Categoría: Alejandro Castellanos López

  • La salud y los trabajadores III

    La salud y los trabajadores III

    La salud pasa por el salario, por las emociones, por la convicción, por el dolor y la muerte. Pasa por entre cada tejido del cuerpo que se mezcla con el aire y los cuerpos de los otros, por la mente y las huellas de cada vida que parece poco intrascendente para cada servidor público de cualquier nivel. Ninguno es más ni es menos, aunque se conciba a sí como tal. Siempre será igual porque empezó igual y terminará igual.

    La patronal, con sus personeros en la ST y PS con Arturo Alcalde Justiniani al frente, creyéndose todo poderosos y dueños de tierras y personas como si de señores feudales se tratara, o de esclavistas sureños, o de españoles sojuzgando a los pueblos originarios se tratara, se atreven, por esa voz, a amenazar y a acosar con su violencia a quienes están abiertamente ejerciendo su libertad y capacidad de análisis para cuestionar su actuación y la de sus testaferros, como el tal Ricardo del Valle Solares, quien pretende eternizarse como Secretario General de ASSA de México usando los peores métodos y estrategias antidemocráticas valiéndose de una ley que, con bases sólidas y pruebas contundentes es cuestionada por la Dra. María Xelhuantzi López, Catedrática de la UNAM, escritora y sólida sindicalista de izquierda, con clara trayectoria al lado de los trabajadores mexicanos, a quien ya antes, habían amenazado facinerosos serviles de patrones y políticos sin conciencia traídos del pasado proto fascista consentidos desde Miguel de la Madrid Hurtado, hasta Enrique Peña Nieto y hoy, a escondidas por Alcalde Justiniani, tales como Rubén Romo Martínez, de negro historial en la aviación comercial.

    Las amenazas contra luchadores sociales, académicos de izquierda radicales, trabajadores auténticamente democráticos y que prefieren fundar sus organizaciones entregando el poder a las asambleas generales y no a un secretario general que pueda intentar perpetuarse en el puesto, ya están proscritas, pero al parecer, sigue habiendo quienes, tras el engaño y la negociación “en lo obscurito” siguen medrando con la democracia sindical y socavando el poder de las organizaciones democráticas de trabajadores que se conciben como independientes del poder público para conseguir los fines que señalen sus asambleas y no los privilegios individuales para unos cuantos líderes mezquinos.

    Está llegando la hora en que los trabajadores muestren el músculo y, respaldados en el discurso de la 4t, se hagan poderosos y recuperen sus organizaciones y obliguen a la patronal a cumplir con las leyes, a mejorar sus condiciones de trabajo y de vida, a propiciar el verdadero desarrollo del país, que estará basado en esta fuerza laboral y para arrancar de los dueños de los medios de producción, todos los recursos necesarios para el sostenimiento y mejora de instituciones como el ISSSSTE, el IMSS, etc., de las pensiones actuales y de las de las generaciones presentes y futuras, así como de todos sus fines lícitos y legítimos.

    El presente es un tiempo de lucha, cada vez será más intensa. Ya nadie puede callar, hablemos fuerte.

  • La salud y los trabajadores II

    La salud y los trabajadores II

    Es necesario que los ingresos de los hospitales del IMSS Bienestar, del IMSS, del ISSSTE y de los Institutos de Servicios y Sociales para los trabajadores de los estados se incrementen substancialmente. Esto solo será posible incrementando las cuotas que aportan los patrones en todos los casos. 

    Hay que aclarar que las cuotas patronales a todas estas instituciones de seguridad social y servicios de salud, son generados por la fuerza de trabajo, sin la cual la producción de riqueza sería imposible. 

    Los patrones se escudan en decir que sin el capital no existirían medios de producción, pero sin el trabajo no existiría el capital, la pregunta es ¿Qué fue primero, el trabajo o el capital? La respuesta está claramente explicada en el texto de Federico Engels “El origen de la familia, la propiedad privada y el estado”, en el prefacio a la primera edición en 1884 y que cito: 

    “…Según la teoría materialista, el factor decisivo en la historia es, en última instancia, la producción y la reproducción de la vida inmediata. Pero esta producción y reproducción son de dos tipos. De una parte, la producción de medios de existencia, de alimentos, de ropa, de vivienda y de los instrumentos necesarios para producir todo eso; de otra parte, la producción del hombre mismo, la continuación de la especie. El orden social en que viven los hombres en una época o un país dados está condicionado por esos dos tipos de producción: por el grado de desarrollo del trabajo y de la familia. Cuanto menos desarrollado está el trabajo y más restringida es la cantidad de sus productos —y, por consiguiente, la riqueza de la sociedad—, con tanta mayor fuerza se manifiesta la influencia dominante de los lazos de parentesco sobre el régimen social. Sin embargo, en el marco de esta sociedad basada en los lazos de parentesco, la productividad del trabajo aumenta sin cesar, y con ella se desarrollan la propiedad privada y el intercambio, las diferencias de fortuna, la posibilidad de emplear fuerza de trabajo ajena y, por consiguiente, la base de los antagonismos de clase…” 

    Debe quedar claro que la apropiación del trabajo de otros se origina en los excedentes en la producción, que no provienen de la cantidad de capital, sino de la cantidad de productos emanados del trabajo. 

    Es preciso acentuar que la protección de los trabajadores y las trabajadoras, necesariamente ha recaído en la esfera de la influencia de sus propias fuerzas al organizarse de manera gremial al principio, y en sindicatos después. Todas estas formas de asociación se convirtieron en instrumentos de lucha para arrancar mejores condiciones a quienes han acumulado el capital y se han hecho dueños de los medios de producción, pero contrario a su papel inicial, el Estado también las ha utilizado para controlar y evitar la movilización de la fuerza laboral buscando reivindicaciones. 

    Cuando para el Estado se convierte en aliado de trabajadores y trabajadoras, la lucha crece y se convierte en fortaleza para el mismo estado y así es capaz de enfrentar, con gran eficacia y muy buenos resultados, a la patronal y al gran capital financiero transnacional, que fomenta y recrea constantemente las relaciones de producción de explotación. 

    Para que los trabajadores mexicanos gocemos de servicios de salud, de pensiones dignas y de condiciones laborales sanas y sin violencia de ninguna clase, se precisa de que la autoridad laboral del Estado y del gobierno, se muestren abiertamente en favor de los trabajadores por la vía de los hechos.

    Un hecho conveniente y clarificador de esta posición, sería devolver a las pensiones el espíritu original y mejorarlo, arrancando de la patronal los recursos necesarios para ello.

    El sistema de salud que usamos las trabajadoras y los trabajadores en México, puede mejorarse mucho incrementando los salarios de sus propios empleados, la cantidad de los mismos y el número de clínicas y hospitales disponibles para la población. En los municipios de Centro y Nacajuca en Tabasco, solamente existe un Hospital General de Zona con uno o dos especialistas por cada especialidad general y sin alta especialidad. Una cita solicitada hoy para cualquier especialidad, será atendida, con muy buena suerte, en febrero del 2023. Cualquiera se puede morir en ese lapso de tiempo o agravarse innecesariamente por falta de espacio, de médicos y de materiales. 

    La continuidad de la 4t es indispensable para que esto ocurra, de otro modo el desmantelamiento de lo logrado en los últimos 50 meses se convertirá en ruinas irreparables. 

  • La salud y los trabajadores I

    La salud y los trabajadores I

    Cómo camina ese hombre a pasos cortos viene cojeando trae un bastón en la mano da tres pasitos y se vuelve a detener.

    Caray, la fila es muy larga, no termina nunca y todavía no sale el sol. La humedad es muy alta, no hace frío, hace calor y no hay sol todavía. El hombre camina a pasos muy lentos, de tres en tres, de cuatro en cuatro y se detiene. Nadie lo mira, nadie lo ve, nadie lo nota, se le ve exhausto; la vida lo ha dejado exhausto, el miedo lo ha dejado exhausto, el tiempo lo ha dejado exhausto. El dolor se lo acaba.

    La luz del sol empieza a mirarse allá en las nubes, el edificio frente a nosotros nos tapa la vista del sol y de las nubes; es una clínica del IMSS, aquí venimos los que estamos enfermos o los que acompañamos a nuestros enfermos, aquí venimos a ver si nos sanan.

    La fila es eterna y no nos dejan entrar. En la puerta hay un guardia con una camisa azul quien casi se ríe y se burla de nosotros porque él controla el paso y decide quién y cuándo entra o no entra. Finalmente llega una mujer con el mismo uniforme, ella comprende mejor, abre la puerta y deja pasar a la gente formada en la calle, el hombre la reprende pero ya es imposible detener el río humano que entra así a las oficinas, a los consultorios.

    En las salas de espera del laboratorio y de imagenología se escuchan llantos de bebés, bullicio y algunos ayes de dolor. Ahí muchos de pie y tantos más en fríos asientos de metal, los rostros ocultos tras el cubrebocas los que estuvieron formando la que parecía una eterna fila, esperan para ser revisados, estudiados, etiquetados, diagnosticados y así les digan de qué se van a morir o no se van a morir, cómo van a vivir o van a sufrir y después de ese día recibir medicinas y tratamientos para tratar de sanar. De su verdadero bienestar, paz mental y felicidad, ninguno se ocupa más que el buen habitante de Palacio Nacional.

    Es, ni más ni menos, el Instituto Mexicano del Seguro Social en pleno Siglo 21, con la cuarta transformación caminando a pasos muy lentos esta vez, es el Hospital General de zona doctor Reynes Berezaluce en Villahermosa, Tabasco. Dos horas hay de fila para entrar y luego en una sala hacinados para esperar a que algún empleado malencarado te tome las muestras o haga el estudio o te tomen la muestra del interior de la vagina o que te tomen la muestra de materia fecal, o a que te digan que tus muestras de orina no sirven porque la trajiste en un frasquito de tu casa y no en el vasito esterilizado que venden las farmacias y que se suponía debías de usar.

    Vienes a escuchar y recibir la tensión de los niños llorando, de las mamás gritando y de la tardanza interminable y la indolencia con que te miran los que se supone deberían estar preocupados por tu salud, los que se supone que son servidores públicos.

    El seguro social funciona a duras penas porque apenas tiene los recursos suficientes para sobrevivir y crecer lo poquito que puede. Las clínicas en Villahermosa están saturadas todas y para todos los afiliados al seguro, solo hay dos laboratorios, eso si, grandes, pero solo dos no hay espacio ni para sentarse, gente de bastón que entra despacio y es rebasada por todos los demás cuando por fin llegan a la sala delante de ellos ya han pasado su carnet entre 60 y 80 personas, aún cuando ellos fueron los primeros en llegar a la puerta aquella donde el guardia no los dejaba pasar. El drama es doloroso. El seguro social no está funcionando bien y el problema son los recursos que tiene.

    La cuarta transformación necesita ocuparse de que los llamados grandes contribuyentes aporten mucho más de lo que aportan para el sostenimiento del IMSS y del país que los ha enriquecido sin medida y para el crecimiento de la seguridad social de todos los sectores y de los servicios de salud para que el Estado Mexicano cumpla con su función básica y con el Pueblo del que tanto han obtenido, especialmente de los trabajadores, que son quienes crean la riqueza que este país genera.

    Quedan dos años del Sexenio de la Esperanza y todavía hay mucho por hacer, pero si no enteramos al Presidente Andrés Manuel López Obrador, otros simularán que cumplen y no lo harán.

  • Perspectiva Escolar

    Perspectiva Escolar

    En esta segunda década del S XXI, la escuela requiere transformarse de manera que su involucramiento en la transformación de la realidad, más allá de mero agente susceptible de manipulación, se convierta en el eje desde el que se generen las propuestas sociales, económicas y políticas para que, con su propia identidad, cada comunidad se comprometa con su entorno local para incidir en el del componente social del que se trate.

    Cada comunidad educativa (CE) está compuesta por varios elementos que tendrían que centrarse en la formación de las niñas, los niños y de la identidad misma de la propia colectividad. Tendrían que considerarse parte de la CE, las niñas, los niños, los padres de familia y/o los encargados de su cuidado y custodia al estar afuera del espacio escolar, las maestras, los maestros y todo el personal que trabaja en las escuelas incluyendo a las autoridades. Del mismo modo, a cada persona que transporta colectiva o individualmente a todos estos elementos, así como a quienes viven en el entorno inmediato a la escuela, así como a quienes rodean las viviendas de las familias de estos niños y niñas.

    Hasta antes de la década de los 60 del S XX, la mayoría de las mujeres mexicanas solamente trabajaban en “las labores del hogar” sin otra remuneración que el agradecimiento de sus familias. A partir de esos años, su integración en el mundo de los asalariados se fue incrementando exponencialmente hasta llegar casi al 40% de la población económicamente activa en la llamada economía formal, lo que hace alrededor del 46% de las mujeres mexicanas, en lo que el 29% de ellas trabajan en el sector informal.

    Lo anterior impacta de manera directa a la educación de la niñez. Partiendo de la base de que tanto el padre, cuando éste aparece en la familia, como la madre, están ocupados la mayor parte del tiempo en conseguir los recursos para mantenerse a si mismos y a sus dependientes económicos, su progenie queda al garete o al cuidado de extraños, de ahí que la perspectiva escolar tenga que ser modificada de manera radical y tome en sus manos la responsabilidad social de la educación y la formación de cada niña y niño que sean abrazados por el espacio educativo, tanto público como privado y, por ende, terminemos con el estigma de que “la educación se trae de la casa”, refiriéndonos a “la casa” como a la familia.

    La disfunción familiar en nuestros días es casi una constante en todas las clases sociales, va desde la formada por la “madre soltera”, hasta la del “padre soltero”, pasando por una serie de modalidades de familia que tendrán que ser tema de un análisis posterior. Sin embargo, todos los casos tienen un denominador común, las hijas e hijos representan una problemática tal para los individuos, que los confronta con la solución y satisfacción de las necesidades económicas, soslayando las emocionales y espirituales de las que difícilmente se habla y que parecieran secundarias o poco importantes, pero lo son tanto o más, porque de ellas depende el desarrollo equilibrado y sano de la mentalidad y el pensamiento de cada estudiante.

    La perspectiva escolar debe cambiar para que la escuela, que no la educación como concepto, sino específicamente cada escuela, se convierta en el necesario hogar de cada persona que ahí convive a diario y por ello, sería necesario que su horario de labores se viera incrementado, aunque esto implicara tener un segundo turno de personal educativo que bien podría ser cubierto de manera rotativa por miembros de la comunidad educativa externa de la escuela, pero que podrían ser preparados y formados para contagiar esta cultura e identidad comunitaria, tanto a los niños, como al resto de los habitantes de la propia comunidad en cuestión, ya sea una escuela en el medio urbano sobrepoblado o en el medio rural cuya población está distribuida en espacios mayores y con distancias más grandes entre cada núcleo familiar.

    La propuesta es simple, que la escuela se convierta en el centro del desarrollo formativo, no solamente de los niños y las niñas, sino sobre todo de cada comunidad que la rodea. La formación de las nuevas generaciones es una responsabilidad que debe recaer en todos y cada uno de los miembros de la sociedad, sin importar el nivel socioeconómico al que cada individuo pertenezca, poniendo siempre como prioridad el beneficio de los estudiantes, desde el preescolar, hasta el nivel universitario.

    Ya es tiempo de que la escuela y la familia no pongan en el otro la responsabilidad de formar individuos sanos cuya meta vital sea ser útiles para poder ser felices. El tiempo de decir “eso es asunto de la escuela”, o “ese es asunto de la familia” debe terminar y el involucramiento de la escuela en cada aspecto del desarrollo pleno de cada ser humano que pise sus aulas, necesita ser total y con un profundo compromiso colectivo e individual que esté siempre en la mente y el corazón de cada adulto que interviene en el proceso. Así también, la escuela podrá ser agente de mejoramiento de la salud mental de cada persona que intervenga en la formación de la niñez.

    El análisis del papel de la escuela y el planteamiento de cómo mejorarlo, requiere de mucho más, por eso intentaré contribuir un poco más en el futuro.

  • Política Industrial

    Política Industrial

    Durante todo el período de dominación de los tecnócratas neoporfiristas sobre las políticas públicas en materia industrial, toda la actividad industrial y comercial se centraron en la maquila y la imitación de algunos procesos productivos. La falta de capacitación y profesionalización del trabajo inhibió la creatividad de la fuerza de trabajo, porque además, las instituciones de educación superior centraron sus esfuerzos en la creación de técnicos con mínimo conocimiento, para ejemplo baste un botón. 

    Hace unos días, platicaba con un ingeniero que trabaja y dirige una pequeña empresa que en algún momento pudo crecer y que fue líder en su mercado. Ellos enfrentaron varios problemas financieros durante el periodo neoliberal, en primer lugar, porque los créditos que requerían para operar, establecían tasas muy altas, en tanto que la banca de desarrollo no los consideraba sujetos de crédito por el tamaño de la empresa. 

    Estos créditos y la retención de los pagos en varios estados del país durante los sexenios de Vicente Fox Quezada, Felipe Calderón Hinojosa y Enrique Peña Nieto y, en especial en Tabasco durante los gobiernos de Manuel Andrade Díaz, de Andrés Granier Melo y de Arturo Núñez Jiménez, obligó a la empresa a generar más deuda y a reducir su tamaño, viéndose obligada a vender una buena parte de sus activos consistentes en patentes, a lo que posteriormente se sumó la pandemia de Covid-19 y provocó que retrasaran el pago de sus impuestos, pues priorizaron el pago de salarios al de sus acreedores. A esta empresa, el SAT le dio plazos, con condiciones casi leoninas, para liquidar su adeudo bajo la amenaza de ir a la cárcel. 

    Ellos contaban con varias patentes internacionales y con la distribución exclusiva de varios instrumentos en su ramo, al igual que eran los únicos autorizados para el mantenimiento de esos equipos. Por otro lado, estaban asociados y dieron origen a los fabricantes mexicanos de los equipos en que se usan esos instrumentos. Eran, además, una empresa en la que la creatividad, la capacitación y los salarios, siempre fueron muy atractivos para su personal; sin embargo, se encontraron con la pésima capacitación de las personas a quienes contrataban, el problema era tal, que había que enseñarles qué papel hacía un componente en un equipo para que pudieran comprender el funcionamiento del mismo y así fueran capaces de reparar una falla o incluso mejorar la operación del instrumento. 

    La capacitación deficiente de la fuerza productiva del país, es producto directo de las políticas públicas, tanto educativas como industriales, porque se entregaron a la terrible dependencia de la tecnología de la industria transnacional. Se olvidaron por completo del echar mano del proverbial ingenio y creatividad del pueblo mexicano y de la tremenda capacidad de educativa de la UNAM y el IPN, orientando a sus estudiantes a convertirse solamente en una especie de operarios, como si de autómatas sin inteligencia se tratara. 

    Hoy se recibe con esperanza el giro que están dando las secretarías de Economía y de Hacienda, la banca de desarrollo y una buena parte del sector privado a la política industrial de México, tal como  lo consigna el documento “Rumbo a una política industrial” del que informa el Diario La Jornada en su edición electrónica de “Últimas Noticias” (https://www.jornada.com.mx/notas/2022/09/25/opinion/politica-industrial-cambio-de-paradigma/) cito a continuación, “el documento con el que se busca trazar la hoja de ruta para fomentar el desarrollo sostenible de la industria y el fortalecimiento del mercado interno a través de la innovación digital, el aprovechamiento de las tendencias tecnocientíficas, la formación de capital humano, la promoción de contenido regional y encadenamientos con las micro, pequeñas y medianas empresas (MIPyMES). Los esfuerzos de esta iniciativa se concentrarán en los sectores estratégicos: agroalimentario, eléctrico-electrónico, electromovilidad, servicios médicos y farmacéuticos e industrias creativas.”

    El giro es altamente esperanzador y al mismo tiempo muy oportuno porque se da en medio de una coyuntura internacional de crisis económica producto de la pandemia de COVID-19 y de la guerra entre Rusia y Ucrania, que pretende liberar del régimen fascista al Pueblo Ucraniano, conflicto éste, que es generador de la necesidad de relocalizar a las empresas productivas hacia lugares más cercanos al destino de las mercancías y de que se requiera diversificar las cadenas globales de suministro, lo que pone en ventaja a México, especialmente dado el desarrollo de los nuevos corredores industriales, de comunicaciones y energéticos de toda la región del Istmo de Tehuantepec, el sur y el sureste del país.

    Se espera que esta nueva política genere alrededor de medio millón de nuevos empleos y cadenas locales de suministros más dinámicas, activas y eficientes. El problema que enfrenta esta nueva política industrial, es el mismo que enfrentó la empresa a que hago referencia renglones arriba, los altísimos costos del crédito, la deficiente capacitación de los trabajadores y habrá que agregar el altísimo nivel de explotación a que son sometidos las trabajadoras y trabajadores, en prácticamente todas las ramas industriales. Sería conveniente que este cambio de esquema, contemple una política salarial equiparable a la de aquellos que venden su fuerza de trabajo en los países en los que se producen o producían esos mismos bienes y mercancías de las que ahora se trate, esto queda a recaudo de la, hasta ahora, poco eficaz gestión en la STyPS.

    Sigo afirmando que la 4T tiene una deuda con la fuerza laboral de nuestro país y con la educación pública y su adaptación a la realidad de las familias, tema que será de una futura entrega. Reitero, “con los trabajadores todo, sin los trabajadores nada”.

  • La ruindad rampante

    La ruindad rampante

    Desde el inicio del sexenio del nefasto dueño de la “Colina del Perro”, José López Portillo, quienes vivimos de nuestro trabajo en México, hemos sido violentados y victimados por la voracidad inclemente de los patrones que han estado protegidos y cobijados desde la cúpula del poder público, llámese Poder Ejecutivo, Legislativo o Judicial. 

    En algún momento de la historia reciente de la República, el poder Judicial llegó a ser más confiable que cualquiera otro, pero a partir de la llegada al poder de los tecnócratas neoliberales-neoporfiristas, esta confianza se convirtió en recelo y devino en franca desconfianza hasta convertirse en desprecio absoluto.

    Para la clase trabajadora llevar un asunto al nivel de un juez, magistrado o ministro, era garantía de obtener una justicia más o menos rápida y siempre favorable al interés de las organizaciones obreras o de los trabajadores y trabajadoras en lo individual, pero al llegar al poder Miguel de la Madrid Hurtado, la historia cambió radicalmente, pues él mismo siendo presidente electo, obligó a los trabajadores de Mexicana de Aviación afiliados al SNTAS en aquél momento en huelga, a regresar a trabajar con la empresa requisada, con la amenaza de reprimir con la fuerza pública a la Asamblea General, y lo hizo aun sabiendo del desfalco de más de tres mil millones de pesos que esa línea aérea había sufrido por parte de quien fuera director general Enrique Loaeza Tovar. La corrupción del sistema se generalizaba en el gobierno.

    A partir del inicio del salinismo, la destrucción de las grandes empresas que pertenecían al país, fue iniciada sin la menor consideración de las consecuencias económicas ni políticas que esta forma de desgobernar a la República tendrían sobre las generaciones futuras. Se instituyó la corrupción como forma de negocio para los funcionarios públicos y para el sector privado, grandes empresarios y nuevos millonarios fueron surgiendo con los recursos de las arcas nacionales, cuya riqueza viene de los vastos recursos naturales de nuestra tierra, pero sobre todo del trabajo de la población. Esa fue la “nueva política” que nos llevaría al llamado primer mundo y solamente ha servido para enriquecer a unos cuantos y empobrecer a las mayorías, especialmente a los trabajadores del campo, en quienes se generó la necesidad de emigrar para tratar de conseguir mejores condiciones, ya fuera en las ciudades como centros industriales, o fuera del país como jornaleros agrícolas sin ningún derecho en los Estados Unidos.

    Esta nueva clase de millonarios, pronto comprendieron que la única forma de continuar enriqueciéndose sin límites, era cooptando políticos o introduciendo a sus testaferros en las altas esferas políticas para controlar desde esos puestos, el poder público y los recursos del estado. Así crecieron los delincuentes de cuello blanco, creyendo que aquello duraría por siempre y como su ambición no tiene límites, ni tienen llenadero, empezaron a ocupar espacios que, en otros tiempos, se considerarían delincuenciales y devinieron en traficantes de influencias, drogas, armas, etc., y en secuestradores y estafadores de todo tipo. De este modo convirtieron al país en campo fértil de corrupción, racismo, clasismo y la violencia fue el resultado más lógico de la secuencia, dada la enorme competencia que en todos los casos apareció y que era imposible, por ilegal, regular.

    Hoy, que aparece un gobierno cuya arenga principal es “MUERA LA CORRUPCIÓN, MUERA EL RACISMO, EL CLASISMO” y que, junto con ésta, lanza un poderoso grito en favor de la paz mundial, las más ruines voluntades se manifiestan en contra, al unísono de los poderes más obscuros y fascistas de nuestros días.

    La 4T sigue en deuda con la clase trabajadora mexicana, pero su combate por una verdadera purificación de la vida de la República, deja una estela de esperanza que no puede diluirse en el futuro inmediato. “Con los trabajadores todo, sin los trabajadores nada”.

  • Pensiones III

    Pensiones III

    La responsabilidad del Estado con relación a la calidad de vida de las personas de la 3ª edad, se ve amenazada por la inflación y la falta de conciencia de los entes neoliberales que quieren seguir adueñándose de los recursos que se destinan y no tienen una actitud solidaria, socialmente responsable ni de conciencia o amor al prójimo. 

    Si hablamos de quienes tienen una pensión por su edad y que nunca fueron protegidos, ni cubiertos por la limitada seguridad social, y siempre quedaron entrampados en el subempleo o en ir consiguiendo chambitas temporales que les permitieron sobrevivir al día, o incluso tener buenos ingresos, pero de manera irregular y sin generar ninguna seguridad financiera, tendremos que aceptar que el monto actual de las pensiones consagradas en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, es insuficiente y aún precario y debiera ser mucho mayor, cargando su peso presupuestal en la recuperación fiscal de las grandes empresas cuyas contribuciones siguen siendo mucho menores a lo que debieran y a lo propuesto por organismos internacionales.

    Hace unos días, algún defensor del concepto “son pobres porque quieren”, afirmaba que, en el fondo la gente es floja y por eso no “progresa”. Es evidente que nunca ha visto de frente al rostro de la verdadera pobreza, cuyo dolor y desesperación es contagioso para quien tiene un poquito de alma en el cuerpo, y algo de conciencia y humanidad formados en su corazón. 

    En el sistema capitalista, la fuerza de trabajo produce su salario y el costo del producto final, en las primeras horas de cada jornada y más del 70% del tiempo restante, crea la riqueza de la que se adueña quien posee el centro de trabajo o la empresa y de este valor, el Estado solo recibe una aportación un poco mayor al 8%, pero también recibe la misma proporción del salario, amén de las aportaciones del trabajador, cuando está afiliado, al IMSS. 

    Por lo general, las empresas encuentran los resquicios creados en las leyes fiscales que sus personeros en el Congreso de la Unión crearon en el pasado, para no contribuir lo suficiente y adueñarse de la mayor parte del producto del trabajo y así enriquecerse más. Lo que ocurra en el ámbito de la fuerza de trabajo, ya no es de su competencia y evadirán la responsabilidad que apropiarse del producto del trabajo de otras personas y pretenderán que el Estado asuma esa responsabilidad. 

    Al Estado, efectivamente le corresponde la responsabilidad de proveer de servicios y recursos a la sociedad, pero también le corresponde la obligación de obtener lo que en justicia le pertenece al trabajo para poder repartirlo con justicia, en obras, servicios y, desde luego, en seguridad social y pensiones para toda la gente que haya llegado a la edad en que es merecido disfrutar del tiempo laborado y en que, además, ya no es físicamente posible trabajar y producir con la misma eficiencia que antes, a sabiendas que la experiencia adquirida puede resultar desperdiciada por la ideología del capitalismo que prefiere desechar lo que considera inservible. Para la mentalidad neoliberal, neoporfirista y fascista, los seres humanos somos desechables en cuanto ya es imposible exprimir más utilidades de nuestras vidas. 

    En la actualidad existe un enorme ejército de jóvenes y viejos que no tendrán acceso a pensiones justas y que tampoco tienen acceso a ingresos acordes con los costos que supone una vida con tranquilidad financiera que les permita una vida feliz y satisfactoria, que en el fondo, es la finalidad real del Estado, pero que no se puede alcanzar por las condiciones de explotación de la fuerza de trabajo que persisten en el capitalismo salvaje de nuestros días.

    México tuvo un sistema de pensiones que era envidiado por el mundo y, aunque era mejorable en muchos aspectos, la burocracia dorada de los gobiernos de la segunda mitad del S.XX y los primeros del S. XXI, prefirieron destruirlo para pretender crear un sistema de ahorro para el retiro que dependiera de los trabajadores, sin responsabilidad real y efectiva de la patronal, que fuera negocio para algunos, obligatorio y sin verdaderas opciones para los trabajadores y trabajadoras, sin cobertura para quienes trabajaran por su cuenta, y todo, aunque a la larga fuera insuficiente para tener una vida digna y una vejez tranquila para ninguno.

    Para este resultado último, tenían preparado el discurso, que ya empiezan a espetar en la cara de quienes no pueden acceder a una pensión justa ni suficiente, en el que dicen “era tu responsabilidad ahorrar para tu vejez”. Ineludiblemente se trata de una responsabilidad social que, ni el Estado ni la patronal, querían asumir en todo ese periodo y que actualmente apenas alcanza para cubrir el hambre de los viejos. 

    Queda en el aire la pregunta, ¿qué será de los jóvenes que ya no tendrán una pensión vitalicia o a quienes sus patrones ni siquiera tienen afiliados al IMSS o los tienen registrados con el salario mínimo? ¿Qué será de ellos cuando llegue la hora de retirarse y se den cuenta de que los ahorros para su retiro han servido para enriquecer más a algunos y que no serán suficientes para sobrevivir con dignidad?

    Cuando yo cumplí veintiocho años, ya vivía en un departamento propio, trabajaba 9 horas diarias, con dos días de descanso y seguía estudiando. ¿Cuántos jóvenes pueden decir algo así, habiendo recibido un título universitario en la actualidad? Esa puede ser una forma de medir la realidad económica actual y que es producto del capitalismo salvaje del llamado neoliberalismo que no es más que fascismo al que nos sometieron los regímenes de la segunda mitad del S. XX y los primeros años del S.XXI. 

    La 4T no puede dejar esta deuda sin saldar con el futuro de quienes la hemos respaldado y luchamos por construir un México mejor sin violencia. Las facturas crecen. 

  • Pensiones II

    Pensiones II

    Una pensión digna, es aquella que puede permitir a un ser humano conservar sus ingresos iguales o superiores a los que tenía al decidir retirarse y con ellos una vida digna y sin pobreza ni limitaciones en los últimos años de su vida, aspirando siempre a tener una vejez feliz y en paz.

    Trabajar solamente para sobrevivir parece haber sido la única finalidad de un ser humano durante el Siglo XX. Después de haber entregado los años más productivos de su existencia, una mujer o un hombre se ha ganado el derecho de pasar sus días con un poco de paz y sin ningún sobresalto. 

    Las autoridades mexicanas, desde el sexenio de Miguel de la Madrid, hasta el de Peña Nieto, hicieron mutis y fueron incapaces, por decisión propia, de proteger y sancionar de forma correcta y apegada a la ley al sector empresarial, para obligarlos a mantener a la fuerza laboral, que los enriquecía cada día, cubierta plenamente con todos sus derechos. 

    Por el contrario, se dedicaron a permitir y permitirse a sí mismos como patronal, a violar todos los derechos de cada trabajador, aún de aquellos cuyas organizaciones sindicales más o menos democráticas y combativas en empresas e instituciones aparentemente grandes y fuertes, por ejemplo, Diesel Nacional, Ruta 100, Mexicana de Aviación, Compañía de Luz y Fuerza del Centro, Ferrocarriles Nacionales de México, SEP y un largo etcétera, sometiéndolos bajo amenazas, prebendas o con su instrumento favorito, la corrupción, hasta lograr la desaparición de la mayoría éstas fuentes de trabajo que, además eran parte de la fortaleza del PIB y del desarrollo del país sumiéndolo en una crisis que devino, entre otras cosas, en el FOBAPROA y la crisis de los 90’s.

    Esos gobiernos proto-fascistas y neo-porfiristas, se dedicaron a golpear sistemáticamente a la CFE, a TELMEX, a PEMEX, al IMP, al ININ, a las Universidades públicas, y otros. Siempre tratando de destruirlas con una estrategia de debilitamiento financiero paulatino, pero siempre cargando el peso de cada trampa en los hombros de las trabajadoras y trabajadores quienes fueron sometidos poco a poco y, en algunos casos, utilizando a sus propias organizaciones sindicales y a sus líderes ya corrompidos.

    En el proceso de degradación laboral constante, los neoliberales terminaron con la posibilidad de una vejez digna y con seguridad financiera para todas esas generaciones y las venideras. Siempre que pudieron, todos ellos, incluido el gobierno, contrataban a su personal sin otorgarles una plaza definitiva o hacerlos “trabajadores de planta” o con “plaza de base” para evitar la acumulación de derechos, donde quedaba incluido el de una jubilación digna y una pensión suficiente y vitalicia, que al menos fuera igual a su último salario y con los incrementos anuales iguales o mayores a la inflación.

    Para garantizar una vejez en plenitud, con paz y sin miseria, sería preciso volver al esquema de la ley anterior a la que aprobó el Congreso de la Unión en 1997, bajo el sexenio del beneficiario directo del asesinato de Luis Donaldo Colosio Murrieta, el poco ilustre privatizador de FFCC N de M; creador del FOBAPROA y demás lindezas.

    Volver a ese esquema es posible, fortaleciéndolo con una reforma fiscal en la que se graven las ganancias exorbitantes de las grandes empresas, léase Kimberly Clark, Carso, CEMEX, BIMBO; OXXO, Liverpool, Palacio de Hierro, Sanborns, Walmart, Grupo Minero México, todas las cerveceras, todos los bancos y, de nuevo, un largo etcétera, para cubrir las pensiones futuras y garantizar el derecho a una vejez feliz de todos los trabajadores mexicanos. 

    La 4T, tiene aquí una gran oportunidad para hacer funcionar correctamente al aparato productivo del país, quitarse el miedo de confrontar a la patronal y respaldar, de manera efectiva y real a las trabajadoras y trabajadores y al mismo tiempo recibir el gran apoyo que significa la unidad de la gran fuerza laboral que mueve a México. Es necesario comprender que los trabajadores somos la vanguardia del Pueblo y “con el pueblo todo, sin el pueblo, nada”.

  • Pensiones

    Pensiones

    Las pensiones del Bienestar, que se convirtieron en derecho constitucional, resultan un buen apoyo, especialmente para los adultos mayores de 65 años, pero sin otro ingreso se vuelven insuficientes.  Afortunadamente la decisión presidencial las hará aumentar cada año.

    Por otro lado, desde el sexenio de Ernesto Zedillo, en la misma legislatura que aprobó el FOBAPROA que sigue saqueando al país en favor de una banca voraz e irresponsable, las pensiones de los trabajadores se hicieron polvo, en buena medida por la inacción del IMSS en aquellos años, por la desinformación y por el miedo a perder el empleo, lo que motivó el silencio de los trabajadores.

    Hay más responsables de que las pensiones de los trabajadores se vuelvan miserables como producto de la ley de 1997, además del Congreso de aquellos años, los sindicatos que se quedaron mudos o los obligaron a callar a billetazos o con amenazas, pero el más importante es quien se benefició directamente con el asesinato de Luis Donaldo Colosio Murrieta, el propio Ernesto Zedillo Ponce de León. La 4T sigue endeudada con los miles de trabajadores que fueron afiliados al IMSS después de la promulgación de esa ley.  Bien podría derogarse y volver al esquema que permitía pensiones dignas equivalentes al salario de cada trabajador y trabajadora tomando en cuenta su edad y las semanas de cotización.

    Hoy, con más de 1,300 semanas y un salario de 14,000 pesos mensuales, un trabajador de 65 años afiliado al IMSS en 1998 y con fondos en su AFORE cercanos a 450,000 pesos, recibirá una pensión mensual de poco más de 7,000 pesos mensuales, que pueden llegar a reducirse a la mínima que da el IMSS cuando se agoten sus ahorros, de los que no recibirá ni un centavo al retirarse a pesar de ser su propio dinero.

    Hay que referir que, a pesar de la reforma que entra en vigor el próximo año, la situación para todos los afiliados al IMSS después de 1997, esto seguirá siendo la constante para estas generaciones.

    Una ley tan injusta y ventajosa para las administradoras de esos recursos que, dicho sea de paso y como verdad, le pertenecen a cada trabajadora y a cada trabajador, debe ser derogada para adoptar una que la substituya y tome lo mejor de la legislación anterior, obligando a las administradoras de las AFORES a mejorar los rendimientos.

    Por otro lado, y previniendo el posible daño al presupuesto federal, sería muy útil que las empresas que ganan más, contribuyan con más recursos, haciendo viable que las  pensiones sean realmente dignas para quienes han dejado su vida en su trabajo cotidiano, además de que ya es tiempo de reducir o desconocer la deuda generada por el FOBAPROA, que hizo que las deudas privadas ser convirtieran en públicas afectando, sobre todo, a quienes podíamos aspirar a una jubilación y retiro dignos y sin sobresaltos.

    Las pensiones para que las personas que hemos entregado nuestra fuerza de trabajo, nuestra inteligencia y todas nuestras capacidades para nuestro sustento diario, pero también para el beneficio de algún patrón y en gran medida para el bien de nuestro país, deben garantizar que nuestros últimos años de vida no se conviertan en una constante penuria para nosotros mismos y nuestras familias. 

    La dignidad y tranquilidad de los adultos mayores en México, sigue siendo una asignatura pendiente para el Estado Mexicano y una responsabilidad evadida por la patronal. Es preciso que la 4T actúe con más firmeza y valentía en este sentido. No se puede tener un país rico con viejos pobres.

  • Educándonos

    Educándonos

    Como docente, durante muchos años, encontré que la formación era la parte más trascendental de mi servicio. Pocas veces pude encontrar eco en las autoridades bajo cuya influencia y dirección me tocó trabajar. Cuando fui autoridad, siempre procuré recoger todas las opiniones, necesidades, observaciones y criticas de mis compañeros, a quienes nunca traté como subalternos.

    La democracia debe ser el ejercicio permanente de quien se planta en el aula como modelo en su entorno social y en su papel de líder dentro del ámbito íntimo del salón de clases. Es imposible conseguir el compromiso solidario y verdadero de quien se abre a la influencia del maestro o maestra, si el propio docente se presenta carente del mismo compromiso y solo se presenta, como cualquier burócrata de viejo cuño, a cubrir el expediente.

    Parece que la SEP de Moctezuma y de la Maestra Delfina tenían preferencia por ese tipo de actitud frente a la educación, y para ejemplo vaya solo la confirmación de la instrucción dada cerca del final del sexenio de Peña y ratificada por los dos últimos secretarios antes de la Maestra Leticia Ramírez Amaya; con toda claridad fue entregada a las direcciones de las escuelas, tanto privadas como públicas, la instrucción de no reprobar a ningún alumno de educación básica.

    Es comprensible que esto fuera necesario como producto de la pandemia de covid-19, pero no había justificación para que ocurriera antes de la misma y tampoco lo hay una vez que todos los alumnos deban regresar a tomar clases en sus aulas. Las instrucciones de la SEP son esas, no reprobar a nadie, permitir la entrada a los alumnos aún cuando lleguen fuera del horario establecido y otras tantas de este mismo corte.

    Seguir las reglas y respetarlas, siendo conscientes de cuál es su provecho y cuáles las consecuencias de ir en contra de ellas, comprender la necesidad del orden y la disciplina en la escuela, son fundamentales en la formación del estudiante, todo siempre desde una perspectiva democrática y comprometida; las reglas deben discutirse y acordarse entre aquellos que regirán su actuar dentro de la comunidad educativa para ejercer la voluntad del compromiso.

    Es preciso definir a qué hago referencia cuando abordo el concepto de “comunidad educativa” y será aquella compuesta por cada individuo que interviene en los procesos propios de la educación y la formación de los niños y jóvenes en el ámbito de la escuela, así que incluyo, en primer lugar a las familias, después a los docentes y autoridades de cada espacio educativo, a todo el personal administrativo, de intendencia que labore dentro del plantel, también hay que agregar a cada miembro de la comunidad social que rodea a la escuela, es decir, los vecinos de la escuela y de las familias, las autoridades civiles y los líderes sociales que, de cualquier forma, convivan con los chicos en cualquier momento de su formación.

    Es preocupante por ello, saber que las resistencias internas en la SEP, sigan obstaculizando el flujo democrático de ideas, posturas y propuestas de cada docente comprometido del país. La expectativa puesta en la recién nombrada Secretaria de Educación, son muy altas, pues se trata de una persona muy cercana al Presidente de la República y emanada del movimiento magisterial más comprometido con las luchas democráticas y la defensa verdadera de la educación como es la CNTE. Ojalá que esta vez la voz de los niños y de los docentes sea escuchada fuerte y claro en la alta esfera política y que ésta refleje la verdadera necesidad educativa del Pueblo Mexicano y no a la burocracia que la combate.

    La 4T tiene una deuda gigantesca con los trabajadores de la educación y sobre todo, con las niñas y los niños de México, Todo apunta a que la Maestra Leticia Ramírez Amaya sabrá cumplirlo a pesar del enorme reto que enfrenta y el poco tiempo que tiene para actuar.