El día de ayer, en la votación para la titularidad de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) el PAN volvió a mostrar su hipocresía. Ricardo Anaya, senador del PAN, pidió que se garantizara total secrecía en el proceso de elección ante los rumores de una posible intervención del coordinador de Morena en el Senado, Adán Augusto López, quien presuntamente habría preparado boletas marcadas para asegurar la reelección de Rosario Piedra Ibarra.
Anaya solicitó a Gerardo Fernández Noroña, presidente de la Mesa Directiva, que garantice una elección transparente e imparcial. Entre sus propuestas se encuentran cinco puntos clave: que las boletas no estén marcadas ni foleadas, que los senadores firmen cada boleta, que la votación se realice en mamparas, que las boletas se entreguen al ingresar y que los legisladores sean llamados uno por uno. “Lo que estamos pidiendo no es otra cosa más que garantías de que esta será una elección democrática y transparente”, enfatizó el senador panista.
En respuesta, Adán Augusto López exhibió a Anaya y el PAN desde su escaño, recordando que los panistas son los de los fraudes y llamando a Anaya “Calderoncito,” en alusión al expresidente Felipe Calderón, responsable de haber cometido fraude en la elección presidencial de 2006 contra Andrés Manuel López Obrador. “Piensa el león que todos somos de su condición”, comentó López, criticando la postura de Anaya y sugiriendo que el PAN tiene una “historia de fraudes.”
López también detalló que se estableció una urna transparente y que se contará con la presencia de secretarios de servicios parlamentarios y representantes de los diferentes partidos para vigilar el proceso. Además, recalcó que las boletas serán entregadas públicamente y mostradas en blanco antes de la votación, asegurando que no están pre-marcadas ni cruzadas. Con estas medidas, el Senado busca calmar las tensiones mientras se desarrolla una elección vigilada y accesible para todos los legisladores.
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