuales y voceros más moderados y menos locuaces.
    • 2. Pecar de Obradorcentrismo: término acuñado por Viri Ríos para hacer referencia a que todos los males y problemas del país son culpa del presidente López Obrador, según la oposición. Si fueran más sensatos, harían críticas más cartesianas, es decir, más ubicadas en tiempo, en espacio y con un tono proporcional al error. 
    • 3. Traicionar su ideología: el PRIANRD es un bodrio que atenta contra la historia y origen de los partidos que la representan. Es el pragmatismo más vulgar y burdo que se haya visto en política mexicana. Se sabe que el PRIANRD es el antiobradorismo, lo que no se sabe es exactamente a favor de qué está, más allá de la visión de Claudio X. Cada partido debería definir mejor su ideario político, y mantenerse firme en ello, incluso aunque perdiera las elecciones más inmediatas, pero en el largo plazo habría prestigio, credibilidad y proyecto, que finalmente es de lo que se trata la política.
    • 4. Afán de entreguismo y subordinación: han ido a España, a la OEA y pedido la intervención de USA. Esto no es algo menor, porque independientemente de qué ocurra en las futuras elecciones, se les recordará como traidores a la patria. En tiempos de guerra y covid, la soberanía nacional debería ser el eje rector de todo el espectro político mexicano, independientemente de si se es de derecha o de izquierda. 

    Dialécticamente hablando, en México solo se ha impuesto la tesis de la 4T, lo cual es positivo para quienes comulgamos con esta visión de gobierno, pero no lo es del todo desde una perspectiva de inclusión de todas las fuerzas e ideas que podrían trabajar en favor de México. La creación de la Guardia Nacional fue uno de los pocos momentos donde se llegó a consenso a través del diálogo constructivo, ojalá haya más momentos como este en el devenir de la política mexicana.

  • Defender la soberanía a toda costa

    Defender la soberanía a toda costa

    En tiempos de neoliberalismo, la máxima gubernamental importada por gobiernos espurios y entreguistas era apostar por el aperturismo comercial indiscriminado y las privatizaciones de sectores estratégicos, lo que prometía bienestar y desarrollo a manos llenas, e incluso se habló del primer mundo como visión prospectiva del mediano plazo.

    Si bien esta estrategia trajo algunos beneficios económicos puntuales que se deben reconocer, lo cierto es que ha generado mayor desigualdad, pobreza y violencia, y el balance negativo de este modelo entreguista es lo que ha llevó a Andrés Manuel López Obrador a la presidencia de México: un proyecto alternativo de nación.

    A cuatro años del gobierno de la cuarta transformación, la visión soberana del proyecto Obradorista es más vigente que nunca dada la coyuntura internacional, y vale la pena ahondar en ello.

    La guerra, el Covid y la inminente recesión económica mundial dejan de manifiesto que hoy, más que nunca, es mejor depender lo menos posible de otras naciones, porque esta dependencia viene aparejada de inestabilidad y exabruptos.

    En primer lugar, la guerra es justificación de que incluso el “mejor cálculo político” puede fallar. Muestra de ello es la gran crisis energética que sufre la zona europea y la consecuente devaluación de su moneda, el euro. Países como Alemania, Italia o Francia con alto IDH y plenamente desarrollados, pero totalmente dependientes de la energía rusa, ven como su modelo económico se tambalea. Ellos contaban con que el resto de países, incluso los asiáticos, seguirían al unísono la misma línea de solidaridad con Ucrania y antagonismo a Rusia, pero no ha sido así y ahora se ahogan en sus propias sanciones. Lección valiosa del obradorismo para México: es mejor si se extrae y se refina el propio petróleo a que si se vende crudo y se compran gasolinas, porque ello permite mantener cierto nivel de control de precios y, hoy por hoy, ser el país con la menor inflación energética del mundo, en beneficio de las grandes mayorías y la economía popular.

    Luego, el tema del Covid. El modelo neoliberal pregona que, ante la incompetencia del sector público para administrar los recursos, es mejor entregarlos a los particulares para que ellos lo hagan con eficiencia y eficacia. El sector salud fue objeto de privatización, y si bien no se logró gracias a la política nacionalista del proyecto obradorista, sí se entregaron áreas estratégicas como las compras de medicamentos y la industria de las vacunas, lo que llevó a México -como a muchos otros países que no tienen industria farmacéutica propia- a depender de los envíos de otros países, lo que retrasó la aplicación oportuna de vacunas y significó la pérdida de vidas. Lección valiosa del obradorismo para México: es mejor tener industria farmacéutica e invertir en investigación y desarrollo propios y no depender de otros para ello.

    Y finalmente, la recisión económica inminente. El alza de las tasas de interés para apaciguar la inflación implicará un freno a la economía mexicana. Entre más alimentos, bienes y servicios se importen, y, entré más débil e incompetente sea el campo y la industria en México, menos control y mayor volatilidad en precios se experimenta, lo que implica un gran golpe para las familias más pobres, que se concentran mayormente en el sureste del país. Por ello, cobran gran pertinencia y relevancia proyectos como el tren maya, el desarrollo del Istmo, la refinería de Dos Bocas y el programa de sembrando vida, los cuales sirven de paraguas para contener los estragos de la crisis económica en el área más vulnerable de México y como compensación a la falta de competitividad en la región. Lección del obradorismo para México: en tiempos de crisis, conviene, además de invertir en las zonas más pobres, depender lo menos posible del sector exterior y promover el desarrollo propio a largo plazo.

  • Soberanía energética: La visión prospectiva vencedora de la 4T

    Soberanía energética: La visión prospectiva vencedora de la 4T

    Uno de los tantos temas que dividió la opinión pública durante las elecciones de 2018 fue el tema energético, en donde la oposición argumentaba que, dada la insolvencia financiera de PEMEX como empresa moribunda y succionadora de recursos del Estado Mexicano, era mejor rematarla en una especie de continuación perversa de la reforma entreguista que propuso Peña Nieto a través del vergonzoso Pacto por México, aunado a un discurso de pseudo ambientalistas y expertos de ocasión que argumentaban que México estaba listo para transitar hacia energías “más limpias y baratas”. 

    Dado el contexto geopolítico actual, queda demostrado que no solo estaban equivocados aquellos agoreros del desastre que pronosticaban catástrofe financiera y ambiental si se apostaba por la recuperación de PEMEX como piedra angular del  plan de soberanía energética de la 4T propuesto por López Obrador, sino que, además, el hacerlo ha conducido a una estabilidad macroeconómica y energética infravalorada por los analistas políticos y “expertos”, pero eso sí, muy bien apreciada por las clases populares.

    El petróleo es y seguirá siendo un recurso estratégico de alta valía para las sociedades industriales como México. A partir de la cuantificación de las reservas probadas, posibles y probables; su vigencia se prospecta no solamente por algunos años, sino incluso por décadas, pero si el reto de la transición energética no fuera suficientemente complejo en sí mismo, hay que agregar a la ecuación la crisis energética que sufre el mundo como consecuencia de distintos fenómenos, entre ellos la guerra entre Ucrania y Rusia y el reacomodo multipolar que apunta cada vez más a un nuevo contexto de Guerra Fría.

    Por lo anteriormente comentado, la refinería de Dos Bocas y la compra de Deer Park han sido movidas infalibles al nivel de una Defensa Petrov en el ajedrez geoestratégico en el que participa México, porque mientras a las grandes potencias occidentales les han explotado las sanciones en la cara –mayormente a la Unión Europea- y están al borde del colapso económico, financiero y social por la falta de suministros energéticos; México resiste estoicamente con la ventaja de depender de sí mismo, hasta cierto punto.

    El otro aspecto relevante a comentar del plan de soberanía energética de la 4T era el empoderamiento de la CFE, lo que fue impedido por una oposición más enardecida que argumentativa, y que al día de hoy se ve solo como una victoria pírrica de menos valor cada día, porque ejemplos como el de Francia -cuya nacionalización de la mayor empresa energética de aquel país- desmonta mitos sobre riesgos de Estatismo, y más bien pone en valor la necesaria Intervención del Estado en tiempos de alta adversidad. 

    El mito neoliberal de la dependencia y aperturismo en favor del “libre mercado” a costa del debilitamiento del Estado Mexicano muere cada día, dejando evidencia inexorable de su perversa concepción y terribles consecuencias, lo cual es especialmente notorio en el ámbito energético. Ojalá las siguientes generaciones tengan memoria y no repitan el error antipatriótico.

  • Los medios de comunicación en América Latina: ¿Informadores o servidores de las plutocracias oligárquicas?

    Los medios de comunicación en América Latina: ¿Informadores o servidores de las plutocracias oligárquicas?

    Analistas, críticos e intelectuales cuestionan por qué el presidente López Obrador hace conferencias diarias de dos o más horas: “sigue en campaña”, “podría trabajar en cosas importantes durante ese tiempo”, “no hace lo que hacen otros líderes brillantes, como tal o cual personaje”, “manipula y miente para sus más ignorantes seguidores”, son solo algunos de los argumentos que ofrecen sus más férreos críticos, pero ¿alguien se ha preguntado realmente por qué lo hace?, y más importante, ¿cuál es la relevancia de este ejercicio de diálogo circular en el contexto político mexicano?

    El mismo presidente López Obrador dio la respuesta en la conferencia del 28 de diciembre de 2020 cuando, en tono de broma, se refirió al día de los inocentes: “ya no se hará la conferencia matutina, porque finalmente los medios cumplen con su objetivo de informar sin distorsionar”, fue el mensaje que transmitió el primer mandatario, y vale la pena profundizar en ello.

    En América Latina, los medios de comunicación NO informan con objetividad e imparcialidad, de hecho, desde una perspectiva sociológica crítica, son considerados el cuarto poder –ejecutivo, legislativo y judicial serían los otros tres en la acepción democrática clásica-, uno que no tiene límites, que no está regulado, que no tiene contrapesos, pero lo más importante: que carece de legitimidad por la verdadera falta de representación social y la falta de profesionalismo y servilismo de quienes los dirigen y controlan, es decir, de plutocracias oligárquicas que históricamente han impuesto gobernantes y manipulado gobiernos a conveniencia, con especial énfasis en el periodo neoliberal.

    Los medios de información de orientación conservadora en América Latina, lejos de cumplir con una función ciudadana-social, son instrumentos de poder y control al servicio de minorías rapaces. Ya lo decía Rafael Correa, expresidente ecuatoriano: los medios de información creen que están más allá del bien y del mal, y si asumen una postura política, deben aceptar respuestas políticas. Su poder es inconmensurable e históricamente han coadyuvado a legitimar represiones, fraudes bancarios y hasta golpes de Estado.

    Afortunadamente, la influencia de estos medios es cada vez menor debido a la democratización que ofrecen las redes sociales y medios alternativos, por un lado, pero también a ejercicios de comunicación directa y frecuente como “la mañanera” de López Obrador, por el otro, quien parece haber aprendido la lección de la caída de la primera gran ola izquierdista en América Latina, encabezada por los Kirchner en Argentina,  Chávez en Venezuela, Correa en Ecuador,  Pepe Mujica en Uruguay y Evo Morales en Bolivia: no basta con llevar a cabo un proyecto democrático a favor de las grandes mayorías, hay que comunicar y enfrentar día a día el descrédito y las mentiras de la derecha, especialmente de aquella intransigente y radical, la que es capaz de mentir sin mesura e incluso de llevar a cabo golpes de Estado con tal de recuperar el poder.

    ¿Cuál es la lección hacia el futuro? Pues que para los países latinoamericanos cuyos gobiernos promueven un proyecto antagónico al neoliberalismo,  el ejercicio de comunicación permanente es de vital importancia. No basta con tener representantes o hacer entrevistas de vez en cuando. En este sentido y como gran precursor de la segunda ola izquierdista de América Latina, López Obrador es el ejemplo para Petro en Colombia, Lula en Brasil, Boric en Chile, Fernández en Argentina y Arce en Bolivia; quienes observan atentamente el caso mexicano y aprenden lecciones valiosas para sus países.

  • Especulaciones en geopolítica latinoamericana: América somos todos

    Especulaciones en geopolítica latinoamericana: América somos todos

    Del 6 al 10 de junio se celebra la cumbre de las Américas en Los Ángeles, la cual se vio eclipsada por la ausencia del presidente López Obrador, que cumplió su palabra de no asistir si no se invitaba a todos los países de América, independientemente de su situación política actual y las diferencias que tuvieran con el país anfitrión.

    Para magnificar el impacto de la no asistencia del primer mandatario, baste decir que es el representante del país con la mayor cantidad de migrantes -muy por encima del resto de países de América-, con nada más y nada menos que 40 millones de mexicanos en el país de las barras y las estrellas, y que muchos de ellos son potenciales votantes y un target importante en las elecciones venideras de aquel país, aunado a que López Obrador es el segundo presidente con mayores niveles de aprobación en el mundo según la encuesta de Mourning Consulting Group: 70% en el último registro de junio. Por si esto no fuera poco, la cumbre se lleva a cabo en una de las ciudades con mayor número de mexicanos, y ello no fue casualidad: contaban con la presencia de AMLO para capitalizar todo a favor del disminuido y mal evaluado Joe Biden.

    Al respecto de la no asistencia del mandatario mexicano, ha habido un sin número de especulaciones y supuestos que van desde lo inverosímil hasta teorías que, en el ajedrez geopolítico latinoamericano, pueden tener algún sentido, sin embargo, entre los “grandes analistas” es más fácil suponer lo peor y crear escenarios catastróficos para satisfacer a sus audiencias que simplemente apostar por lo más lógico y obvio, y en ese sentido, ¿alguien se ha preguntado si AMLO simplemente cumplió su palabra y sus motivaciones son reales y auténticas más allá de segundas intenciones políticas?

    Sería ingenuo pensar que un político de la talla y experiencia de López Obrador no tiene calculados los riesgos y visualizados diferentes escenarios, pero parte de su éxito es atribuible a que sus seguidores perciben como muy auténtico su actuar, y que realmente abandera las causas justas y buenas, es decir, cuando actúa de tal o cual manera, lo hace por la convicción que tiene de ello.

    En este caso, López Obrador está convencido de que el bloqueo económico a Cuba y Venezuela son pretextos (hipócritas si se supone que Estados Unidos está en contra de supuestos autoritarismos, pero compran petróleo a Arabia Saudita y negocian con China, por ejemplo) que lo único que ocasionan es un sufrimiento innecesario a sus poblaciones al privarlos de poder comerciar de manera igualitaria, tal como hacen el resto de países. Pero este discurso “antisocialista y anticomunista” resulta muy útil a nivel discursivo para grupos ultraconservadores del congreso norteamericano.

    Dicho esto, a López Obrador le resultaría más fácil ejercer el pragmatismo ramplón y subordinado que han practicado sus antecesores neoliberales y quedar bien con las élites, lo cual hubiera implicado asistir a la cumbre y sonreír para la foto, pero no, ha preferido ser congruente con su ideología e intentar revertir bloqueos añejos que, de lograrlo, significaría desarrollo y bienestar para los países en cuestión. No depende de AMLO, pero es de reconocer que vaya más allá de la condena verbal, y que, en un acto de dignidad, haya preferido mandar un mensaje con su no asistencia a la cumbre: América somos todos, y ni nadie puede excluir a nadie.

  • Hay que ir más allá

    Hay que ir más allá

    Mucha polémica causaron las recientes declaraciones del Presidente López Obrador sobre el Neoliberalismo, aludiendo a que, si no existiera la corrupción, podría ser un modelo no tan malo, como otros. 

    Si se interpreta con el simplismo anacrónico que hacen los medios tradicionales y opositores al modelo de la Cuarta Transformación, la conclusión es que AMLO se “cambió de bando” finalmente, porque se dio cuenta que el suyo no es el bueno. Nada más lejano de la realidad.

    El Presidente ha mencionado en reiteradas ocasiones que el problema de México (y básicamente el de cualquier sistema político fallido) es la corrupción, en lo cual tiene razón porque todos los indicadores de desarrollo y bienestar muestran una correlación inversa entre buen gobierno –honesto y sin corrupción- y subdesarrollo, es decir que, a menor nivel de corrupción en la gestión gubernamental, mayores niveles de desarrollo y bienestar alcanza su población, y viceversa. Ejemplo de ello son los países primermundistas, pero en particular los nórdicos, que tiene las tasas más bajas de corrupción y el Índice de Desarrollo Humano más alto; tal es el caso Noruega, Suecia, Finlandia, etc.

    Entonces, ¿qué quiso decir realmente el Presidente y por qué debemos ir más allá? Las interpretaciones de estas declaraciones deben hacerse desde dos perspectivas: una estrictamente teórica-filosófica y una ideológica-pragmática.

    La interpretación teórica-filosófica sería que, si el ser humano actuara libre de pecado y basado siempre en las virtudes cardinales, el Neoliberalimso (y cualquier modelo de desarrollo económico, por radical que fuera) funcionaría, porque el resultado sería siempre el esperado y no habría externalidades negativas –o habría las menos-, y en todas las propuestas teóricas se plantea el bienestar social, la justicia, la equidad y la prosperidad. En particular, el Presidente habló de que las privatizaciones per se no son malas si se hacen bajo la premisa de eficiencia y eficacia y con controles y regulaciones necesarias, lo cual no contradice su discurso, porque él ha apostado por un Estado más fuerte en sectores estratégicos y donde actualmente hay muchos desequilibrios, pero jamás se ha acercado al modelo de estatización que propone el Socialismo, algo de lo que lo acusan sus más férreos opositores.

    La segunda interpretación sería la ideológica pragmática, en donde el supuesto es que el Neoliberalismo sí es, de facto, un modelo de debilitamiento del Estado y explotación de los trabajadores, pero, incluso este modelo fallido y pernicioso, no sería tan malo si, al menos, no se llevara al extremo y las grandes élites dominaran con algún nivel de decencia y consideración hacia los más pobres y olvidados, algo que definitivamente no ocurrió en México. El Neoliberalismo considera a los derechos como mercancías con valor económico intercambiable, y al mercado como eje rector y regulador de la sociedad, es decir, la antítesis del modelo de la Cuarta Transformación, pero esta última estima y valora a la Inversión Privada como algo absolutamente indispensable para el desarrollo (algo con lo que coincide el Neoliberalismo), siempre y cuando haya una distribución justa de la riqueza y el Estado procure y cuide siempre a los pobres y más necesitados.

    Existen otras interpretaciones de las declaraciones del Presidente respecto al Neoliberalismo, siendo estas más coyunturales al momento social, económico y geopolítico que vive México, como su reciente visita a Cuba y casos mediáticos de violencia, las cuales pueden ser más o menos cercanas a la realidad, pero valía la pena comentar las dos primeras.