Una y otra vez hemos manifestado en este espacio que la desesperación del bloque opositor tiene tantas motivaciones cómo rostros, la principal motivación es que ni por donde se asome una posibilidad de triunfo en las elecciones futuras, salvo Coahuila, entidad que podrá mantener bajo su control el priísmo, ya sea ganando o perdiendo la elección, pues por más que el morenismo lo quiera negar, Guadiana es una pésima apuesta.
Con todo y eso, lo cierto es que la recta final del gobierno de López Obrador atravesará por un proceso de definiciones y traiciones que están ligadas a la sucesión y que van a tambalear las estructuras internas de MORENA, situación que irá dejando muchos lastimados del proceso, aunque tratándose de militantes poco importa para los jefes tribales.
Al fin y al cabo, los “operadores” siempre terminan acomodándose donde sea y como sea por aquello de las cuotas. Pero bueno, al menos en la visión reduccionista de muchos no está en riesgo la elección o el triunfo, aunque visto desde otro ángulo, lo que si está en riesgo es el proyecto.
Estando así las cosas y con la guerrita de declaraciones que se traen algunos aspirantes, ha llegado la hora de establecer un pacto de unidad entre Claudia, Marcelo y Adán Augusto, en el que impere la sensatez y se logre trazar una ruta que obligue moralmente a todos a comportarse de manera digna y sobre todo a legitimar el proceso de selección interna en aras de dar continuidad a un proyecto que costó décadas construir.
Aquí el morenismo se enfrenta a un gran problema: ¿Cómo legitimar el proceso y el resultado cuando los agravios van en aumento? Puede verse complicado y realmente lo es, quizá más de lo que se puede imaginar cualquiera, sin embargo, parece ser que entre los candidatos puede imponerse una figura que genere los equilibrios necesarios para no rebasar la prudencia que este proceso requiere.
En ese contexto adquiere un papel más protagónico Adán Augusto López, incluso por encima de Sheinbaum y Ebrard, dado que su crecimiento constante en las mediciones deja en claro que reúne los elementos necesarios para alzarse con el triunfo, aunado a que comienza a sumar adeptos de otros sectores que se sienten lastimados o ignorados de 5 años para acá.
Ese papel va a ser determinante para el futuro de MORENA, tal ha sido el crecimiento del tabasqueño que, de resultar ganador, contaría con la legitimidad suficiente de la militancia y con la evidente aprobación de López Obrador. Incluso, de no ser el elegido en la encuesta, terminaría siendo el elemento clave para legitimar el triunfo de cualquiera de los contendientes. Algunos colectivos sostenemos que Adán Augusto es la mejor opción dentro del morenismo para suceder a AMLO, basados en diferentes consideraciones como las siguientes: No es rehén de grupos cupulares, no se somete a intereses de la vieja práctica política y sobre todo, ampliaría la política pública que ha resultado favorable para sectores como el campesino.
Falta poco para el momento decisivo y pronto sabremos el destino de los contendientes, pero así faltara un solo día, el llamado urgente a la sensatez y la exigencia de rectitud la mantendremos presente. Ojalá todos estén a la altura de lo que demanda una inmensa mayoría pero ya se verá.
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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