Amarande Riojas Orozco, abogada y activista, denunció públicamente haber sido víctima de violación hace ocho años por parte de Javier Lozano Ponzanelli, hijo del ex senador panista Javier Lozano, y Gabriel Castañeda Gómez-Montt, socios del despacho Nazar Nazar Abogados. En su declaración, Riojas señaló que ambos agresores han intentado sobornarla para que acepte dinero a cambio de concluir el caso. “Mi vida y mi dignidad no tienen precio. Solo busco justicia y que ninguna otra mujer sea víctima de estos violadores”, afirmó.
La abogada también reveló que ha recibido amenazas tras su denuncia y acusó a la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México de actuar con negligencia y corrupción. Según Riojas, la fiscalía no solo permitió que se abriera una carpeta en su contra por falsa declaración y fraude procesal, sino que también compartió sus datos personales con los presuntos agresores. “Es una total injusticia que viola los derechos de las víctimas. No voy a guardar silencio. No voy a ser cómplice de la corrupción que existe en la fiscalía y en el Poder Judicial”, denunció.
Riojas destacó las irregularidades en el manejo de su caso, señalando que la carpeta abierta en su contra está radicada en la Fiscalía Cuauhtémoc II, especializada en robo de autos, lo cual calificó como evidencia de una red de corrupción. “Sí, esa fiscalía en donde afuera está lleno de negocios ilícitos, de trata, de corrupción”, añadió.
A pesar del temor por las represalias, Riojas aseguró que continuará alzando la voz contra quienes considera intocables. “¡Basta de callarnos! Javier Lozano Ponzanelli y Gabriel Castañeda Gómez-Montt son criminales, son violadores y continúan creyendo que todo se arregla con dinero y poder”, expresó con determinación. Además, criticó la impunidad con la que operan figuras influyentes dentro del sistema judicial: “El miedo cambia de bando cuando lo que se defiende es la verdad”.
La abogada hizo un llamado a las autoridades para garantizar justicia y proteger a las víctimas, subrayando que su lucha no es solo personal, sino por todas las mujeres que han sufrido violencia. “Nos quiero vivas, libres y sin miedo”, concluyó.
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