Un reciente estudio revela que al menos 7 de cada 10 inmigrantes detenidos por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) no han cometido ningún delito. A pesar de la retórica del gobierno de Donald Trump, el aumento de detenciones se ha dado principalmente entre aquellos sin antecedentes penales.

Hasta el primero de junio, se registraron más de 51,302 personas detenidas en centros de ICE, la cifra más alta desde 2019. Desde el inicio del año, el número de detenciones ha crecido significativamente, lo que ha generado preocupación en la sociedad.
De acuerdo con datos del diario The Guardian, hasta el 15 de junio, el ICE tenía bajo custodia a 56,397 inmigrantes. Solo el 28.3% de ellos contaba con antecedentes penales, incluyendo delitos menores como infracciones de tráfico.
Esta información contradice las afirmaciones de Trump, quien ha sostenido que las autoridades están enfocadas en deportar a “criminales”. Según la Transactional Records Access Clearinghouse (TRAC) de la Universidad de Syracuse, el aumento en las detenciones se ha producido a pesar de la disminución de inmigrantes con historial criminal.
A la fecha, el 71.7% de los detenidos no tenía antecedentes penales. Esto significa que solo el 28.3% había sido condenado por algún delito, muchos de ellos por infracciones menores.
Los programas de Alternativas a la Detención (ATD) de ICE vigilan a 183,756 familias e individuos solteros. TRAC también actualizó su definición de antecedentes penales, excluyendo a los detenidos con cargos pendientes de esta categoría.
Esta situación plantea preguntas importantes sobre las políticas de detención y deportación, y su impacto en las comunidades.

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