La semana pasada se dio a conocer a los finalistas de la carrera organizada por el Frente Opositor anti López Obrador sin ninguna sorpresa pero sí con dos sobresaltos: el de Silvano Aureoles que se muestra indignado con la decisión del área coordinadora y evaluadora de no permitirle continuar en la siguiente fase y el del senador Mancera que recurrió al Tribunal Electoral. A tal grado llegó la molestia del ex gobernador Michoacano que otro poco y se aparece en las puertas de las oficinas de Claudio X. González para pedir audiencia y explicación con todo y banquito. Pero bueno, ya estando excluidos ambos perredistas, el PRD requería de una posición firme por parte de su dirigencia que no tardó en llegar, así que la voz de Zambrano se hizo escuchar de manera enérgica exigiendo una explicación y poniendo contundente pausa a la participación perredista en el Frente, además de amagar con irse a perder el registro en otra alianza.
Eso en principio, aunque más tarde, Chucho tuvo que (estratégicamente) echarse para atrás con tiento pues eso de envalentonarse o a irse a la de “sin susto” contra los que hoy le mantienen política y económicamente, pues no se ve nada bien. Así que parece que bastó una pequeña miradita para que ambos Jesúses (Zambrano y Ortega) se sentaran para cuidar el poco menos de millón de militantes que les queda en el país para ofrecer al Frente.
Lo anterior parece burla pero es realidad, ¿De dónde sacarían Zambrano y Ortega que el PRD tendría oportunidad de participar dentro de ese frente con una propuesta firme capaz de ser reconocida por las cúpulas de los otros dos partidos para incrementar sus márgenes de negociación hoy prácticamente nulos? O sea, por donde se vea, no hay manera de que las propuestas perredistas pudieran disputarle ni al PAN ni a la miseria que hoy representa el PRI algún tipo de consideración, y no porque el PRI esté en la misma condición crítica del PRD, sino porque el enemigo principal es su propio presidente, lo que ha acarreado una desbandada que no dejará de seguir participando políticamente, pero no desde ese partido.
Lo que si hay que destacar es el perfil de uno de los dos finalistas del PRI, ya que la consolidación de la trama que pretende imponer la derecha, mucho depende de la convalidación del tricolor y ahí se encuentra un hueso muy duro de roer que es Beatriz Paredes y si alguien sabe de operación política, presiones de alto nivel y manotear la mesa cuando es necesario es precisamente la Tlaxcalteca. No hay que ir tan lejos, la semana pasada hizo una declaración contundente refiriéndose a López Obrador: “Yo no estoy obsesionada por Andrés Manuel López Obrador, es un accidente histórico por los errores que cometimos”… y lo que sea de cada quién, yo le creo a doña Beatriz, creo que es sincera al decir que no está obsesionada con Andrés, sólo que, cuando habla de los errores que cometieron pues se quedó corta, le faltó hablar de devaluaciones, guerra sucia, fraudes electorales, bueno, hasta magnicidios como el de Colosio que, por cierto, se perpetró desde el Estado, el mismo que la mantuvo a ella como embajadora de México en Cuba por aquellos tiempos.
Regresando al Frente anti AMLO, el tema radica en que se les va a complicar el accionar por varias razones, y no, no se trata de menospreciar su capacidad para establecer una agenda común que dicho sea de paso, no han presentado, sino que el verdadero pleito estará en cómo determinar al o la elegida y cómo hacer que la convaliden los demás. Aquí entra en escena Beatriz Paredes quien a mi parecer sería la mejor apuesta del bloque opositor o cuando menos quién más tablas y trayectoria posee para enfrentarse a MORENA, sobre todo en un terreno en el que Xóchitl Gálvez no le puede competir: el de las ideas, ya que la Gálvez no posee cualidades o una trayectoria que la identifique con una causa o que al menos la posicione como artífice de un proyecto de gobierno, sino que se ha convertido en un producto manipulable por quienes están detrás de sus aspiraciones, o sea, lo que pretendía ser Lilly Téllez hasta que fue desechada por los mismos que le vendieron la idea de ser candidata. Por esa misma razón reafirmo mi teoría de que, conforme se acerque el proceso a su verdadera etapa oficial, no será Xóchitl la abanderada para desencanto de muchos que creo, se fueron con la finta.
La trayectoria de Beatriz Paredes es bastante amplia y sabe perfectamente el manejo de los tiempos políticos, eso le hace lanzar una advertencia clara para quienes creen que el proceso del frente sólo es mero trámite, así que, adelantándose a lo que para ella misma pudiera ser una farsa, pone sobre la mesa las consecuencias negativas que representaría para ese bloque sujetarse a una decisión sin consenso. Así que en un par de semanas habrá un reacomodo interesante que quizá pocos se imaginen.
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