A UN AÑO DE GOBIERNO

En contraste con lo que sucede en el gobierno federal, en varios lugares gobernados por Morena y sus aliados, la aceptación de sus gobernantes se encuentra en un porcentaje muy por debajo en comparación con el magnífico reconocimiento que tiene la presidenta Claudia Sheinbaum, así también como de la mayoría en su gabinete.

Ha sido evidente que con el triunfo de la Doctora Sheinbaum hace un año, se repitió el mismo fenómeno que se dio con la victoria apabullante de Andrés Manuel López Obrador, cuando con arreglos mediante negociaciones, se asignaron muchas de las candidaturas en los distintos espacios a partir de compromisos y cuotas, sin tomar en cuenta un proyecto afín a los principios básicos del movimiento, logrando resultados en su favor aprovechando la elección presidencial.

Es así como llegaron muchos personajes de dudosa honestidad con el argumento de unidad y fortalecimiento para el propio “proyecto de transformación”. Está de más comentar como muchos luchadores sociales que por décadas aportamos a la lucha dentro de la izquierda para alcanzar el objetivo del cambio verdadero, terminamos decepcionad@s por los resultados de algunos malos elementos quienes lograron llegar al poder como representantes populares en el congreso, municipios, gobiernos estatales, secretarias de estado…

La lucha dentro del movimiento se está tornando intestina ya que por un lado se justifican los malos resultados, con promociones personales como si los programas sociales a nivel federal se dieran de manera local. En contraste con la crítica sobre todo dentro de las bases del partido en el poder, en torno a la decisiones tomadas por algunos malos gobernantes con la clara intención de defender sus intereses propios o de su grupo, sin importantes que esto debilite al movimiento.

La esperanza de lograr una justicia verdadera debe hacer eco en la renovada Suprema Corte de Justicia que nos brindara nuevas oportunidades para realizar sin temor las denuncias correspondientes aún dentro del propio movimiento que durante mucho tiempo se limito solo a denunciar a través de los medios de comunicación.

El ejemplo que nos ha brindado una institución tan reconocida como es el caso de la Marina, debe ser un modelo a seguir en todos los niveles dentro de las instituciones para limpiar de una vez por todas el verdadero cáncer y objetivo del presidente Obrador de terminar con la corrupción enquistada es los gobiernos.

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