Qué importancia tuvo el día de ayer y qué fuerte escenario presentó el Zócalo de la capital mexicana. El presidente López Obrador y un gran número de compañeros de la Cuarta Transformación al igual que una plaza pletórica de adherentes que también se oponen a la terrible ilegitimidad y antidemocracia del poder judicial, se volvieron una sola voz, La Voz del Pueblo.
Sobresalió un grupo de algo más de 500 compañeros trabajadores de medios. Aclaro que se trata de algunos de esos que son súper explotados y a los que la Secretaría del Trabajo se ha negado a proteger desde la gestión de la actual Secretaria de Gobernación, Luisa Alcalde, en la ST y PS hasta la de su sucesor Marath Baruch Bolaños López.
El grupo sobresalió porque que no se identificaba con la porra en favor de la 4T pero que tampoco es solidario con el poder judicial y menos con la derecha y fue detectado por un varón con uniforme de policía, quien los fotografió sin el menor respeto y sin la autorización de los retratados. Es una colectividad en la que participan compañeros que han denunciado los abusos patronales de muchísimos medios; son trabajadores y trabajadoras comprometidos con su conciencia de clase y su postura frente al estado y frente al capitalismo, posicionamiento que es mucho más radical a la izquierda que la de cualquiera en la Cuarta Transformación hasta hoy.
Esos compañeros se concentraron en la plancha del Zócalo exigiendo la semana de 40 horas, el respeto a la Ley Federal del Trabajo y a los derechos de cada asalariado y asalariada en México.
De ahí marcharon hacia la sede del poder legislativo para exigir lo mismo a la nueva legislatura con mayoría calificada de lo que se supone es la izquierda mexicana, pero pero que a veces más parece servir a los intereses de la patronal y del capital que explota a los trabajadores y trabajadoras de todos los países en todos los continentes, pero en este caso, de este país.
Pingües resultan las demandas de #YoPorLas40Horas frente a la tremenda necesidad de seguridad laboral, de salarios verdaderamente dignos, de trabajo en condiciones correctas, de salud, de cuidado y de seguridad e higiene que en pleno Siglo XXI que todavía no son realidad en México, y son también una demanda que subyace en la marcha de estos poco más de 500 compañeros.
La solidaridad del resto de los trabajadores mexicanos y del mundo sigue ausente. La unidad de los trabajadores es una de las metas a conseguir por estos poquitos compañeros trabajadores, que bajo el riesgo de persecución y de represión patronal, salieron a la calle hoy, precisamente el día del último informe presidencial de Andrés Manuel López Obrador y justo a plantarle cara a él y a sus seguidores en el Zócalo capitalino y decirles #YoPorLas40Horas como primera demanda, aunque detrás hay otro montón de demandas.
El sexenio de Andrés Manuel López Obrador termina con grandes logros con importantes conquistas de las clases populares. Sin embargo, sigue habiendo una gran deuda con los trabajadores y trabajadoras de este país, todavía existe la explotación de los trabajadores por el capital de manera salvaje y continúa viva la carencia de justicia, que en manos del Poder Ejecutivo de cada Entidad Federativa y del Gobierno Federal está completamente desligada de los trabajadores y trabajadoras y camina de la mano de la patronal, a quien ayudan y apoyan cuando una demanda individual o colectiva no es notificada en tiempo y forma a la patronal y está no se presenta a ninguna audiencia y no hay manera de que los trabajadores tengan y consigan la justicia que merecen de acuerdo con las leyes que ha dictado la propia patronal y por tanto, esta autoridad actúa como neoliberal descaradamente.
La pregunta es ¿Hasta cuándo? Los trabajadores y trabajadoras de México somos quienes movemos a este país somos la energía que impulsó a Andrés Manuel López Obrador y a Claudia Sheinbaum Pardo a la presidencia, somos la fuerza popular de vanguardia que evita que los recursos de nuestro país caigan en manos extranjeras y o privadas, que solo responden y buscan su propio interés de lucro sin importarles, en ninguna forma, las verdaderas y profundas necesidades de cada uno de quienes habitamos este territorio para contagiar al resto de los territorios de Nuestra América y del mundo.
No hemos perdido la esperanza ni las ganas de luchar; Claudia Sheinbaum Pardo tiene un compromiso enorme que cumplir con los trabajadores, porque de ella se espera mucho más que lo que logró el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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