Teniendo como marco la Conferencia de Acción Conservadora (CPAC) realizada en la capital argentina y frente a representantes de la ultraderecha internacional como la candidata a senadora por Florida Lara Trump, nuera de Donald Trump; el español Santiago Abascal, del partido VOX; el argentino, teórico de la conspiración, Agustín Laje; el diputado brasileño Eduardo Bolsonaro; y los mexicanos Eduardo Verástegui, presidente de CPAC-México, quien anunció que formará un partido político en el 2025 y el dueño de TV Azteca, Ricardo Salinas Pliego; Javier Milei presentó un decálogo “No sólo para los argentinos, sino también para quienes comparten nuestras ideas en el resto del mundo”.
En este decálogo, por el que fue ovacionado en múltiples ocasiones durante su presentación, Milei plantea repetidamente términos relacionados con la dicotomía de la derecha y la izquierda a través de prejuicios, medias verdades o de plano falacias y muy elementales planteamientos basados en frases hechas como: “las mentiras confortables de la izquierda”, “las verdades incómodas de la derecha”, “no a la negociación de las ideas para rascar un voto”, “el bien” representado por la derecha y “el mal” por la izquierda”, “el adversario”, “la confrontación”, “el combate”, “la batalla”, “la defensa”, “el poder”.
Milei, considerado como un “libertario” en el ámbito ultraderechista mundial, insiste en que hoy en el “mundo se respiran nuevos vientos de libertad, de la mano de Donald Trump”. Subraya que es una “oportunidad histórica”, aunque se requiere lanzar una batalla cultural contra la izquierda para lo cual considera como instrumento necesario a la CPAC. “Necesitamos proteger la cabeza, sus ideas, porque si se fortalecen el cuerpo, pero no las ideas, las fieras los van a comer igual. Justamente eso hace CPAC, cuida la cabeza, son los guardianes de las ideas”.
El escenario internacional muestra precisamente la confrontación entre movimientos y gobiernos ultraconservadores instalados en diversos países y los divergentes proyectos de nación desarrollados por fuerzas progresistas o de izquierda, principalmente en países latinoamericanos. Sin embargo, un importante frente en el que la ultraderecha combate a las fuerzas transformadoras es el ideológico, el ámbito cultural precisamente.
Para ello, las fuerzas reaccionarias en el mundo cuentan no solamente con gobiernos afines, sino principalmente con todo un aparato ideológico integrado por influyentes medios de desinformación y manipulación, redes sociales con destacada presencia entre los ciudadanos, principalmente jóvenes, con estructuras políticas integradas por organizaciones partidistas y judiciales, así como con espacios de difusión de sus planteamientos como estos foros promovidos por la CPAC. En este año ya tuvieron tres reuniones, en febrero en Estados Unidos, en agosto en nuestro país y la más reciente en Argentina.
En México, en el marco de la 4T, es el ámbito de las conciencias en el que el movimiento encabezado por nuestro expresidente Andrés Manuel López Obrador puso mayor énfasis. Aun y cuando haya mucho por hacer, es importante el grado de politización alcanzado por los mexicanos. De otra manera sería difícil entender como el pueblo supo muy bien el papel que debía desempeñar el pasado 2 de junio para hacer realidad la estrategia electoral, conocida como el Plan C. Y vaya que la derecha del país y sus redes internacionales movilizaron recursos económicos y tecnológicos, propagandísticos y mediáticos, en redes sociales y medios de información, para impedir los resultados que se obtuvieron.
La batalla cultural de la 4T confrontó al sentido común neoliberal basado en el individualismo, el éxito, el dinero, la competencia, el sobresalir por encima de los otros, a través de la recuperación de la solidaridad, el espíritu comunitario, el empoderamiento del pueblo. Al predominio de formas culturales elitistas con el re-conocimiento y revalorización de nuestras culturas ancestrales.
La conceptualización del Humanismo Mexicano en aquella magna concentración del Zócalo, el 27 de noviembre de 2022, incorpora a la 4T un contenido fundamental para hacer frente a las fuerzas reaccionarias. En esta batalla cultural sus orígenes resultan en enormes fortalezas. Como lo describe el propio López Obrador en su libro ¡Gracias! la primera raíz se ubica en las concepciones del mundo y la vida sostenidas por los pueblos originarios.
Comienzo por recordar que la grandeza, en todos los órdenes en nuestro país, tiene raíces culturales profundas y es lo que nutre el Humanismo Mexicano, lo que nos da la identidad que poseemos como sociedad honesta, trabajadora y fraterna. Esa idiosincrasia, esa manera de pensar y de ser, viene de lejos y se ha conservado contra viento y marea, es lo que siempre nos pone a salvo ante cualquier calamidad o desdicha. Por eso emprendimos el rescate y la exaltación del conocimiento ancestral y de los valores culturales heredados de las antiguas civilizaciones que florecieron en nuestro territorio.
La segunda raíz del Humanismo Mexicano la ubica en la fecunda historia política nacional con sus admirables próceres y excepcionales patriotas.
José Martí decía: «Injertarse en nuestras repúblicas el mundo; pero el tronco ha de ser el de nuestras repúblicas». Es cierto que Miguel Hidalgo era criollo y se había formado con las ideas de la Ilustración surgidas en Europa, pero su origen mexicano y, sobre todo, la convivencia con el pueblo raso, lo llevó a defender causas profundamente justas y arriesgadas que le costaron la vida. Este cura rebelde y bueno, es el Padre de nuestra Patria. Por esas singularidades de nuestra historia, la fecha que más celebra el pueblo de México es la del inicio, la del Grito de Independencia.
A través de la realización del humanismo es que a partir del triunfo popular del 2018 se ha defendido nuestra soberanía, se ha implantado una economía moral, se ha recuperado al Estado para utilizarlo como instrumento del principio por el bien de todos, primero los pobres. El fundamento ideológico del Humanismo Mexicano constituye el núcleo de la batalla cultural con el que hemos enfrentado el proyecto de nación conservador, elitista, racista y clasista.
Cuando Milei habla de la necesaria batalla cultural que deben emprender para confrontar a la izquierda y a los movimientos populares, tiene razón pues en la lucha entre proyectos económico-políticos opuestos, es en la esfera de lo ideológico en la que el conservadurismo radical considera hacerse con la victoria y someter nuevamente a los pueblos movilizados, con ello la derecha en realidad está negando que estén conscientes de las formas que ahora pretenden adoptar sus enemigos históricos.
Para revisar el tema del Humanismo Mexicano con mayor detenimiento, me permito recomendarles el número 8 de la Revista Conciencias publicada por el Instituto Nacional de Formación Política de Morena, dedicado íntegramente al tema. Aquí el enlace para su acceso gratuito. https://revistaconciencias.mx/wp-content/uploads/2024/08/Revista-Conciencias-Numero-8.pdf
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
Comentarios