Están por concretarse las elecciones en el Estado de México y las preferencias del voto se encuentran decantadas, con una rotunda mayoría, a favor de MORENA, que busca, de las manos de la maestra Delfina Gómez, quitarle el poder al PRI, donde nunca ha dejado de gobernar.
El estado mexiquense, que ha sido cuna de ese partido, también le ha dado al país algunos de los peores y más corruptos dirigentes políticos en la historia de la nación.
Con esto dicho, el partido tricolor perderá, además, al estado que recibe la mayor cantidad de presupuesto de la federación. Una joya, pues, para quien gobierne. Mientras tanto, en Coahuila, la situación política parece más inclinada hacia el PRI, su candidato Manolo Jiménez, parece contar, al menos en las encuestas, con el beneplácito de los votantes de esa entidad. No obstante el candidato de MORENA, el exsenador Armando Guadiana, sumó a sus filas en los últimos días, los apoyos del Partido Verde y del Partido del Trabajo, de quienes sus candidatos negaron declinar en favor del partido guinda. Hasta ahora el PRI, otrora partido poderoso en todo el país hace apenas una década, ya no le quedarán más bastiones para gobernar, que los estados de Coahuila y Durango y con ello, perderán gran parte de su fuente de ingresos.
Sexenio tras sexenio, fue notorio el dispendio que se hacía de los recursos públicos, que terminaban en las candidaturas tricolores, pero también en la dirigencia nacional de ese partido como lo han demostrado a lo largo de su mandato, los audios que ha hecho públicos la gobernadora de Campeche, Layda Sansores, en los que se escucha con claridad al presidente nacional del PRI, hacer pactos y negocios al margen de la ley, en la que se han visto involucrados gobernadores, empresarios y hasta el mismo ex consejero presidente del INE, quien después saldría a decir, para calmar las aguas, que se reúne con los dirigentes de todos los partidos.
¿Acaso dichos actores políticos piensan que a estas alturas, con tanto acceso a la información, engañan a los votantes? Porque al final del día se trata de eso, de convencer a la mayor cantidad posible de gente con credencial de elector, que la propuesta de gobierno que planean ejecutar es la mejor, que durante su mandato se combatirán las prácticas de corrupción e impunidad que les han aquejado, que se luchara contra las bandas delictivas y se procurara tener más y mejor seguridad, que los diversos sectores generadores de empleo serán cobijados y habrá más plazas laborales, que la educación dejará de ser moneda de cambio a ojos de empresarios, que el transporte público y las calles dejarán de estar en el abandono.
Lo cierto es que, si se cumplen los vaticinios que dictan que habrá gobernadora de un partido distinto al PRI en el Estado de México, los ciudadanos de los estados de Coahuila y Durango podrían pagar las consecuencias, pues el presupuesto público tal vez no se emplee a lo que fue destinado.Usted, ¿qué opina?
- Twitter: @Pablo_Ocampo
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