El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció una ofensiva militar aérea en Saná, la capital de Yemen, como respuesta directa a los ataques de los rebeldes hutíes contra la navegación en una de las rutas marítimas más estratégicas del planeta. En su declaración, aseguró que las operaciones continuarán con una “fuerza letal abrumadora” hasta que cesen las agresiones contra buques comerciales y navales.
Durante la noche del sábado, se reportaron múltiples explosiones en la ciudad, con columnas de humo negro emergiendo del área del aeropuerto, que incluye instalaciones militares de alto valor. Los hutíes confirmaron la muerte de nueve civiles y otros nueve heridos como consecuencia de los bombardeos estadounidenses. Denunciaron además que algunos de los ataques impactaron zonas residenciales en el distrito norte de Shouab, donde testigos locales relataron el pánico que provocaron las explosiones entre los habitantes.

Trump justificó la operación al afirmar que busca proteger la libertad de navegación internacional, asegurar a las fuerzas y activos estadounidenses y prevenir el bloqueo de vías fluviales vitales. Advirtió además a Irán, principal aliado de los hutíes, que enfrentará consecuencias si continúa apoyando al grupo rebelde y dejó claro que Washington exigirá rendición de cuentas completa por cualquier acción hostil.
En una respuesta desafiante, representantes hutíes aseguraron que las ofensivas aéreas no detendrán sus acciones, y prometieron represalias. También reiteraron su respaldo a Gaza, en un contexto donde la situación en la región sigue tensándose tras la reanudación del bloqueo israelí y la advertencia de nuevos ataques si no se mantiene la tregua con Hamas.

Desde finales de 2023 hasta principios de este año, los hutíes atacaron más de 100 embarcaciones en el mar Rojo y sus alrededores, hundiendo dos barcos y causando la muerte de cuatro marineros. Esta campaña elevó su visibilidad internacional, mientras enfrentan crisis internas y represión en Yemen, un país devastado tras más de diez años de guerra.
La ofensiva del sábado fue ejecutada exclusivamente por Estados Unidos, marcando la primera acción directa de Trump contra los hutíes, tras semanas de relativa calma en la región. A diferencia de su antecesor, Joe Biden, quien llevó a cabo múltiples ataques planificados, Trump optó por una operación específica con la participación del portaaviones USS Harry S. Truman y otras unidades navales, incluyendo el submarino USS Georgia.
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