El ferrocarril representó el símbolo del progreso económico, la integración territorial y la modernidad para los hombres y mujeres de siglo XIX, tanto de México como en el resto del mundo. Por ello, los gobiernos de distintos países promovieron la construcción de vías férreas en sus territorios, atrayendo capitales extranjeros mediante concesiones que incluían generosos subsidios por kilómetro construido, amplios derechos de vía, exenciones de impuestos y largos periodos de reversión de propiedad. Con respecto al ferrocarril, uno de los proyectos clave del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, es el Tren Maya.
Dentro del Plan Nacional de Desarrollo, se plantean las grandes características de este proyecto de la siguiente forma: “El Tren Maya es el más importante proyecto de infraestructura, desarrollo socioeconómico y turismo del sexenio presente. Tendrá un recorrido de mil 525 kilómetros, pasará por los estados de Chiapas, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo e interconectará las principales ciudades y sitios turísticos de la Península de Yucatán. La mayor parte de su ruta pasará por derechos de vía ya existentes, como vías férreas. Carreteras y tendidos eléctricos, tendrá 15 estaciones y con un capital de entre 120 mil y 150 mil millones de pesos provenientes de fuentes públicas, privadas y sociales. El Tren Maya es un proyecto orientado a incrementar la derrama económica del turismo en la Península de Yucatán, crear empleos, impulsar el desarrollo sostenible, proteger el medio ambiente de la zona desalentando actividades como: la tala ilegal, el tráfico de especies y propiciar el ordenamiento territorial de la región”.
Recientemente, se difundió un video en redes con imágenes que realizó el presidente Andrés Manuel López Obrador del primer recorrido de supervisión a bordo del tren desde la estación de Campeche tras rendir su quinto informe de gobierno este viernes pasado. En este recorrido, estuvo acompañado por integrantes de su gabinetes, gobernadores y empresarios: Luisa María Alcalde Luján (Secretaría de Gobernación), Rosa Icela Rodríguez Velázquez (Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana), Román Meyer Falcón (Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano), el General Luis Crecencio Sandoval González (Secretario de la Defensa Nacional), Ariadna Montiel (Secretaría de Bienestar), Layda Sansores (gobernadora de Campeche). Mara Lezama (gobernadora de Quintana Roo), Enrique Alfaro (gobernador de Jalisco), Mauricio Vila (gobernador de Yucatán), Carlos Slim (Grupo Carso), Bernardo Gómez (Grupo Televisa) y Epigmenio Ibarra (periodista y productor de Argos Comunicación). Todavía cabe señalar las personas que esperaron el paso del convoy para saludar al presidente con júbilo.
Este proyecto ha sido el tema de debates, polémicas, tema de conversación e incluso ha sido el tema de trabajos y tesis de licenciatura y maestras, como el de Cinthia Anahí Jiménez Fragoso, licenciada en Economía por la Facultad de Economía de la UNAM, titulado Tren Maya. Proyecto clave del gobierno de López Obrador: Implicaciones para el sureste mexicano, en el que plantea que este proyecto “el principal objetivo del Proyecto del Tren Maya se enfoca en el desarrollo económico de los estados involucrados en el itinerario de este medio de transporte, suponiendo que hay una deuda histórica con respecto a la falta de impulsos económicos en esta región, en comparación con otras zonas geográficas del país. Se trata de combatir las desventajas políticas y sociales con el fin de obtener mayor bienestar para sus habitantes”.
Sin embargo, este proyecto ha sido el blanco de campañas de colectivos y el poder judical, como “Selvame del Tren”, impulsada por Gemma Santana, esposa del priísta Fernando Lerdo de Tejada quien trabajó para Enrique Peña Nieto. Este colectivo agrupó a artistas aprovechándose de la ignorancia del proyecto para llevar a cabo una campaña sucia señalando el “impacto de la obra en los ecosistemas del sureste de México”. Mediante una lluvia de amparos y campañas sucias, estos falsos ambientalistas buscan descarrilar el proyecto de la Cuarta Transformación, porque se representa a muchos intereses económicos que se verán afectados y no les interesa el Gran Acuífero Maya, los suelos kárticos, la flora y la fauna en el sureste de México, como lo señala el profesor Étienne von Bertrab, profesor de ecología política del University College London, en diversas entrevistas.
En definitiva, el Tren Maya representará el símbolo del gobierno de la Cuarta Transformación, del progreso económico, la integración territorial para los hombres y mujeres del México contemporáneo. Creará empleos, impulsara el desarrollo sostenible, protegerá el medio ambiente y se reafirmara la importancia del patrimonio cultural e histórico como elemento fundamental de identidad del pueblo de México, rompiendo con esa falsa idea mencionado por Xóchitl Gálvez, ganadora virtual del proceso del Frente Amplio por México, en el que “nadie va a ir a trabajar ocho horas seguidas en el sureste de México”.
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