Benedetti dijo bien y durante el inicio de la Cuarta Transformación, hubo memoria de que el sur y el sureste mexicanos también existen. La inversión prometía desarrollo y algo de eso si llegó para anidarse en buena parte de las tierras húmedas y tropicales de la llanura costera del sur del Golfo de México, en esta tierra-agua llamada Tabasco, con un pedacito de Campeche, otro de Chiapas, algo de Quintana Roo y el sur de Veracruz.
El suelo acá es poco permeable y por eso es fácil que haya más bosque, aunque los nutrientes del suelo fácilmente se terminen al convertir los humedales y las selvas en potreros o espacios urbanos tapizados de asfalto, concreto y callejones de terregal y lodazal, con pobreza, ignorancia y sufrimiento de propios y ajenos producido por patrones inclementes y autoridades indolentes.
Las presidencias municipales de toda la región con más agua de la República Mexicana, poco o nada se preocupan del bienestar y la voluntad de sus habitantes. Por lo general están más ocupadas en sus relaciones con los empresarios, locales o externos y por eso les importan más las obras de relumbrón que aquellas que en verdad beneficiarían directamente a cada porción del territorio del municipio que gobiernan. Casi siempre prefieren ocuparse de su propia carrera y olvidan por completo al Pueblo que los puso donde están.
Solo en el sexenio del Presidente Andrés Manuel López Obrador (ay de mí, cómo te extraño amigo), terminó el desempleo, se redujo la violencia y hubo crecimiento y bases para el desarrollo de la agroindustria y del campo en la región, pero parece que ahora ya no importa. No se ven inversiones nuevas, no hay creación de empleos con salarios justos, la educación volvió a ser tema olvidado, soslayado y se nota.
Sin embargo, donde el rezago es peor es en salud; sigue habiendo desabasto de medicamentos, no hay equipos para la atención de enfermos de cáncer o de enfermedades en las que los equipos de tratamiento y de diagnóstico son indispensables, la gente sigue esperando meses para ser enviados a otros estados en los que sí hay estos recursos, lo que los satura y por ende las esperas se hacen igualmente largas, con lo que los gastos y sufrimiento de las familias se hace interminable y en muchos casos, lleva a la muerte de los pacientes, que esperan y esperan por sus tratamientos sin tener ninguna otra alternativa.
La obligación del Estado Mexicano de garantizar la salud de la gente está impuesta desde el Artículo 4to de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, pero su cumplimiento sigue siendo letra muerta para el sur. En el norte estos servicios se modernizan constantemente y no se diga en la Ciudad de México, donde el IMSS, en el Centro Médico Nacional S XXI está por instalar equipos de última generación para la atención de enfermedades como el cáncer, utilizando tecnologías de desarrollo de células T que atacan directamente a las células malignas y pueden salvar muchas vidas. ¿Para quién estará disponible esa tecnología y cuándo? La mayoría de los enfermos tendrán que padecer la quimioterapia y la radioterapia porque el “relumbrón” es más importante que socializar en verdad la medicina.
Este es solo un ejemplo de todo lo que se frenó y no sigue avanzando en el sur. La investigación científica y la instalación de espacios de producción para eliminar al gusano barrenador del ganado deberían estar funcionando, pero no ocurre y en su lugar la avioneta que tendría que hacer esa labor, misteriosamente se cae, ¿Por qué tenía que ser una avioneta? ¿Por qué no era escoltada y apoyada por la Fuerza Aérea Mexicana, la Armada o la Guardia Nacional?
Tal vez no haya conciencia entre los altos mandos de este país. Es preciso que vean con claridad que la intención de desprestigiar al Gobierno Mexicano y a nuestra Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo y a cada acción suya tienen por objeto debilitar su imagen al interior del país e internacionalmente para justificar una invasión militar de los Estados Unidos de América pretendiendo terminar con el narcotráfico, pero buscando únicamente recuperar el control del Estado Mexicano que sus aliados del PRIAN perdieron por corruptos, apátridas y traidores.
Las opiniones y acciones que veremos de aquí a que se instaure el nuevo Poder Judicial, nos irán confirmando lo que afirmo arriba. Sin embargo, la debilidad del imperio cada vez es más notoria. Tal vez sea tiempo de radicalizar la postura mexicana y acercarse con más decisión y vigor al Sur al que se refería Benedetti y al otrora Lejano Oriente, que quiere acercarse e invertir acá. Eso alteraría al huésped de la Casa Blanca, pero fortalecería al Pueblo y a Nuestra América. En serio, es tiempo.

Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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