La Jefa del Ejecutivo Federal, Claudia Sheinbaum, festejó este fin de semana el nombramiento de Hugo Aguilar, representante de los pueblos originarios, como nuevo Ministro Presidente de la Suprema Corte. En paralelo, lanzó un mensaje al estilo ciudadano y directo: pidió a la OEA que “se guarde” sus recomendaciones sobre cómo debe México elegir a sus magistrados.
En un video difundido en redes sociales, la Presidenta aseveró con firmeza: “NO está dentro de sus funciones… la OEA no puede decirle a un país cómo organizar su Poder Judicial”. Su mensaje suma a la posición oficial del gobierno mexicano, que este sábado 7 de junio rechazó de manera contundente el informe preliminar de la misión electoral de la OEA, calificándolo de extralimitación .
Polémica histórica de la OEA
Esta no es, sin embargo, la primera vez que surge controversia al rededor de la OEA. Organismos críticos, han hecho señalamientos serios al considerar que la OEA ha sido utilizada para respaldar gobiernos de derecha e incluso golpes en la región . En Bolivia, por ejemplo, la OEA jugó un rol central en la crisis post electoral de 2019 al denunciar irregularidades, lo que desencadenó la salida de Evo Morales . Y en Honduras, la organización sí intervino para exigir el retorno de Manuel Zelaya tras el golpe de Estado de 2009 , marcado por tensiones políticas y sobre la soberanía nacional.
Históricamente, la OEA también respaldó acciones como la intervención militar en República Dominicana en 1965, creada como “Fuerza Interamericana de Paz”, con participación clave de Estados Unidos. Estas decisiones han sido parte de críticas sobre su influencia selectiva, especialmente cuando se trata de proteger intereses consolidación de gobiernos de derecha.
Presidenta Claudia Sheinbaum y la independencia judicial
Con su llamado a que la OEA se mantenga al margen, Sheinbaum busca reforzar la idea de que México, con su Corte liderada por un indígena, elige a sus jueces de forma soberana, sin injerencias externas. Su postura refuerza una narrativa que defiende la autonomía del país en temas de gobernabilidad y justicia.
En un momento en que los órganos internacionales son mirados con ojo crítico, la posición de nuestra mandataria federal refuerza la exigencia de que recomendaciones externas respeten los límites del respeto a la soberanía y a la autodeterminación de los pueblos.

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