El 14 de octubre se cumplió el segundo aniversario luctuoso de uno de los grandes elementos del Movimiento de Regeneración Nacional, el Ing. Juan Enrique Flores Rojas quien fue miembro de nuestro Comité Círculo de Estudios Morena Iztapalapa desde el momento fundacional del partido y mucho antes, en las grandes movilizaciones sociales, constituyó junto con muchos compañeros más el CEMI, comité en el que participan mujeres y hombres libres, críticos de las prácticas antidemocráticas, entusiastas promotores de la 4ta transformación y firmemente comprometidos con los ideales y principios de nuestro partido morena.
El Ing. Juan Enrique Flores, nació un 17 de septiembre de 1961 fue Ingeniero petrolero de PEMEX, egresado de la UAM Iztapalapa en Energía. Trabajo en la refinería de Salina Cruz en el área de producción, después se trasladó a la refinería de Azcapotzalco y luego a la torre de Pemex, al final trabajó en el corporativo, también fue miembro integrante del Centro de Estudios Estratégicos Nacional, A.C.
En mi caso, conocí a Juan Enrique en el año 2012 cuando por azares del destino llegué a las oficinas del movimiento ubicadas en la calle de Mendizábal, muy cerquita del centro de Iztapalapa, dio la casualidad que por la ventana del microbús, me percaté de una reunión que se desarrollaba en un local que tenía pintadas las siglas de Morena, ahí fue donde tuve mi primer contacto con los compañeros del Comité con quienes desde entonces formo parte.
Ese día, llegue con la espada desenvainada en el mes de mayo con el correr de la campaña presidencial del 2012, estaba yo muy molesto porque no había visto las brigadas de la coalición de aquel entonces ni de Morena como movimiento social. Ahí en aquella reunión la mesa la precedía en ese entonces el camarada Valdemar, cuando llegue a la entrada del localito de nomás de 3×3 metros cuadrados donde estaban reunidos los compañeros alrededor de un tablón y rodeados por periódicos del Regeneración y carteles de AMLO 2012, ante el silenció que se presentó dije:
-Yo no se que hacen ustedes aquí sentados ni de que están discutiendo, pero a mí me parece que mientras ustedes están aquí, ese periódico debería estar en las calles para ser entregado casa por casa, porque sinceramente a nadie he visto haciendo la labor de difusión.
A lo que me respondió el compañero Valdemar. -Ese punto ya lo discutimos en la reunión compañero.
-Yo solo vengo por ese material compañero porque yo sí ando en territorio haciendo difusión. Entonces ante lo álgido que se ponía el momento, me invitó Grecia a pasar y sentarme para integrarme a la reunión, y al final de la misma recoger todo el material que necesitara. El lugar que estaba libre fue junto a Juan Enrique, y ahí comenzó la aventura y la enorme amistad.
La primera vez que escuché a Juan Enrique hablar de los temas de la política actual, me percaté que era una persona muy inteligente y que dominaba muchísimos temas sociales y políticos, un maestro en el área energética. Con los compañeros del comité iniciamos las jornadas creativas y recreativas de nuestros distritos en Iztapalapa, donde hablábamos de diferentes temas en las explanadas públicas.
Con el Ing. Juan Enrique Flores iniciamos el camino de la construcción de los círculos de estudio, donde Juan logró juntar las propuestas de muchísimos compañeros para conformar un programa de formación política, incluso previo la creación del Instituto de Formación Política; dentro de las actividades territoriales no hubo un solo día que no quisiera estar o acudir al casa por casa, la desidia no era algo que lo empujara a dejar de hacer.
Bien recuerdo que a las 6 am más o menos llegaba el primer mensaje de WhatsApp al grupo del comité, era Juan Enrique, desde muy temprano realizaba una síntesis informativa para los miembros del comité, y más tardecito, como a las 9 am preguntaba qué habíamos leído, siempre preocupado por la información y la formación de todos los compañeros.
En algunas ocasiones cuando veíamos que bajaba el ánimo y la moral del equipo para salir a realizar actividades territoriales como las visitas domiciliarias o los mensajes en la explanada pública, subíamos Juan Enrique y yo a la camioneta y pasábamos a casa de cada uno de los compañeros para que no dejarán de asistir a realizar las actividades programadas.
Con Juan Enrique se aprendió muchísimo, poco a poco lo fuimos conociendo como el estratega del equipo y quien estaba convencido de la labor que realizamos día con día, un compañero con el compromiso al 100 por ciento.
Pudiera escribir tantas cosas más aunque me llevaría muchísimas páginas, lo que hoy quiero dejar aquí plasmado es que dentro de lo admirable que es nuestro presidente, en la base tenemos compañeros admirables y aguerridos, compañeros que a lo largo de los años de compartir la lucha se han vuelto amigos y hermanos de lucha, a veces las diferencias ideológicas y políticas separan los caminos, pero quienes hemos luchado tantos años juntos, sabemos el valor de la amistad y el reconocimiento mutuo.
A mi amigo Juan Enrique lo traté casi 8 años y aunque en ocasiones no coincidíamos o discutíamos fuerte las acciones del comité y nuestras tareas y avances en lo apasionante que es la política para quienes la ejercemos con gusto, aprendimos a querernos como familia, para mí, mi maestro más grande siempre ha sido Juan Enrique, a veces cuando teníamos que deliberar algunos temas y llegar a acuerdos para platicar con el comité sabíamos que posteriormente a la discusión se venía un silencio largo, largo. Para muchos muy incómodo para nosotros era el mensaje más claro de que teníamos un acuerdo.
Su agudo pensamiento, su espíritu crítico y propositivo seguirán motivándonos en cada momento, su entusiasmo y sus enseñanzas guían nuestras acciones y en nuestro corazón siempre está presente.
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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