Tres partidos políticos con registro nacional y todas sus prerrogativas (PRI, PAN, PRD); la mayoría de los dueños de los medios convencionales de televisión, prensa y radio; la burocracia dorada del INE, la UNAM, el poder judicial, y otros “órganos autónomos”; los aparatos administrativos y corporativos de gobiernos estatales y municipales todavía gobernados por el PRI, PAN y PRD; las plumas pagadas del viejo régimen; los intelectuales orgánicos; los expresidentes panistas instalados en el cinismo; los ex candidatos presidenciales del “Pacto por México”; las organizaciones fachada de Claudio X González; los artistas de pago por evento que ahora son ecologistas; todos ellos apenas y lograron llenar el Zócalo unos cuantos minutos, a lo más media hora, para gritar a los cuatro vientos y sin escrúpulos un monólogo irreductible: ¡No al fin de los privilegios de unos cuantos!
Todo el andamiaje del antiguo régimen se volcó durante meses (desde noviembre de 2022) a preparar la movilización derechista al Zócalo, que fue anunciada en su ruta y pormenores por los voceros oficiales de las elites del pasado -desde noticiarios triple A en radio y TV y ríos de tinta en páginas de periódicos-; sin embargo, entre todos los poderosos promotores del desdichado convite no lograron juntar siquiera unas 100 mil personas, que, entre acarreados, ingenuos, tontos útiles, personas rebosantes de racismo, elitismo y clasismo, aspiracionistas, trapecistas políticos, los infaltables traidores y algunos personajes de buena fe, significan la edificación engañosa de esa torre de babel que hoy compone el bloque golpista y reaccionario en su capítulo mexicano, y donde las máscaras ideológicas han cedido el lugar al más primitivo desplante contestatario, donde la agenda se reduce a decir que no a todo lo que venga de la Andrés Manuel López Obrador, apostando a que le vaya mal a México para que esto suponga que los mafiosos se rediman de la corrupción que los distingue desde la médula.
Hoy los que acusan de “dictadura” pudieron llegar al mismo Zócalo que fue negado para el cierre de campaña de AMLO en 2018, como sin duda corresponde al pleno ejercicio de la libre expresión y manifestación, derecho que hoy brilla por su respeto irrestricto en el marco de la 4aT, y que esas voces hipócritas no denunciaron cuando se le negó a la oposición en aquel año electoral. Los que traicionaron las expectativas de cambio en el año 2000, los que operaron los fraudes electorales de 2006 y 2012, hoy se pintan de rosa como si la palidez del tono les diluyera la larga cola que se cargan.
Cuando el odio es dirigente del contingente se muestran escenas como las de iracundos panistas desmontando una enorme lona con el logotipo blanquiazul y la efigie de Genaro García Luna en la plaza mayor, la cual se apresuraron a hacer trizas llevándose entre las patas la marca de su propio partido, como queriendo enterrar su reciente y nefasto ayer, del que hoy quieren desentenderse disfrazados de demócratas.
Cuando la falacia es la guía de la acción política ahí están las escenas de los marchantes queriendo borrar y despegar los carteles que activistas de otras posiciones políticas colocaron en puestos de periódico del primer cuadro denunciando el reciente veredicto contra Genaro García Luna por parte de una corte de EU -cuyo jurado por unanimidad lo ha encontrado culpable de criminal y narcotraficante-. Que lindos son esos demócratas que con una mano dicen defender las libertades y con la otra quieren callar las voces que les incomodan.
Sin tibiezas ni medias tintas denunciemos la tramposa narrativa que quieren inaugurar los conservadores, los orígenes del dinero y las facciones que sostuvieron este mitin rosa gris, y los personajes camaleónicos de siempre que apuestan erráticamente a nuestra desmemoria.
Con humildad para el porvenir desde nuestra trinchera personal y colectiva despleguemos el balance y la autocrítica. En el caso de nuestro movimiento deben intensificarse las tareas de información, reflexión y concientización del proceso histórico fundacional del Estado Democrático de Bienestar y Derechos Sociales vigente que encabeza AMLO, así sea una sola persona de buena fe o cientos de ellas las que acudieron al llamado tramposo de mafiosos viejos lobos con piel de cordero del pasado domingo, de nuestra parte no debe escatimarse esfuerzo en llegar a todos los más posibles, pues nos asiste la razón, y con argumentos podemos abatir las taras y telarañas vertidas en coro por políticos rancios, y medios de comunicación cooptados por intereses de grupos de poder.
Desde 1988 el movimiento democrático y los movimientos sociales emergentes del pueblo organizado durante los años del viraje neoliberal llenamos el Zócalo unas 100 veces, y seguramente nos estamos quedando muy cortos en la cifra, en gestas de dignidad y civismo ante aparatos de autoritarismo y represión, movilizaciones, marchas y mítines que eran comúnmente censuradas por los medios que hoy se promocionan como adalides de la democracia; cuando las movilizaciones eran cualitativa y cuantitativamente verdaderas irrupciones ciudadanas, autónomas de poderes fácticos e independientes de elites económicas, como no lo fue la marcha del domingo 26.
Pero nadie se llame a engaño, la reacción sigue al pie de la letra las recetas del golpe blando, van a calentar la calle con mentiras y más mentiras, haciendo de la infodemia su baluarte, por ello el reto de que cada militante de la 4aT sea un medio de comunicación alternativo es una tarea que exige verdadero patriotismo. Ellos tienen los medios, nosotros nuestra convicción para ir casa por casa, nuestro empeño y nuestro sudor.
El montaje de llenar el Zócalo con mentiras y acarreados tiene la intención de desacreditar hacia el exterior del país el camino de la transformación, por eso la urgencia y sincronía de llegar, tomarse la foto e irse; cuando los convocantes de la marcha de la ignominia tengan que discutir y enarbolar un proyecto de nación, acordar un programa y definir una dirección veremos que quizá el pragmatismo vulgar no alcance a sellar la desesperación de quienes durante años se llamaron diferentes entre ellos, y hoy sólo se exhiben.
Finalmente si el verdadero interés de los marchantes rosados fuera hacer valer la voz del pueblo sobre la Reforma Electoral u otros temas, podrían echar mano del instrumento de la consulta constitucional, juntando las firmas y solicitando la aplicación del instrumento para preguntar al pueblo su opinión. Pero, ese no es el caso, solo tratan de descarrilar la 4aT, además, sorpresa en las propias encuestas del INE un 75% apoya la reforma electoral, no sólo en su plan B sino en su presentación inicial más integral y radical.
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
Comentarios