Categoría: Carlos Bortoni

  • Por una soberanía que pueda monetizarse

    Por una soberanía que pueda monetizarse

    Lo que no cuesta dinero no tiene valor. Sin importar cuan significativo o memorable sea. Sin importar que su rareza lo haga único en el mundo. Sin importar nada. ¿No hay forma de tasarlo? ¿Monetizarlo? ¿Cotizarlo? ¿Subastarlo? Entonces ¿para qué sirve? El fin último de todas las cosas, personas, ideas, etc. es producir riqueza. Y la riqueza no es más que el conjunto de dinero que se posee, ya sea líquidamente o invertido en algo que tenga un gran valor (algo que cada segundo cueste más dinero). En ese sentido ¿De qué va la ‘soberanía’ si no tiene un valor de cambio que se pueda traducir en un precio? ¿De qué vale ejercer un poder independiente si nadie puede comprarlo, si no podemos sacarlo a la venta? 

    En el fondo, eso es lo que discuten las mentes más brillantes del espectro conservador, con la solicitud de consulta sobre las políticas energéticas de México que hacen Estados Unidos y Canadá. La posibilidad de privatizar y mercantilizar —aumentando las ganancias y la rentabilidad— las formas en las que se transforma, produce y consume la energía. No es negocio que empresas gubernamentales pretendan garantizar el acceso a la energía como un derecho a quienes no pueden pagar por ella. ¿En qué cabeza cabe? Si eso no es entropía, no se de qué estamos hablando.

    La retórica que sostiene que México firmó un acuerdo en 2020 y que las reglas deben respetarse, la preocupación porque perderemos la confianza de los inversores porque en México la ley ha dejado de ser la ley (sin importar para beneficiar a quien se hizo esa ley), el temor ante las represalias que puedan venir desde el Imperio al sentir que nuestro gobierno se burla de ellos, la ‘mancillada imagen de México en el extranjero’, la defensa del estado de derecho por encima de las necesidades básicas de la población, el riesgo de perder empleos, inversiones y el prestigio nacional, la posible ruptura irreparable con nuestros ‘compañeros de viaje comercial’ —que nos han impulsado a convertirnos en uno de los principales países exportadores del mundo (así sea empacando productos agrícolas, maquilando lo que es muy caro maquilar en otros lugares y vendiendo petróleo para comprar gasolina). Ocultan la habilidad del ojo conservador para reconocer un negocio sin igual: la venta de nuestra soberanía al mejor postor. Venta que no hay forma de realizar mientras se siga dando un trato privilegiado a las empresas gubernamentales que, por si lo anterior fuera poco, se niegan a lucrar como es debido con las necesidades humanas.

    Seamos serios ¿En qué benefician la CFE y PEMEX a los mexicanos? ¿Para qué necesitan luz y energía si durante años han vivido en la oscuridad? Oscuridad que, dicho sea de paso, permitió a más de un gobierno hacer con el país lo que le vino en gana. Por otro lado, si lucramos con la soberanía nacional —y por favor seamos creativos, no nos limitemos a la soberanía energética, tenemos mucho que poner sobre la mesa a los postores mundiales— podremos beneficiar, por lo menos, a un grupo selecto de mexicanos, esos que nos representan con elegancia y distinción, que saben agachar la cabeza frente a los poderes fácticos y asumir el rol de república bananera que se le asignó a esta nación desde hace tantos años. Podríamos beneficiar a esos mexicanos que más ayuda necesitan, porque su estilo de vida no es nada barato, porque están acostumbrados a viajar en primera clase, a ir a peluquerías en Nueva York, a tener audiencias con el romano pontífice, a pagar comidas de cuatro mil pesos, a estudiar en el extranjero.

    Entrados en gastos: una cosa es salir a cotizar nuestra soberanía en las principales bolsas de valores del mundo, y otra ponerla a merced de 500 fantasmas que recorran México. La presencia de los médicos cubanos que la oposición ha demostrado, sin prueba alguna, que se trata de ideólogos esclavizados —no se rían, sé que la imagen cuesta trabajo y es difícil imaginar a un esclavo adoctrinando a otros seres humanos, en caso de que no lo consigan, piensen en cualquier empleado del McPRIAN y en el trabajo que hacen defendiendo los intereses de sus amos— que vienen a predicar el evangelio comunista en estas nobles tierras, está completamente fuera de lugar, pone en riesgo nuestra soberanía —piensen lo que 500 médicos pueden hacerle a una población de más de 128 millones de habitantes, cada médico habrá de convertir a más de 250 mil mexicanos en un comunista castrista neo bolivariano— y sobre todo, atenta contra el libre mercado y nuestro derecho a elegir como morir de hambre.

    • Carlos Bortoni es escritor. Su última novela es Dar las gracias no es suficiente.
  • Por un reduccionismo maniqueísta

    Por un reduccionismo maniqueísta

    En aras de proteger la democracia de los excesos de la democracia, no hay mejor recurso que reducir la realidad al mínimo posible. Reducirla de forma maniquea. Reducirla sin que quede espacio para los matices. Reducirla a blanco y negro, sin la posibilidad de un solo tono de gris. Reducirla de forma que al votante —dejemos de hablar de ciudadanos, a nadie le interesan los ciudadanos, lo importante es el votante y mientras más se asemeje el votante al consumidor, mejor— no le quede duda que esto es bueno y aquello es malo. 

    Que no le quede duda y en consecuencia no pueda más que votar a favor de aquello que se le ha dicho que es bueno y en contra de lo que se le indica que es malo ¿Por qué? Porque, seamos honestos, la realidad es demasiado compleja como para que un sujeto promedio, que difícilmente puede elegir (aún con ayuda de los sellos) la marca de frijoles enlatados que compra, tenga la capacidad de entenderla, digerirla y responder a ella sin ayuda de una mente superior que lo guíe en el camino. Ese ha sido siempre el credo de la derecha y es la punta de lanza del pensamiento conservador: el reduccionismo maniqueísta.

    Mientras menos asegunes existan en la discusión pública, mejor, más fácil será conducir la discusión pública. Dejar una estampa grabada en la mente del electorado. En ese sentido, la forma, y no el fondo, debe ser subrayada. El acento ha de estar en los modos y no en las propuestas, las cuales siempre se prestan a interpretaciones y producen ruido que en nada ayuda a la construcción de una imagen clara en la mente de los consumidores, perdón, en la mente de los votantes. 

    Conscientes de esto, los opositores a la CuatroTe, siempre iluminados y preocupados por el bienestar nacional, centraron el debate sobre la visita de López Obrador a Estados Unidos en asuntos que tienen que ver más con la etiqueta que con la agenda binacional. Destacando a través de memes, comentarios tangenciales y textos de opinión el hecho de que Andrés Manuel no hable en inglés, la forma en la que fue recibido y difundiendo las peores fotos que pudieron encontrar de AMLO a lo largo de la visita.

    Poco o nada importa que en México el porcentaje de la población que habla inglés —y que pudiera identificarse con el reclamo conservador de no hablar con los administradores del imperio en su propia lengua— se encuentre entre el 5% y el 13%. Numero que sin lugar a dudas no aporta nada para ganar en el 2024. Lo importante es dejar la discusión ahí. No para ganar simpatizantes, difícilmente alguien que se identifique con López Obrador o que simpatice con él, dejará de hacerlo porque solo habla español. No, la idea no es restarle partidarios. Lo que persigue reduccionismo maniqueísta es garantizar que lo que vale la pena, lo que debe celebrarse, lo que se pone sobre la mesa en búsqueda del bien común, no salga a flote. Que la discusión se limite a: “Biden no habla español”:

    Si no recibieron a Andrés Manuel con bombo y platillo, si no hubo baile de gala como lo hubo cuando Bush recibió a Fox, si faltó el smoking como cuando Obama recibió a Calderón, o se escapó la posibilidad de tomar una fotografía brindando como lo hiciera el mismo Obama con Peña Nieto, es más importante que si se discutió sobre eliminar las barreras comerciales o el plan de inversión privada y pública para fortalecer el mercado ¿Eso qué? Seguramente habrá quien piense que esas medidas puede ayudar en algo la relación México-EE.UU y beneficiar a los mexicanos. Así que mejor ni moverle por ahí, mejor jugar con los sueños aspiracioncitas de la clase media mexicana, que seguramente ya se vio bailando en los salones de la Casa Blanca como oficinista de comedia romántica.

    Y las fotos, las fotos, convencido el mundo entero de que una imagen dice más que mil palabras, solo era preciso encontrar algunos fotogramas que no favorecieran en nada a AMLO para iniciar un debate superfluo y estéril sobre lo mal que Andrés Manuel lo estaba pasando en las reuniones porque no entendía nada, la poca importancia que sus contrapartes le daban a la reunión, la inseguridad que delataba la postura de López Obrador o la incomodidad de ambos presidentes al estar juntos. 

    Dejando completamente de lado la discusión sobre la cuestión energética y el plan migratorio, temas que bien podrían hacer pensar a alguno que a diferencia de quienes fueron recibidos con bombo y platillo, a diferencia de quienes bailaron con los Bush, a diferencia de quienes se dedicaron a sabotear a México, el gobierno actual tiene un proyecto para el país.

    Entrados en gastos, el mismo reduccionismo maniqueo se ha utilizado como herramienta de contención con la revelación de los audios de Alito Moreno a cargo de Layda Sansores ¿Para que discutimos si lo que en ellos manifiesta Alito es muestra de la decadencia de la oposición y de la descomposición política de país? ¿De que serviría que se aclare si hay una extorsión sexual en el PRIismo a cambio de curules? Lo importante es poner el acento en las formas. Denunciar a la gobernadora de Campeche y amenazarla con aplicarle la Ley Olimpia si da un paso en falso. Levantar la voz en contra de los “pronunciamientos misóginos y machistas” de Sansores en aras de evitar que lo excesos de la democracia aporten elementos que permitan a una ciudadanía la construcción de un pensamiento critico que los aleje de las estanterías electorales, propias de los consumidores y los arroje a la plaza pública.

    • Carlos Bortoni es escritor. Su última novela es Dar las gracias no es suficiente.
  • Arrastrarse en el extranjero

    Arrastrarse en el extranjero

    En ocasiones, asociar tus intereses a la representación de los intereses de gobiernos extranjeros y empresas transnacionales, se vuelve incompatible con la ardua tarea de conseguir el respaldo popular. Por alguna extraña razón, hay momentos en la historia de las naciones, en los que el pueblo se vuelve celoso de sus recursos y riquezas y no está dispuesto a compartirlos con cualquiera. En esos momentos, los interesados en los intereses ajenos no tienen más alternativa que voltear a ver a esos gobiernos y transnacionales para pedirles ayuda y refugiarse bajo el manto de su autoridad moral, política, militar, etc.

    El ejemplo más claro descansa en la delegación conservadora que, el 3 de octubre de 1863, invitó a Maximiliano de Habsburgo a ocupar el trono de México. Impotentes frente al panorama nacional que se había tornado adverso a ellos, no tuvieron otra opción que la de buscar fuera de su país lo que el pueblo les negaba. Recientemente, la CuatroTe ha desencadenado más de un incidente de esta naturaleza, donde nuestros más ilustres, notables, destacados, demócratas, justicieros, preocupados por el bienestar social, representantes populares y líderes políticos, han tenido que refugiarse bajo las enaguas de los poderes extranjeros.

    No faltará quien piense ―estoy seguro de ello― que arrastrarse a los pies de potencias extranjeras es una bajeza propia de vendepatrias cobardes y miserables. Y si bien tienen razón en aquello de que se trata de vendepatrias, se equivocan en considerar el oficio y arte del arrastre como una bajeza plagada de cobardía y miseria. Por el contrario, no hay labor más altruista que la del vendepatrias qué ―consciente del enorme valor que posee su tierra― busca compartir la riqueza y el potencial de su país con aquellos que, siendo menos favorecidos por la geografía, tienen la capacidad de pagar por ello.

    Miremos los que recientemente hizo Alito Moreno; un tour exprés por Europa para denunciar los abusos del gobierno de López Obrador, al tiempo que ofrece oro a cambio de espejitos. En otras palabras, Moreno no duda en arrastrarse para dejar en alto el nombre de su país, para cotizar más alto la venta de su país, frente a la Internacional Socialista, la Organización de las Naciones Unidas y, ya de regreso en territorio americano, la Organización de Estados Americanos. Pidiendo a todos ellos intervención para garantizar la protección de sus interese en México a cambio de que se le permita a él y su grupo seguir siendo los veladores de los intereses extranjeros en nuestro país.

    Lo mismo hicieron hace poco Doña María Amparo Casar y Don Lorenzo Córdoba cuando humildemente buscaron entrevistarse con el embajador de EE.UU en México para manifestar su preocupación debido a los señalamientos que el gobierno cuatroteista ha hecho sobre Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad y el que se ponga en duda la autoridad electoral del país. Cosa que no puede calificarse de ningún otro modo que no sea como un ataque. Porque señalar y cuestionar una ONG financiada por los EE.UU es señalar y cuestionar los intereses de los EE.UU. Del mismo modo que sembrar dudas sobre el INE cuando el INE se ha encargado de hacer que esas dudas florezcan es abusar del poder para señalar lo que todo el mundo está viendo: que la autoridad electoral no es imparcial, no es transparente y no trabaja en favor de la democracia ¿De verdad habrá quien dude de la integridad y buenas intenciones de María Amparo y Lorenzo?

    Otras muestras de esta grandeza que se consigue a ras de suelo y de la cual se podrá decir que carece de originalidad, pero de la que nunca se podrá poner en duda su trabajo para construir un México donde la democracia no dañe esa democracia que permite sabotear al país, son las recurrentes visitas que los líderes de la coalición Va por México han hecho a la OEA para reunirse con su líder, el siempre cándido e iluminado Luis Almagro, para buscar un pronunciamiento en contra de la labor que el gobierno mexicano hace de intervenir en los asuntos que le competen al gobierno mexicano. En palabras de Alito, para denunciar cantinflescamente: “la situación que México atraviesa y haciendo eco de las voces ciudadanas que exigen una solución al ambiente político y social de la actualidad”. 

    Ya entrados en gastos; habrá que ahondar en esas voces ciudadanas de las que habla Alito, como la de Enrique Krauze, incansable colaborador del desarrollo social y la consolidación de un estado de derecho que beneficie a quienes deben ser beneficiados que son una minoría privilegiada y no a la mayoría de la sociedad, que se preguntan si “¿Puede Biden ayudar a contener el declive democrático de México?”, sugiriendo que es hora de que los Estados Unidos dejen de ser indiferentes al sistema autoritario de México, para “promover un enfoque de moderación que sería mucho más beneficioso para las relaciones bilaterales y para los propios mexicanos.” Es decir: que Estados Unidos intervenga en México para detener a un gobierno que está mirando los intereses de los mexicanos y no los de los gobiernos extranjeros y las empresas transnacionales.

    • Carlos Bortoni es escritor. Su última novela es Dar las gracias no es suficiente.
  • Ser como camaleones

    Ser como camaleones

    Aunque parezca imposible, la propuesta de los conservadores es absolutamente marxista. Groucho-marxista, desde luego. Decirlo es inventar el hilo negro, pero no por obvio debe despreciarse. El arte de brincar de un principio a otro no es poca cosa y no debería echarse a saco roto; implica un complejo proceso de banalización que atraviesa las raíces mismas de la construcción política del México moderno y su lucha por la democracia.

    Sólo los más avezados defensores de la patria, la independencia, las libertades de los mexicanos y los valores humanos ―piensen en Agustín de Iturbide o Antonio López de Santa Anna― han estado a la altura de tan elevada labor camaleónica que permite defender lo que se atacó ayer y condenar lo que durante años se aplaudió.

    Quizá el mejor ejemplo de ello sea el noble ejercicio del chapulín político que brinca de un partido a otro con tal de conseguir aquello que se le negó en el partido que ha dejado atrás. Normalmente, una candidatura. Para muestra, un PANista que afirmaba ―entre otras cosas― que FECAL ha sido el mejor presidente en la historia de México y que las elecciones de 2018 eran elecciones donde el electorado debía decidir entre cambiar para mejorar, con Ricardo Anaya, o cambiar para retroceder, con Andrés Manuel López Obrador.

    Hoy, Luis Fernando Salazar, ese otrora calderonista, haciendo gala de una increíble habilidad de trapecista, busca la candidatura de MORENA por la gubernatura del estado de Coahuila, aparentemente con el apoyo de Mario Delgado, justificándose en el siempre camaleónico “es de sabios cambiar de opinión”, darse cuenta que se estaba equivocado y rectificar el camino. Cosa absolutamente entendible si consideramos que ―una de dos― Salazar se dio cuenta de que los ideales PANistas no son lo suyo y en verdad es un hombre de centro izquierda que se opone a que las mujeres ejerzan sus derechos reproductivos, o entendió que, aunque AMLO represente una regresión, es justo eso lo que el país necesita. Pero nunca, nunca, nunca, se trata de un acto pragmático que busque la candidatura por la candidatura misma.

    En ese mismo sentido, pero con mucha más sabiduría que la de Luis Fernando, Ricardo Monreal hace gala de sus facultades camaleónicas para amagar con un brinco de chapulín de fantasía, que amenaza con transformarse del tal modo que todos lo sigamos reconociendo. Frente a lo que él considera una exclusión del adelantado proceso de destape de los precandidatos Morenistas a la presidencia, amenaza con dejar MORENA y probar suerte en otros territorios políticos para seguir luchando por la transformación del país y el proyecto obradorista. En otras palabras, da la espalda al obradorismo para detener el proceso de transformación y de ese modo apoyar al obradorismo. Chapulín, camaleón y mártir de la democracia que está dispuesto a traicionar sus ideales en aras de que los ideales le sobrevivan, he ahí el hombre que todo México necesita para transitar por un derrotero acomodaticio y ladino.

    La otra cara de los camaleones, la representan quienes cambian su discurso para pasar de victimarios a víctimas. Y ―al hacerlo― condenan aquello que ellos mismo promueven. Muestra de esta complicada labor de sostener lo que se critica al tiempo que se critica lo que se sostiene, es Carlos Alazraki, quien ha dedicado varios años de su vida a poner en marcha las herramientas propagandistas del Nacionalsocialismo, al tiempo que ha afirmado la genialidad de Hitler y la necesidad de mentir como estrategia política, siempre en pos de la libertad de los sujetos que desprecia, pero que se pone blanco en cuanto el presidente lo califica de hitleriano y se da golpes de pecho cuestionando el uso, en la palestra política, de los mismos adjetivos que él utiliza.

    Entrados en gastos, no es posible no reconocer, dentro del amplio espectro del quehacer político camaleónico, a América Rangel, la diputada PANista que lucha por la vida, la libertad individual, la propiedad privada y la libertad económica, aplaudiendo las declaraciones de Mayra Flores ―congresista estadounidense― cuando afirmó que “si queremos ver un cambio real en la reducción de la inseguridad, necesitamos educar a las nuevas generaciones para que tengan respeto por la vida”. Aplaudiendo a Mayra Flores lo que condena de la estrategia de seguridad de Lopez Obrador, la idea de atacar el problema de raíz, transformando las condiciones educativas y materiales de la población. Nada como ser de un color fuera de casa y de otro dentro, para reafirmase como un verdadero camaleón.

    • Carlos Bortoni es escritor. Su última novela es Dar las gracias no es suficiente.
  • Sembremos cizaña

    Sembremos cizaña

    Hay momentos donde lo único que uno puede hacer es sembrar cizaña. Los conservadores lo saben perfectamente y dominan el complicado arte de sembrar cizaña para cosechar intrigas y salir beneficiados de ello. El secreto: afirmar sin argumentar o presentar prueba alguna, arrojarse a los brazos de la sobreinterpretación y sacar conclusiones que no son soportadas por las premisas que las anteceden.

    Fantasear con universos paralelos, posibles realidades distópicas, conspiraciones que amenazan la existencia misma de la existencia, da igual: el cielo es el límite y mientras mayor sea la intriga, mejor será el resultado. De ahí que sea necesario recurrir a tanta especulación y a tanto especulador. Si algo aprendió el pensamiento conservador del capitalismo financiero (o ¿habrá sido al revés?) es justamente eso: el enorme valor de cambio que tiene algo una vez que atraviesa los oscuros pantanos del rumor.

    La muestra más clara que tenemos de la importancia de ejercer la cizaña sin tregua ni cansancio la aporta el reciente estudio que Eloy Caloca y Martín Zumaya de Tlatelolco Lab hicieron sobre #Narcopresidente, #Morenanarcopartido y tendencias asociadas a ello en redes sociales. Un impresionante esfuerzo donde se articuló la inagotable labor de bots y el trabajo sin igual ―para construir un futuro democrático donde la democracia no afecte los intereses de los interesados en minar la democracia― de célebres artífices de la intriga y la afirmación sin fundamento como: Héctor de Mauleón, Eduardo Ruiz Healy, Ricardo Alemán, Carlos Salazar, Federico Reyes Heroles, Fernando García Ramírez, Carlos Loret de Mola, Francisco Labastida, Rubén Aguilar, Marco Rubio, Lilly Téllez, Jesús Ortega y Porfirio Muñoz Ledo, quienes se prestaron (o estaban urgidos en participar) para condenar al gobierno de la CuatroTe y a Andrés Manuel de tener vínculos con el narcotráfico sin aportar una sola prueba, sin alejarse de aquello que alguien escuchó que otra persona le decía a alguien más. El primo de un amigo como estrategia política.

    En este mismo sentido, el de no aportar pruebas ni una argumentación lógica que permita pasar de A a B claramente, Anabel Hernández afirmó que “existe la sospecha de que el narcotráfico ha penetrado y operado en el movimiento que encabeza Andrés Manuel López Obrador”, y cuando se le pregunta por las pruebas que sustentan esa sospecha (la de la relación del gobierno con el narco), Anabel responde que ahí está la foto de AMLO saludando a la mamá de el Chapo. ¿Hace falta más? ¿En verdad alguien necesita otra cosa que no sea la foto del presidente saludando a la madre de un narcotraficante? ¿Acaso no es eso evidencia irrefutable del nivel de colusión que existe entre gobierno y narcotráfico? Lo que sorprende es que el saludo de López Obrador a la madre del Chapo no desencadenara una guerra entre cárteles para que salude a los familiares de todos los demás lideres de las distintas agrupaciones criminales. No hay peor ciego que el que no quiere ver, un saludo es un saludo y si alguien saluda a la mamá de otra persona es porque se tiene un acuerdo entre ambas partes. Demostrar ese acuerdo es completamente innecesario, es más, resulta intrascendente ¿Para qué? Si una mentira se convierte en verdad cuando se le repite una y otra vez, y si el objetivo no es otro que manipular la percepción de los inversionistas, perdón, del electorado. El arte está en afirmar que “existe la sospecha” y dejar que el oyente se quede con la idea de que esa sospecha es un hecho consumado.

    Sin perder la línea, Beatriz Pagés y Javier Lozano en Atypical Te Ve de Carlos Alazraki ―¿hace falta aclarar que todos ellos han trabajado arduamente por limpiar este país de corrupción, malos manejos, mejorar la calidad de vida de los mexicanos y una larga fila de etcéteras?― afirman que aviones venezolanos cargados de venezolanos están llegando a al AIFA y entrando a México sin pasar migración. Para sorpresa de nadie, no dicen más. Se limitan a señalar un escándalo del que no sólo no aportan elemento alguno, sino que permiten que la imaginación de su audiencia dé rienda suelta y proyecte lo que quiera proyectar. ¿Para qué vienen los hipotéticos venezolanos que llegan en hipotéticos aviones de Venezuela? Javier Lozano incluso plantea la posibilidad de que esos venezolanos imaginarios (porque no se da una sola prueba de su existencia) tengan problemas en Estados Unidos ―es decir: sujetos ficticios con el potencial de ficticiamente causar disturbios ficticios del otro lado de nuestra frontera norte― y esos problemas imaginarios se traduzcan en un reclamo imaginario del gobierno de EE.UU al gobierno mexicano. Habitar las fantasías del reparto de Atypical Te Ve debe ser agotador.

    Para terminar con la importancia de saber usar la cizaña cuando no se tiene estrategia de política, un par de ejemplos más. El flamante junior Enrique de la Madrid ―el fosfo, fosfo cincuentón― afirmó que la refinería de Dos Bocas pudiera llegar a costar hasta 18 mil millones. Una vez más ¿quién necesita pruebas si se está afirmando que algo “pudiera” llegar a ser? La posibilidad es lo único que importa ¡Bienvenidos al reinado de la física cuántica y su mundo de posibilidades! Del mismo modo, Pablo Majluf aprovechó todos los medios que tiene a su servicio para despotricar en contra de los apagones que “son cada vez más frecuentes” y quejarse de que somos rehenes de Bartlett y que no hay mercado ni competencia. Estos berrinches cargados de cizaña han sido constantes desde que se discutió el tema de la reforma energética y a pesar de que no se aprobó, gracias a la interesada defensa que hicieron los opositores de los intereses de las transnacionales sobre la energía en México, parece que el sólo hecho de ponerla sobre la mesa afectó el desempeño de la CFE. De más está decir que esos apagones a los que Pablo y sus amigos se refieren y que han resultado tan terribles, no buscan ser explicados por nuestros comentócratas conservadores ni matizados a su justa duración ¿Para qué decir que se trató de un episodio de tres horas si podemos dejar en la mente del lector que fue algo que duró días?

    Entrados en gastos; si hablamos de sobre interpretación y afirmar sin aportar prueba alguna, Fernando Belauzarán deja a todos muy por detrás cuando sostiene que Andrés Manuel es quien puso sobre la mesa del debate público la foto de su hijo para que se burlaran de él y sirviera como distractor de los problemas del país. Por supuesto, Belauzarán no presenta evidencia alguna de sus afirmaciones, simplemente da una maroma impresionante para sostener que de A sigue G, que si la oposición se ensaña con Jesús Ernesto es porque su papá filtró una foto para que la oposición se ensañe con Jesús Ernesto. ¿Quién necesita pruebas de esto? Nada como vivir en el terreno de la especulación y sacar frutos de ello.

    • Carlos Bortoni es escritor. Su última novela es Dar las gracias no es suficiente.
  • Sólo el norte es maravilloso

    Sólo el norte es maravilloso

    Resulta difícil sopesar cuál es el principal problema que enfrenta nuestro país. Hacerlo de fondo, sin detenernos en temas coyunturales que si bien le dan material a los medios de comunicación, no permiten profundizar en aquello que nos mantiene sumidos en donde sea que estamos sumidos.

    Para nuestra fortuna, el pensamiento conservador, siempre dispuesto a ayudar, constantemente se esfuerza por identificar, señalar y aportar grandes propuestas para resolver estas cuestiones, que algunos podrían considerar forman parte del ADN mexicano o son endógenas de nuestra identidad. Siguiendo el imaginario conservador, debemos detenernos en dos asuntos que quizá sean uno mismo: el lastre que representan ciertas regiones de la nación, y la incapacidad para ser un país que no somos, o ―quizá esto sea lo peor― la falta de voluntad por ser el país que deberíamos emular.

    Una de las principales voces que ha arrojado luz sobre este tema es el nunca incansable y siempre deleznable legislador PANista, Gabriel Quadri, quien con un valor que ningún otro político mexicano ha mostrado, y que se explica más por falta de entendimiento que por valentía misma, suscribió, a raíz de los episodios violentos en San Cristóbal de las Casas, Chiapas, que entre las múltiples problemáticas que tiene el estado del sureste está la de tener municipios zapatistas. Palabras que no hacen más que sumar a esa ―también valiente y también hija de la falta de entendimiento― declaración magistral del mismo Quadri en la que sostenía que si nuestra nación no tuviera que cargar con Guerrero, Oaxaca y Chiapas, seríamos un país de desarrollo medio y potencia emergente. Y es que todo país del mundo debería hacer lo mismo que hacen las potencias globales con el resto del planeta: despreciar al sur y explotarlo para garantizar la subsistencia del norte. Todo país debería renegar de la porción de su territorio que se encuentre al sur y ―de ser posible― deshacerse de ella. Así implique crear un nuevo sur dentro en ese nuevo país que buscaba eliminar al sur. Pero ese problema seguro puede resolverse de alguna u otra manera.

    Bajo esta lógica, la de liberarse de las regiones subdesarrolladas, en donde ―como señala indignado y con tanta razón Pablo Majluf, ese humanista que niega la existencia del racismo en México― la gente no trabaja los días que llueve; se vuelve necesario mirar solo al norte, jamás cometer el error de mirar al sur y mucho menos de creer que uno vive en un país que tiene un contexto propio, problemáticas propias, cultura propia, practicas propias y que debería desarrollar soluciones propias. No. No. Y no. Solo el norte es maravilloso y solo en el norte se hacen bien las cosas y solo debemos contemplar e imitar al norte. Sí ese norte es estadounidense o europeo es cuestión de gustos, finalmente vivimos en una democracia guanabi nórdica y aquí a nadie se la va a imponer nada siempre y cuando no quiera voltear al sur. Todo lo que se haga en este país debe ser pensado y evaluado contra lo que se hace en el norte: si se planta un ahuehuete para remplazar una palma en una vialidad principal, ha de compararse con el bosque de Sherwood, si se desarrolla un parque para fomentar la convivencia en espacios públicos al aire abierto, hemos de compararlo con Disneylandia; como bien nos ha mostrado Eugenio Derbez, ambientalista, defensor de la identidad latina y promotor del respeto al ser humano. Mientras México no sea Estados Unidos o algún país europeo ―por favor, sean serios y no vayan a compararse con algún país balcánico o de la otrora URSS― el gobierno no estará haciendo bien su trabajo.

    Es por esta razón que Ludwika Paleta ―la misma que fuera dócilmente sodomizada en NXIVM― vistiendo un huipil, debe ser noticia nacional. Porque la única función que tiene el sur, como señala el ideario conservador, es la de garantizar la subsistencia del norte. Y porque la única relevancia que se puede reconocer al sur es cuando el norte lo hace y ―mejor aún― si se hace desde el norte.

    Entrados en gastos; cuando algo rompe con esta lógica, cuando alguien como el embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, reconoce y aplaude el trabajo y compromiso del gobierno de un país del sur, reconoce y aplaude la labor de la CuatroTe no se debe caer en el fatalismo al estilo Jorge Berry y anunciar el fin de los tiempos; simplemente debemos asumir que por mucho que admiremos el norte, por mucho que consideremos que debemos emularlos y vivamos aspirando a ser conquistados nuevamente por ellos, por mucho que imitemos el estilo de vida de latitudes que no corresponden a la nuestra, al ser habitantes del sur no tenemos forma de entender la complejidad mental de los habitantes del norte y simplemente (como reza el catecismo conservador) debemos asumir que tienen razón.

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  • Lanzar la piedra y esconder la mano

    Lanzar la piedra y esconder la mano

    Pocas cosas resultan tan gratificantes como lanzar la piedra y esconder la mano. No importa el asunto en cuestión, sino la reacción y el desconcierto que genera entre aquello que fueron impactados por nuestro ataque. Nada sacude el piso como ese acontecimiento del que se desconoce su origen o ―esto es todavía mejor― del que se reniega desde el origen mismo. Me explico; lanzas la piedra (una propuesta, queja, perorata o berrinche), consigues la atención que estabas buscando y entonces, dando un ejemplar paso atrás, reniegas de la piedra. Insisto: Reniegas de la piedra, no de haberla lanzado, eso resultaría mezquino, simplemente inicias un proceso en sentido inverso en el cual la piedra se convierte en algo despreciable. Sin duda alguna se trata de una idea compleja, y para entenderla es necesario recurrir a nuestra clase conservadora y sus lacayos aspiracionistas, que siempre ayudan a ilustrar propuestas como esta, propuestas que han consagrado en su quehacer político.

    Muestra de ello es el tema de los médicos cubanos. La procesión de médicos mexicanos desempleados que vimos desfilar por las redes sociales rasgándose las ropas y reclamando que se les entreguen plazas a médicos extranjeros cuando ellos estarían gustosos de aceptar dichas plazas ¡Que digo gustosos! Cuando ellos han esperado toda una vida por esas plazas, se tradujo en que de las más de 14,000 plazas ofrecidas por el sector publico de salud, hubiera menos de 7,000 postulaciones ¿Podemos culpar a las Ana Cecis de esto? ¿Debemos indignarnos porque más del 51% de los puestos médicos ofrecidos no tuvieron una sola postulación o porque las plazas que no les interesaron a esos médicos ansiosos de ejercer el Juramento Hipocrático se encontraran en comunidades indígenas o con pobreza mayor al promedio? ¿Es culpa de estos jóvenes médicos, llenos de ilusión por el ejercicio de una profesión que les permita llenarse los bolsillos y mantener un estilo de vida insulso y excesivo, no querer trabajar en lugares sin centros comerciales ni cadenas de restaurantes pretenciosos?

    En esa misma línea, Samuel Garcia, el enfant terrible de la política nacional, nos regala una joya sobre como se debe lanzar la piedra y esconder la mano cuando, frente a las injustas mentadas de madre que su esposa y él reciben constantemente por el desabasto de agua y los cortes de luz, recula magistralmente y le dice a la población de Nuevo León qué ni CONAGUA ni la CFE dependen de él. Dejemos de lado lo terrible que resulta que Samuel y Mariana (de a penas 26 años) reciban mentadas de madre todos los días y concentrémonos en la brillante maroma que representa ser gobernador de un estado y lavarse las manos frente a los problemas que aquejan a su población. Ahí está la grandeza de Samuel ¿Alguien esperaba que resolviera algo? ¿Alguien voto por él, creyendo que Nuevo León estaría mejor bajo su mando? Samuel prometió gobernar de un modo diferente, incorruptible, nuevo y nadie lo pude culpar por renunciar al ejercicio del gobierno sin renunciar a la gubernatura. Al contrario, habría que aplaudirle que se haga a un lado, se lave las manos y diga: eso no me toca a mí. Seguramente hará menos daño.

    Siguiendo los pasos de este prohombre (Samuel Garcia), el bloque opositor ―amos de la retórica conservadora― se declara en moratoria constitucional. En otras palabras: declaran qué sin dejar de ser legisladores, dejarán de legislar. Todo buscando el bienestar del país. Sin lugar a duda el mejor legislador conservador es que el no legisla ¿Qué va a legislar un conservador? “Proyecto de Reforma de Ley: todo se mantiene igual”. Por otro lado ¿no es digno de admiración y respeto que quienes están más preocupados por rescatar a México de la barbarie CuatroTeista determinen que lo mejor que pueden hacer es no hacer nada? Lo único que no me queda claro es si se les acabaron los Legos o si los cabilderos de organizaciones trasnacionales ya no quieren ir a las sedes del poder legislativo, pero se vea por donde se vea, la moratoria constitucional es un acto de congruencia y valentía que hace frente como nunca la incapacidad política de los conservadores y asume el sinsentido de su labor parlamentaria.

    Entrados en gastos, el periodicazo de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad en contra de Alito Moreno solo puede significar una de dos cosas: o Alito Moreno estaba escondiendo la mano después de atacar de forma constante al gobierno de Andres Manuel y buscaba (o no conseguía evitar) un acercamiento del PRI con la CuatroTE… alejando al otrora partido hegemónico de la alianza Va por México; o la alianza conservadora, encabezada por ese demócrata de cuello blanco que es Claudio X. González, esta pensando en sacudirse al PRI en un esfuerzo desesperado por mantener a flote lo que queda del PAN y los despojos del PRD que no se ha enterado que se hundió hace mucho tiempo.

    Carlos Bortoni es escritor. Su última novela es Dar las gracias no es suficiente.

  • Repetir una mentira

    Repetir una mentira

    Ajustarse a la realidad es uno de los principales problemas con los que lidiamos. De ahí haya quienes prefieran ajustar la realidad a uno. Esa parece ser otra de las propuestas con las cuales el conservadurismo mexicano determina su derrotero. Desde luego que, la idea no es de ellos. Pero ¿qué importa si fue Goebbels o alguien más quien sostuvo que repitiendo una mentira con suficiente frecuencia se convierte en verdad? Lo que importa es hacerlo e insistir en ello hasta que la realidad ceda a los caprichos de una minoría que se niega a que el mundo se niegue a preservar su estatus privilegiado.

    Fieles a ello, fieles a la construcción de la mentira, quienes defienden los intereses de la industria vapeadora no tardaron en salir a acusar al gobierno de la CuatroTe de reprimir a los espíritus libres que quieren vapear sin ser perseguidos… cuestionar los “motivos de salud” (las comillas son de los conservadores) para prohibir los inocentes vapeadores y acusar a la prohibición de condenar a nuestros hijos al mercado negro y sabotear la recaudación de impuestos que se puedan invertir en salud. Olvidemos por un momento la abundante evidencia que existe sobre el daño de los vapeadores, ignoremos que la OMS se ha manifestado en contra de ellos y que en otros países han sido prohibidos; y detengámonos en el hecho de que los promotores y fanáticos de la guerra contra el narcotráfico, los adalides de la mano dura, se declaran incompetentes para controlar a sus propios hijos. Se están mordiendo las uñas porque no saben como evitar que sus hijos recurran al mercado negro para seguir vapeando. Y, al mismo tiempo, promueven abiertamente enfermar a la población para recaudar impuestos con los cuales atender a esa población enferma por la falta de leyes y mecanismos que proteja a la población. Argumentos que seguramente ganará muchos adeptos.

    Por otro lado, luego de que en la conferencia mañanera AMLO mencionara a Hitler, el discurso conservador, más cercano al pensamiento del dirigente Nazi que cualquier otro, afirmó que el presidente invitaba a leer a Tolstoi, Lenin y Hitler, a quienes ―acusaron― considera grandes escritores. La apuesta consistía en quemar en leña verde a Andres Manuel por mencionar a un personaje que, en el imaginario colectivo, sintetiza la maldad misma. Tristemente, el noble esfuerzo conservador no pasó a mayores y se quedó en lo anecdótico del momento. Ni siquiera hizo falta aclarar que AMLO contrastaba a un gran escritor: Tolstoi (nunca se refirió a otro), con un par de ideólogos tremendamente importantes para el siglo XX: Lenin y Hitler, quizá dos de los clichés ideológicos más fáciles de identificar de izquierda y derecha. Es decir: contrastaba literatura contra propaganda como vía de formación política.

    No podemos terminar sin mencionar las declaraciones ―mismas que se llevan el reconocimiento a la mejor adaptación de la realidad― sin sustento alguno, porque no puede haber sustento alguno en el arte de adaptar la realidad a lo que uno quiere, de Francisco Labastida, con Carme Aristegui, sobre como el PRI ayudó (previo pacto) a que Morena ganara en 2018. Ojo, se trata de la misma aseveración que ha salido a flote sobre los resultados de las elecciones del pasado 5 de junio: Morena gana por que el PRI le ayuda. El voto de los ciudadanos en las urnas es un acontecimiento insignificante, si se quiere: simbólico. Si Morena gana es porque el PRI lo permite y punto. De no ser así, ni con 30 millones llega alguien a la presidencia. Creer eso podría explicar porque el PAN sigue aliado con el PRI (a pesar de que Santiago Creel afirme que no hay nada más autoritario que el PRI), porque sin su venia, no sucede nada en este país. Lo que habría que preguntarse es ¿Qué papel juega el INE en todo esto? ¿Los resultados electorales dependen de la aprobación del PRI? ¿No se trataba de un organismo autónomo, incorruptible y ejemplar?

    Entrados en gastos… no deja de llamar la atención esa insistencia en sostener que el presidente “vive en un palacio” (de nuevo, las comillas son de los conservadores”). No se puede negar que el esfuerzo es loable: proyectar la imagen de vida palaciega en los más altos niveles de la CuatroTe. Sin embargo, obviar que el presidente vive en el departamento al interior de Palacio que EPN y FECAL usaban como cuarto de descanso, y que Palacio Nacional también es la sede del poder ejecutivo, la Secretaria de Hacienda y Crédito Público, dos museos, murales y que forma parte del corredor cultural del centro Histórico, es estirar demasiado la liga. Casi tanto como criticar la pobreza franciscana, de la que se ha hablado últimamente, porque México es un país megadiverso o por las reservas de hidrocarburos y litio que existen en territorio nacional.

    Carlos Bortoni es escritor. Su última novela es Dar las gracias no es suficiente.

  • Tirarse al piso

    Tirarse al piso

    Si tirarse al piso y patalear funciona a los niños alrededor de los tres años, cuando las emociones se desbordan y no saben cómo lidiar con la ira y la frustración, no hay por qué pensar que esto mismo no pueda funcionarle a los más ilustres representantes del pensamiento conservador. Ello, el berrinche, parece ser su principal propuesta política; llevan todo el sexenio practicándolo y la semana pasada dieron muestra de ello.

    La primera rabieta surgió después de que el Secretario de Salud, Jorge Alcocer, sostuviera que los hospitales psiquiátricos serán integrados al sistema de salud de tal forma que la atención sea estructurada de manera integral. De inmediato saltaron los más progresistas de los conservadores, quienes no creen en la ciencia, pero sí en las virtudes de fragmentar los servicios básicos y diseñar sistemas burocráticos donde todo esté triangulado, tercerizado y enredado laberínticamente al mejor estilo kafkiano, poniendo el grito en el cielo y tirándose a llorar al piso diciendo que Alcocer buscaba cerrar los hospitales psiquiátricos y mandar a los pacientes a que los atendieran exclusivamente sus familias. Lo sorprendente no fue el berrinche en sí… sino que dejaran pasar la oportunidad para exigir la reconversión de clínicas y hospitales psiquiátricos en sanatorios y monasterios a cargo de la Iglesia Católica.

    En ese mismo sentido, luego de que Lopez Gatell —sabiendo que el bloque opositor tiene problemas para controlar sus emociones— apuntara en su discurso en la Asamblea de la OMS que “la enorme carga de enfermedades crónicas no transmisibles resultantes de estilos de vida individuales y colectivos que propició el neoliberalismo son el mayor factor de riesgo asociado con el COVID grave”, los conservadores sobre simplificaron el mensaje de Gatell —en un esfuerzo más de vulgarizar que de divulgar— diciendo que el subsecretario culpaba al neoliberalismo, que hace falta evidencia científica para hacerlo y que dicho discurso demuestra que “un zombie no tiene cerebro, tiene lógica” (Chumel Torres dixit). Declaración que deja estupefacto a quien escribe estas líneas que ya no entiende si la rabieta fue a favor o en contra del punto central —por demás incuestionable— del discurso.

    En otros temas, pero sosteniendo la misma propuesta de tirarse al piso como estrategia política de vinculación con el electorado (habrá que hacerles saber que los niños entre uno y cuatro años no votan), se difundió una noticia donde trescientos presuntos promotores del voto de Morena tiraron a la basura sus chalecos, y demás indumentaria que apoyaba la candidatura de Nora Ruvalcaba a la gubernatura de Aguascalientes, para sumarse a la campaña de la coalición ‘Va por Aguascalientes’. Se trate de una noticia cierta o de un montaje, el foco que se puso en ello no hace más que reflejar la otra cara de la moneda de la pataleta, la que se manifiesta cuando a mitad del berrinche el niño se da cuenta que el adulto tiene un punto débil (sin importar cuan insignificante sea este) y se empecina en ello sin importar que eso no cambie en nada la situación que se enfrenta: el resultado electoral.

    Otro que se tiró al piso, honestamente no se si se tiró o si siempre ha estado ahí, fue Francisco Martín Moreno (el mismo que anhela quemar a los morenistas en leña verde), quien en una videocolumna titulada ‘5 minutos con Martín Moreno’ (los cuales son prueba irrefutable de la relatividad del tiempo, ya que se extienden durante una eternidad) le pide a todos los que se han ido de México —sin importar las razones— que no vuelvan porque en México no hay nada para ellos. Traducción: el escuincle tirado en el piso gritando ¡Ya no te quiero! a los padres que se niegan a solapar sus caprichos. Sorprende (no, no sorprende en lo más mínimo) que el autonombrado investigador no contextualice una sola de sus afirmaciones, se limite a su rabieta y no argumente ninguno de sus enunciados.

    Ya entrados en gastos, no podemos dejar pasar el berrinche que recurre a la falacia de autoridad para maquillar de verdad una opinión, por demás, carente de fundamentos. Por un lado, Kenia López Rabadán buscando que Luis Almagro y la OEA validen que los 25 puntos de ventaja que tiene Morena en Tamaulipas son efecto de una narco elección. En su argumentación —si es posible llamar argumentación a una retahíla de peroratas sin coherencia discursiva— la senadora PANista denuncia la infiltración del crimen organizado en las elecciones y lamenta (al mismo tiempo) el despliegue de elementos militares en la entidad, despliegue que —de ser cierto lo que afirma sobre el narcotráfico— se vuelve absolutamente necesario. Por último, en este tirarse al piso como propuesta política, el también senador Emilio Álvarez Icaza, en un prácticamente insostenible ejercicio de malabarismo discursivo, comparó a Julian Assange con Carlos Loret (¿o fue al revés?) al contrastar el ofrecimiento de asilo del Gobierno Mexicano al primero, con la ‘persecución política’ que vive el segundo. No queda claro si Álvarez Icaza quiso decir que WikiLeaks es un montaje o si se refería a que los montajes de Loret son una filtración de diarrea mental encaminados a proveer material para los berrinches de nuestros eminentes conservadores.

    • Carlos Bortoni es escritor. Su última novela es Dar las gracias no es suficiente.
  • Neoplasticidad cerebral conservadora

    Neoplasticidad cerebral conservadora

    «Modas identitarias • La “trampa” cubana • Disciplina y orden • España americana •Que el INE organice»

    Se antoja imposible… pero incluso el cerebro conservador tiene la capacidad de modificar su estructura y funcionamiento si esto le permite lidiar con la realidad. Muestra de ello… es la habilidad que en la última semana atestiguamos en diversos y desagradables personajes… del quehacer público… para lanzar propuestas y construir universos paralelos que si bien no alcanzan a desarticular lo fáctico… ayudan a ocultarlo debajo de un alud de polvo y basura mediática.

    Quien menos habilidad mostró en este sentido fue Pablo Majluf cuando afirmó —muy cercano a las declaraciones de Joe Pino… personaje de 31 minutos… quien sostenía que opinaba porque opinar es necesario— que México nunca se ha organizado por razas y que no es posible copiar modas de los Estados Unidos para hablar de racismo en un país que claramente no es racista. Sin lugar a duda… Majluf no sostiene a raja tabla que en México no existe el racismo… hacerlo sería pecar de oligofrenia. Lo que Majluf hizo fue proponer un modelo elemental para matizar la realidad: la negación. Majluf aplica la máxima de Carlos Salinas de Gortari… “ni los veo… ni los oigo” y al hacerlo borra más de 500 años de racismo de la historia nacional.

    Algo parecido intentó hacer Ricardo Anaya… al hablar de la trampa que el gobierno de la CuatroTé ha lanzado para hacernos creer que se necesita de 500 médicos cubanos ya que hacen falta especialistas médicos en las zonas marginadas del país. Trampa con la que se busca patrocinar la dictadura del Partido Comunista en Cuba. El problema de la propuesta del excandidato y prófugo de la justicia… para poner un alto al régimen comunista en la isla del caribe… es que parece más un reconocimiento que una crítica a su modelo de gobierno… que consigue operar y mantenerse a flote con nada más que $140,000 pesos de salario de menos de 50,000 médicos que conforman sus brigadas internacionales. Un modelo nada despreciable donde el trabajo digno de una minoría permite que el resto de la población sobreviva… lo contrario del modelo neoliberal donde el trabajo de la mayoría garantiza la supervivencia de una minoría indigna y rapaz.

    En ese mismo sentido… el de tapar el sol con un dedo… la flamante alcaldesa Sandra Cuevas… que difícilmente sale a la calle sin lucir prendas rotuladas por Carolina Herrera y compañía… decidió que en aras de mejorar la imagen urbana era necesario estandarizarla y desaparecer del imaginario colectivo los rótulos de los puestos callejeros. Argumentando… que no se trata de una expresión artística y que su existencia contribuye al desorden en la vía pública. La propuesta de la alcaldesa —heredera de años del totalitarismo ramplón— es clara: acabemos con la identidad popular y acabaremos con lo popular… solo entonces… las élites (para quienes ella trabaja) podrán recuperar el lugar que les corresponde en un mundo donde… el color… las manifestaciones artísticas y el goce estético sea reservado para quienes pueden pagar por ello.

    Sumado a ellos… Joe Biden… presidente de los EE.UU… decidió darle la vuelta a la resistencia de Andrés Manuel López Obrador y demás mandatarios latinoamericanos que se oponen a participar en la Cumbre de las Américas si no son convocados todos los gobernantes del continente— invitando a España a participar de la cumbre. Hay que reconocer en el actuar de Biden una propuesta nada novedosa pero sumamente interesante: recurrir al gobierno del imperio que solía controlar América Latina para intentar poner orden en ella… sumar fuerzas entre poderes imperialistas para refrescar la memoria de los gobiernos latinoamericanos sobre su condición de territorios coloniales.

    Por último… no menos valioso… aunque si más burdo y desesperado… Ricardo Monreal… lejos de renunciar a Morena y declararse abiertamente miembro del bloque conservador… propone que el INE organice las elecciones internas de su partido. ¡El INE! Que abiertamente se ha manifestado del lado opositor… decidiendo el candidato del 2024 para Morena… la propuesta se antoja entre irrisoria y atrevida: anunciando un esfuerzo desde el interior por terminar con el movimiento transformador.

    La realidad en toda su expresión… aniquilada frente a la capacidad que algunas de las más grandes mentes del conservadurismo… de ayer y hoy… tienen para modificar su estructura y funcionamiento. La plasticidad cerebral como única posibilidad para sobrellevar lo inevitable.