Siempre conmemorar una vez más el golpe de Estado sucedido el 11 de septiembre de 1973 en Chile me genera mucha tristeza e impotencia, aunque también emociones de valentía y amor al pueblo expresadas en el último discurso del presidente Salvador Allende antes de perder la vida. Hoy, con el revés de la izquierda ocurrido hace unos días en ese país se hace necesario escribir el presente texto hablando de dos sucesos distantes en casi medio siglo, pero pertenecientes del mismo proceso histórico.
Levántate
Y mírate las manos, para crecer estréchala a tu hermano…decía el gran cantautor popular chileno Víctor Jara en aquellos años donde justamente el pueblo chileno en 1970 en una gran alianza de las izquierdas de ese país se lograba el triunfo histórico por la vía electoral llevando al gran Salvador Allende como presidente de esa nación sudamericana.
Fueron tres años de gobierno donde se consiguieron avances importantes en política pública para beneficio de las mayorías chilenas, de su clase obrera y campesina. Sin embargo, también fue una época de conflictos cada vez más ríspidos con la derecha nacional e internacional que buscó desestabilizar y boicotear todo lo que emprendiera el gobierno de la Unidad Popular.
Fue así que en contubernio con la Agencia Central de Inteligencia del gobierno de los Estados Unidos (CIA por sus siglas en inglés) y los poderes económicos dominantes, los militares al mando del nefasto Augusto Pinochet dieron un golpe de Estado ese 11 de septiembre de 1973 e instauraron el neoliberalismo y una dictadura que cobró miles de muertos y desaparecidos.
Hoy es el día que puede ser mañana
Juntos iremos unidos en la sangre…y así pasaron casi dos décadas para que se quitará al dictador pero no se terminó con la dictadura de facto ni con el modelo económico, solo se permitió que existieran elecciones “libres” pero el privilegio ni el poder de la oligarquía fue tocado. Tan es así que la constitución pinochetista continuó por mucho tiempo (hoy sigue vigente).
Recibimos el nuevo siglo con un Chile en efervescencia por los movimientos sociales, principalmente del pueblo Mapuche y sobre todo de estudiantes que pusieron en jaque al modelo económico neoliberal y demostraron su rotundo fracaso como proyecto político de bienestar social hacia las mayorías.
Con varios altibajos fue hasta hace unos pocos años que volvió el Chile rebelde de magnitudes importantes donde lograron hacer temblar al presidente Piñera y rechazaron mediante un plebiscito la constitución pinochetista. Además producto de estos movimientos sociales es que llegó a la presidencia el joven político de izquierda Gabriel Boric.
Se han intentado muchas reformas importantes ya en este gobierno de izquierda, la más importante fue que se llevó a cabo un proceso constituyente para redactar una nueva constitución, la cual aún con el boicot de la derecha se pudo concretar. Podríamos estar hablando de una de las constituciones más progresistas de América Latina.
No obstante, el pasado domingo mediante un voto obligatorio el pueblo chileno voto en su gran mayoría en contra de la nueva constitución, por lo cual se deberá llevar a cabo otro proceso constituyente para crear una distinta. La derecha y los poderes económicos hicieron de las suyas y se recuperaron, aprovecharon los errores del gobierno de Boric y el costo que se tiene cuando ya es gobierno y no se pueden solucionar las cosas al instante.
Canción que ha sido valiente siempre será canción nueva
Cabe señalar que hemos usado partes de canciones del gran Víctor Jara porque él representa todo el proceso de lucha del pueblo chileno en la búsqueda de su libertad plena. Sabemos que sus composiciones tienen voz de profeta y que a pesar de la reciente derrota, la izquierda organizada de Chile se va a recuperar y aprenderá de sus caídas para levantarse y tomar lo que por derecho le pertenece, recuerden que la canción que ha sido valiente, siempre será canción nueva.
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