El presidente Donald Trump ha intensificado su guerra comercial al imponer un arancel del 100% a todas las películas extranjeras en Estados Unidos. Anunció esta medida a través de su red social, Truth Social, argumentando que estas películas representan una “amenaza para la seguridad nacional” y son “propaganda”.

El nuevo gravamen se aplicará a cualquier película producida fuera de Estados Unidos. Lo sorprendente es que no se segregará por países, a diferencia de aranceles anteriores. Además, el decreto no aclara si las coproducciones estarán exentas, lo que genera incertidumbre en la industria.
Trump ha declarado que esta decisión es parte de un esfuerzo conjunto de otras naciones que buscan influir en la cultura estadounidense. La medida ha generado reacciones diversas, desde apoyo entre sus seguidores hasta críticas de quienes defienden la libertad de expresión y la cultura internacional.
Este anuncio marca un nuevo capítulo en la relación entre Estados Unidos y el resto del mundo en el ámbito cultural. La industria cinematográfica deberá adaptarse a estas nuevas reglas en un entorno ya complicado y otros desafíos económicos.

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