El gobierno de Claudia Sheinbaum y la dirección del Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit) avanzan en una polémica reforma que busca suprimir las Direcciones Sectoriales de Trabajadores y Empresarial. Estas entidades, calificadas como carentes de funciones sustantivas pero con elevados ingresos, han sido señaladas por ser fuente de enriquecimiento para algunos de sus directivos.
Actualmente, los titulares de estas direcciones perciben ingresos muy superiores al salario de la presidenta de México. Un ejemplo de ello, de acurdo a una investigación de Sin Línea MX, es Carlos Gutiérrez Ruiz, responsable de la Dirección Sectorial Empresarial, que recibe un salario mensual de 262 mil pesos, cifra que casi duplica el sueldo de Claudia Sheinbaum, quien gana 140 mil pesos mensuales. Además, se reporta que los integrantes de estas direcciones reciben un bono adicional de 60 mil pesos por asistir a sesiones del Consejo General del Infonavit, sin que estas posiciones impliquen responsabilidades significativas.
Cuestionamientos por privilegios y opacidad
Octavio Romero Oropeza, actual director del Infonavit, ha sido uno de los principales promotores de esta reforma. En una conferencia de prensa, calificó a estas direcciones como un obstáculo para la transparencia. “No tienen responsabilidades, no tienen funciones, pero ganan más que la presidenta de la República”, enfatizó.
De acuerdo con información de la Plataforma Nacional de Transparencia, estas direcciones también acumulan gastos excesivos en viajes y viáticos, además de resistirse a la fiscalización por parte de la Auditoría Superior de la Federación (ASF). Carlos Martínez, exdirector del Infonavit, denunció previamente que algunos representantes sectoriales incluso buscaron ampararse para evitar auditorías.
Antecedentes: vínculos con constructoras cuestionadas
Carlos Gutiérrez Ruiz, un personaje clave en esta polémica, ha ocupado cargos de relevancia durante los gobiernos panistas de Vicente Fox y Felipe Calderón, entre ellos el de director general de la Comisión Nacional de Vivienda (Conavi). Durante su gestión, fue señalado por favorecer a constructoras como Geo y Homex, que más tarde se declararon en quiebra, dejando miles de viviendas abandonadas y a trabajadores con deudas imposibles de pagar.
El caso de Casas Geo, una de las empresas más favorecidas en la administración de Fox, es representativo de los abusos cometidos. Promesas de vivienda digna terminaron en desarrollos habitacionales abandonados que afectaron el patrimonio de miles de mexicanos. Este patrón se replicó en las gestiones de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, dejando un grave rezago habitacional.
Oposición empresarial y sindical
Sectores como la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin), la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) y sindicatos como la Confederación de Trabajadores de México (CTM) han manifestado su rechazo a esta reforma. Argumentan que la desaparición de las Direcciones Sectoriales afecta sus intereses y reduce su capacidad de representación en el Infonavit.
Sin embargo, el gobierno defiende que la medida busca redirigir los recursos hacia los trabajadores, eliminando intermediarios que solo representan costos innecesarios. Según Octavio Romero, la reforma permitirá una gestión más eficiente y transparente, enfocada en resolver las necesidades reales de vivienda.
Un sistema en transición
Mientras el debate continúa, la reforma al Infonavit pone de manifiesto la urgencia de un cambio en el manejo de los recursos públicos y el combate a los privilegios. Aunque los sectores afectados han levantado su voz en contra, la propuesta avanza con la promesa de beneficiar directamente a los trabajadores, cerrando una etapa de opacidad y excesos.
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