Hay momentos donde lo único que uno puede hacer es sembrar cizaña. Los conservadores lo saben perfectamente y dominan el complicado arte de sembrar cizaña para cosechar intrigas y salir beneficiados de ello. El secreto: afirmar sin argumentar o presentar prueba alguna, arrojarse a los brazos de la sobreinterpretación y sacar conclusiones que no son soportadas por las premisas que las anteceden.
Fantasear con universos paralelos, posibles realidades distópicas, conspiraciones que amenazan la existencia misma de la existencia, da igual: el cielo es el límite y mientras mayor sea la intriga, mejor será el resultado. De ahí que sea necesario recurrir a tanta especulación y a tanto especulador. Si algo aprendió el pensamiento conservador del capitalismo financiero (o ¿habrá sido al revés?) es justamente eso: el enorme valor de cambio que tiene algo una vez que atraviesa los oscuros pantanos del rumor.
La muestra más clara que tenemos de la importancia de ejercer la cizaña sin tregua ni cansancio la aporta el reciente estudio que Eloy Caloca y Martín Zumaya de Tlatelolco Lab hicieron sobre #Narcopresidente, #Morenanarcopartido y tendencias asociadas a ello en redes sociales. Un impresionante esfuerzo donde se articuló la inagotable labor de bots y el trabajo sin igual ―para construir un futuro democrático donde la democracia no afecte los intereses de los interesados en minar la democracia― de célebres artífices de la intriga y la afirmación sin fundamento como: Héctor de Mauleón, Eduardo Ruiz Healy, Ricardo Alemán, Carlos Salazar, Federico Reyes Heroles, Fernando García Ramírez, Carlos Loret de Mola, Francisco Labastida, Rubén Aguilar, Marco Rubio, Lilly Téllez, Jesús Ortega y Porfirio Muñoz Ledo, quienes se prestaron (o estaban urgidos en participar) para condenar al gobierno de la CuatroTe y a Andrés Manuel de tener vínculos con el narcotráfico sin aportar una sola prueba, sin alejarse de aquello que alguien escuchó que otra persona le decía a alguien más. El primo de un amigo como estrategia política.
En este mismo sentido, el de no aportar pruebas ni una argumentación lógica que permita pasar de A a B claramente, Anabel Hernández afirmó que “existe la sospecha de que el narcotráfico ha penetrado y operado en el movimiento que encabeza Andrés Manuel López Obrador”, y cuando se le pregunta por las pruebas que sustentan esa sospecha (la de la relación del gobierno con el narco), Anabel responde que ahí está la foto de AMLO saludando a la mamá de el Chapo. ¿Hace falta más? ¿En verdad alguien necesita otra cosa que no sea la foto del presidente saludando a la madre de un narcotraficante? ¿Acaso no es eso evidencia irrefutable del nivel de colusión que existe entre gobierno y narcotráfico? Lo que sorprende es que el saludo de López Obrador a la madre del Chapo no desencadenara una guerra entre cárteles para que salude a los familiares de todos los demás lideres de las distintas agrupaciones criminales. No hay peor ciego que el que no quiere ver, un saludo es un saludo y si alguien saluda a la mamá de otra persona es porque se tiene un acuerdo entre ambas partes. Demostrar ese acuerdo es completamente innecesario, es más, resulta intrascendente ¿Para qué? Si una mentira se convierte en verdad cuando se le repite una y otra vez, y si el objetivo no es otro que manipular la percepción de los inversionistas, perdón, del electorado. El arte está en afirmar que “existe la sospecha” y dejar que el oyente se quede con la idea de que esa sospecha es un hecho consumado.
Sin perder la línea, Beatriz Pagés y Javier Lozano en Atypical Te Ve de Carlos Alazraki ―¿hace falta aclarar que todos ellos han trabajado arduamente por limpiar este país de corrupción, malos manejos, mejorar la calidad de vida de los mexicanos y una larga fila de etcéteras?― afirman que aviones venezolanos cargados de venezolanos están llegando a al AIFA y entrando a México sin pasar migración. Para sorpresa de nadie, no dicen más. Se limitan a señalar un escándalo del que no sólo no aportan elemento alguno, sino que permiten que la imaginación de su audiencia dé rienda suelta y proyecte lo que quiera proyectar. ¿Para qué vienen los hipotéticos venezolanos que llegan en hipotéticos aviones de Venezuela? Javier Lozano incluso plantea la posibilidad de que esos venezolanos imaginarios (porque no se da una sola prueba de su existencia) tengan problemas en Estados Unidos ―es decir: sujetos ficticios con el potencial de ficticiamente causar disturbios ficticios del otro lado de nuestra frontera norte― y esos problemas imaginarios se traduzcan en un reclamo imaginario del gobierno de EE.UU al gobierno mexicano. Habitar las fantasías del reparto de Atypical Te Ve debe ser agotador.
Para terminar con la importancia de saber usar la cizaña cuando no se tiene estrategia de política, un par de ejemplos más. El flamante junior Enrique de la Madrid ―el fosfo, fosfo cincuentón― afirmó que la refinería de Dos Bocas pudiera llegar a costar hasta 18 mil millones. Una vez más ¿quién necesita pruebas si se está afirmando que algo “pudiera” llegar a ser? La posibilidad es lo único que importa ¡Bienvenidos al reinado de la física cuántica y su mundo de posibilidades! Del mismo modo, Pablo Majluf aprovechó todos los medios que tiene a su servicio para despotricar en contra de los apagones que “son cada vez más frecuentes” y quejarse de que somos rehenes de Bartlett y que no hay mercado ni competencia. Estos berrinches cargados de cizaña han sido constantes desde que se discutió el tema de la reforma energética y a pesar de que no se aprobó, gracias a la interesada defensa que hicieron los opositores de los intereses de las transnacionales sobre la energía en México, parece que el sólo hecho de ponerla sobre la mesa afectó el desempeño de la CFE. De más está decir que esos apagones a los que Pablo y sus amigos se refieren y que han resultado tan terribles, no buscan ser explicados por nuestros comentócratas conservadores ni matizados a su justa duración ¿Para qué decir que se trató de un episodio de tres horas si podemos dejar en la mente del lector que fue algo que duró días?
Entrados en gastos; si hablamos de sobre interpretación y afirmar sin aportar prueba alguna, Fernando Belauzarán deja a todos muy por detrás cuando sostiene que Andrés Manuel es quien puso sobre la mesa del debate público la foto de su hijo para que se burlaran de él y sirviera como distractor de los problemas del país. Por supuesto, Belauzarán no presenta evidencia alguna de sus afirmaciones, simplemente da una maroma impresionante para sostener que de A sigue G, que si la oposición se ensaña con Jesús Ernesto es porque su papá filtró una foto para que la oposición se ensañe con Jesús Ernesto. ¿Quién necesita pruebas de esto? Nada como vivir en el terreno de la especulación y sacar frutos de ello.
- Carlos Bortoni es escritor. Su última novela es Dar las gracias no es suficiente.
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