Cuando se pensaba que los panistas eran los más cercanos a la Casa Blanca y obedientes a sus designios, el PRI saca juventud de su pasado y recuerda aquellos días en los que sus presidentes, más o menos cuatro de ellos, fueron agentes de la CIA, al servicio incondicional del gobierno del vecino del norte.
Así, se demuestra algo muy lamentable para propios y extraños, que el PRI es Alito y Alito es el PRI, y este pintoresco personaje necesita tener allanado el camino hacia el asilo político en Estados Unidos.
Manuel Añorve, el líder priista en la Cámara Alta, explicó que su bancada no irá a la Comisión Plural que pretende dialogar con legisladores estadounidenses. Porque no hay agenda clara, no hay interlocutores definidos, no hay impacto real. Vamos, que ni vale la pena despeinarse.
El PRI empieza un proceso de automarginación de la política mexicana y en esta ocasión empieza por no asistir a la reunión entre legisladores de Estados Unidos.
Son momentos difíciles para el PRI, con un líder nacional deteriorado en la imagen y la conducta, con unas elecciones que lo dejan prácticamente sin registro en Veracruz y un repudio de la población sin precedente; necesita armonizar con el vecino, con quien no debe tener ni el más pequeño roce para que lo acepten, desde luego, junto con sus millones de dólares que se robó.
Alito está con un pie en la cárcel, y seguramente ya tiene el boleto de avión, sólo falta la fecha, aunque puede utilizar una aeronave propia para una urgencia, que debe estar con el motor encendido. Puede darse el lujo de tener ambas opciones listas, lo importante es no dejar en fuero en la cerca fronteriza.
Un día después de que el PRI se bajó de la Comisión Plural del Senado que viajó a Estados Unidos para negociar con senadores de Estados Unidos para que no se imponga un impuesto a las remesas, la bancada de Movimiento Ciudadano anunció que tampoco estará en esa comitiva. Lo suyo es el abstencionismo.
El coordinador de la fracción parlamentaria de MC, Clemente Castañeda, señaló que hace falta mucha más seriedad, mucha más consistencia, mucho más diálogo interno a la construcción de una agenda interparlamentaria, de diplomacia parlamentaria para tener un objetivo y para poder alcanzarlo.
Es decir, ellos también saben cómo hacerlo, cuando nunca han demostrado más que afiliar adictos y encaminarse ala derecha a gran velocidad. Sin brújula ideológica y un oportunismo inédito en la historia de México, con esta decisión MC adelanta que se unirá al PRIAN en el 2027, porque sabe que el aparente triunfo en Veracruz se debió más al voto de castigo que a las simpatías de sus candidatos.
Las señales que da MC muestran que carecen de objetivos trazados con seriedad y de estrategia electoral. Saben que deben conservar el registro porque en 2027, los volverán a dejar en el tercer lugar de las preferencias electorales.
El PRI, por su parte, pasa de la decadencia a la agonía. Da lástima que personajes que en algún momento mostraron su soberbia ahora sólo se expongan en los medios utilizando el membrete de su partido como si se tratara de una bancada hecha y derecha.
El clásico ejemplo sucede en Veracruz, donde ni siquiera puede llamársele bancada a dos diputados locales del PRI, pero “el líder de la bancada” Héctor Yunes Landa, habla en nombre de su partido, el cual ha cerrado varias oficinas en el estado, porque ya no se paraban ni las moscas, para decir qué debe hacer el gobierno actual, tanto estatal como nacional, como si ellos hubieran ejercido una gestión ejemplar en medio del marasmo de corrupción en el que están hundidos todavía y desde el primer día que ejercieron el poder.

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