El pasado 13 de julio, el Sindicato de Actores de Cine-Federación Estadounidense de Artistas de Radio y Televisión (SAG-AFTRA, por sus siglas en inglés) anuncio que más de 150.000 actores de cine y televisión se irían a huelga a la medianoche, en solidaridad con los guionistas que suspendieron sus actividades desde mayo. De modo que las filmaciones de futuros películas y las nuevas temporadas de varias series populares se podrían postergar para los próximos años. Varios artistas se unieron a la huelga en solidaridad con sus compañeros, los actores Mark Ruffalo, Olivia Wilde, Susan Sarandon, Sean Astin y Jason Sudekis se unieron a las manifestaciones llevadas a cabo en Nueva York y Los Ángeles. Así mismo, los actores Cillian Murphy y Emily Blunt que abandonaron la presentación en Londres de la película Oppenheimer de Christopher Nolan.
Todavía cabe señalar la destacada participación de Fran Drescher, actriz conocida por su papel en la serie televisiva La Niñera, quien es la actual presidenta del Sindicato de Actores de la Pantalla-Federación Estadounidense de Artistas de Televisión y Radio (SAG-AFTRA por sus siglas en inglés). En un discurso que se hizo viral en redes sociales Drescher señalo “Es un momento histórico, el momento de la verdad”. “No, no vamos a aguantar más esto”. “Si no nos mantenemos firmes en este momento, todos vamos a estar en problemas. Todos vamos a estar en peligro de ser reemplazados por máquinas y grandes empresas”. Al igual que los guionistas, los actores exigen un aumento de salario, nuevas protecciones en un entorno laboral, recibir un porcentaje por cada retransmisión en los servicios de streaming y sobre el uso de las inteligencias artificiales en la que los estudios quieren obtener derechos para escanear y usar la imagen de cualquier actor para la eternidad.
En cambio, Bob Iger, CEO de Disney, declaro para Vanity en torno a las demandas de la huelga: “Entiendo el deseo de cualquier organización laboral de trabajar en nombre de sus miembros para obtener la mayor compensación y ser compensados de forma justa en función del valor que aportan. Como industria, hemos conseguido negociar un acuerdo muy bueno con el gremio de directores que refleja el valor que los directores aportan a este gran negocio. Queríamos hacer lo mismo con los guionistas y nos gustaría hacer lo mismo con los actores”. “Deben ser realistas sobre el entorno empresarial y lo que este negocio puede ofrecer”.
¿No es ser realista exigir un mejoramiento en los derechos laborales? ¿Es la primera vez que Hollywood se ve afectado por una huelga?
No es la primera vez que Hollywood enfrenta una paralización de sus producciones. El 7 de marzo de 1960 Ronald Reagan, actor y entonces presidente del sindicato actoral, enfrentó a las productoras Paramount, Disney, 20th Century Fox, Universal y Warner Bros, organizando a los actores para abandonar sus respectivos trabajos y detener la producción en todos los grandes estudios. Los progresos de la electrónica en la segunda mitad del siglo XX produjeron y seguirán produciendo, una profunda reestructuración de las industrias de la imagen y del mercado audiovisual. Los actores y actrices de cine se sintieron privados de una significativa fuente de ingresos, en tanto se trasmitía una película por televisión. Después de cinco semanas de negociación, se llegó a un acuerdo en el que las productoras pagarían 2.25 millones de dólares, contribución que el sindicato usaría como capital inicial para un nuevo plan de seguro de salud sindical y un plan de jubilaciones.
De acuerdo con un documento titulado Donde el trabajo duro no da resultado, publicado por la ONG Oxfam América, Estados Unidos ocupa el puesto 36 en políticas salariales, 38 en protección de los trabajadores y el 32 en derechos de sindicalización. Más aún, la nación económicamente avanzada niega a su fuerza laboral el derecho fundamental de licencia remunerada, debido a una serie de decisiones políticas que alimentan la “desigualdad extrema”. Y con un salario mínimo federal, que no ha aumentado en 14 años, y además solo cubre el 29% del salario promedio nacional, frente a países como Bélgica, donde cubre el 75%.
Esto es realista, el sindicato actoral estadounidense vuelve a organizarse para mejorar sus derechos laborales, no ser privados de una significativa fuente de ingresos como lo representan estas tecnologías que permitan la transmisión de archivos audiovisuales con conexión a Internet. Y lo más importante que personas como Bob Iger no contribuya a la desigualdad, porque los actores y guionistas son trabajan para mantener a sus familias y a la industria cinematográfica.
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