Se terminaron las incógnitas y hay respuestas claras de la gente. En el Estado de México, con todo y la descarada compra de votos y el intento fallido de violentar las elecciones, todo apunta con claridad a la victoria de MORENA y su candidata Delfina Gómez Álvarez, que con un conteo del 13% de las casillas ya presentaba más del 10% de diferencia y las encuestas de salida no bajaban de una diferencia del 15% en favor de la candidata de la 4t.
Hemos sido testigos de dos campañas diametralmente opuestas, una plagada de acarreos, enfrentamientos entre grupos de partidarios de la candidata Del Moral, una división muy profunda y violenta entre priístas y perredistas y mítines fríos y desangelados con muy pocos asistentes.
Es verdad, Alejandra del Moral solo podría llegar al gobierno del Estado de México con un monumental fraude electoral y haciendo que sus seguidores cometieran toda clase de delitos electorales, confiando en que su victoria los dejaría impunes.
La fuerza de los votos ha vencido, a pesar de que las estructuras del IEEM, del INE, del TEEM y el TEPJF están hechas para el dispendio y para inclinar las balanzas en favor de quienes representan los intereses de los dueños del dinero y sus socios criminales y corruptos. Ahora toca al propio Movimiento de Renovación Nacional mantener la movilización necesaria para defender cada voto, cada triunfo y obligar a que se persiga a cada delincuente electoral. Si esto último se hace con responsabilidad, va a faltar espacio en las cárceles.En Coahuila, los errores del Movimiento y la traición de Mejía Berdeja quien actuó como operador directo de Jiménez Salinas y la cerrazón de Guadiana, parecen dar un resultado favorable a los conservadores corruptos y tendrán una fuente de ingresos adicional para sus negocios y trapacerías en las minas, industrias y campos de Coahuila, así como campo fértil para las operaciones del crimen organizado.
Debe quedar un aprendizaje profundo a la dirección del Movimiento si se hace un análisis profundo y honesto. Si Mario Delgado se rehúsa a aceptar que la derrota en Coahuila es producto de haber escogido muy mal a los posibles candidatos y de no haber escuchado a las bases del Movimiento, que se negaban a seguir a personajes con pasado priísta o panista de muy cuestionable actuación, a comprender que un abstencionismo de 44.96% es muy alto y que es una falla de dirección no haber sido capaces de motivar a esos miles de ciudadanos a sufragar en su favor (o no, pero a votar); repito, si no acepta los errores de Coahuila, se corre el peligro de que ocurra una debacle similar en 2024, especialmente en la consecución de la mayoría calificada en el H. Congreso de la Unión y eso podría retrotraer todo lo logrado hasta el final del sexenio del inicio de la Cuarta Transformación.
La lección de Coahuila debe llamar a replantear todas las estrategias al interior del Movimiento y en especial las que se refieren a la selección de candidatos, lo que siempre deberá hacerse escuchando las voces de las bases militantes y de simpatizantes, porque lo que está en juego es un retroceso. Es necesario reafirmar la vocación democrática del Movimiento, es imprescindible que se trabaje de la mano con el Pueblo y para el Pueblo y asumir la elección de Coahuila como una lección y una advertencia.
La transformación que estamos viviendo necesita sumar a más mexicanos cuya conciencia haya despertado hacia una convicción profundamente democrática, honesta y comprometida con la lucha constante y que persevere hasta conseguir que cada persona en México viva con la dignidad, paz, cultura que representen una vida útil y feliz, ya no se puede continuar cooptando a quienes surgen de la neblina sucia y maloliente del pasado dizque revolucionario o del corrupto neoliberalismo, se precisa reconocer a los líderes que surgen de las comunidades y que no se siguen a si mismos, sino que se guían por la luz que proporcionan sus propias comunidades.
Ya no se puede aceptar que el poder quede en las mismas manos que ahora se visten de guinda y siguen teniendo un negro corazón y no aman al Pueblo. Que Delgado aprenda de la lección de Coahuila y no caiga en la autocomplacencia por el resultado del Estado de México, que sigue siendo inercia de lo que representa Andrés Manuel.
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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