Las elecciones en Japón han visto un repunte de la ultraderecha, liderada por el partido Sanseito. Este fenómeno se basa en la estrategia de un ‘outsider’ que aprovecha la crisis económica y el poder de las redes sociales.

Sanseito, bajo el liderazgo de Sohei Kamiya, ha ganado terreno al difundir teorías de conspiración y atacar la inmigración. En las recientes elecciones de la Cámara Alta, el partido logró 14 escaños, aumentando su representación en 12.
La coalición de centro-derecha, encabezada por el partido dominante PLD, perdió algunos escaños y su líder, el primer ministro Shigeru Ishiba, se enfrenta a un panorama complicado. Ishiba ya había perdido la mayoría en la Cámara Baja, lo que limita su capacidad para implementar políticas efectivas.
La crisis económica, exacerbada por los aranceles impuestos por el presidente estadounidense Donald Trump, ha sido un factor clave en la situación actual. Japón enfrenta un aumento de precios, especialmente en el arroz, un alimento básico. La escasez de este producto también ha generado inquietud entre la población.
Kamiya ha adoptado un enfoque de “Japón primero”, inspirado en la campaña de Trump. Esta retórica ha resonado en un país que experimenta un aumento en el número de residentes extranjeros, lo que Sanseito considera un problema. El partido propone limitar la inmigración y dificultar la naturalización.
Además, Sanseito busca reformar la constitución para eliminar algunas garantías de derechos humanos y rechazar el matrimonio igualitario. Kamiya se muestra dispuesto a colaborar con el gobierno siempre que las políticas estén alineadas con su agenda conservadora.
Mientras tanto, el Partido Democrático para el Pueblo ha cuadruplicado su representación en la Cámara Alta, pasando de cuatro a 17 escaños. Esto podría facilitar la formación de alianzas entre fuerzas conservadoras.
El ascenso de la ultraderecha en Japón plantea un escenario incierto para el futuro del país y su política. La combinación de descontento social y discursos populistas puede cambiar la dinámica política en Japón en los próximos años.
Fuentes: AP, EFE y medios locales.

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