El 2024 cerró con excelentes noticias para el mercado laboral de México. Lo anterior se desprende del panorama dado a conocer por el INEGI el 29 de enero de 2025. En concreto, me refiero a los resultados más recientes de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE). Los datos muestran un panorama positivo:
- Aumento en la Población Económicamente Activa (PEA)
- El porcentaje de la PEA que está empleada tuvo un incremento
- Una disminución importante en la tasa de desocupación, sin aumento de la tasa de informalidad
- La tasa de condiciones críticas de ocupación presentó una disminución significativa
En pocas palabras, en nuestro país cada vez hay más gente trabajando, menos en situación de desempleo y mejores oportunidades para aquellos que buscan chamba. Todo esto se ha traducido en mayor bienestar para las familias mexicanas y un impulso para la economía del país. En concreto, un aumento en la PEA indica que más personas están participando en el mercado laboral, ya sea porque han encontrado un empleo o porque están buscando activamente uno con esperanza de hallarlo. Esto suele ser un indicador de una economía en crecimiento. Además, una mayor participación laboral puede generar un mayor dinamismo económico y un aumento en la producción de bienes y servicios.
La dichosa PEA
Metafóricamente, la PEA —integrada por la gente de 15 años y más que, durante la semana de referencia, realizó o tuvo un vínculo con una actividad económica (población ocupada) o buscó activamente hacerlo (población desocupada en las últimas cuatro semanas)— es el músculo laboral de una economía. Ciertamente, además de ese músculo, se precisan otros factores, como la tecnología, la infraestructura, las instituciones y las políticas públicas, pero sin trabajadores, ninguno de esos ingredientes genera riqueza, en tanto que los seres humanos, los hombres y mujeres que conforman la PEA, son quienes desarrollan esos otros factores. Mientras que todos los demás componentes son herramientas y marcos de acción, son los hombres y mujeres de la PEA quienes les dan vida y propósito. Decir que la mayor riqueza de México es su gente no queda en frase retórica: la PEA no solo es el “músculo laboral” de la economía, sino también su corazón y su cerebro, ya que, sin ella, ningún otro factor puede funcionar ni generar riqueza. Incluso —y voy a proferir una herejía para la fe neoliberal—, sin los hombres y mujeres que conforman la dichosa PEA, no hay dinero que alcance para generar más riqueza. Suele olvidarse una tremenda obviedad: la riqueza no surge de manera espontánea, es el resultado del esfuerzo humano y su capacidad transformadora. Sin trabajadores, no hay producción, no hay servicios y, por lo tanto, no hay riqueza.
Durante el año pasado, la PEA de México aumentó en 66 mil personas, en comparación con el mes de diciembre de 2023, para alcanzar así un gran total de 60.8 millones de personas.
Sólo para comparar: mientras que México tiene una PEA de casi 61 millones de personas, la PEA de Alemania difícilmente asciende a 46 millones. En el caso de Francia, la PEA apenas suma 32 millones de personas, mientras en España se sitúa por debajo de los 26 millones.
Un ejemplo interesante es Japón. Nuestro país se ubica hoy en la posición 11 entre los más poblados del orbe, con poco más de 130 millones de habitantes, enseguida de Etiopía, que nos superó hace poco y tiene ahora una población total de 132 millones, y justo por arriba de Japón, cuya población ha disminuido últimamente. A pesar de que el país asiático tiene una población total un poco menor que México —unos seis millones de habitantes menos, en números redondos—, su PEA es mayor: 61 contra 67 millones. La diferencia de tamaño refleja contrastes estructurales significativos, derivados de sus diferencias demográficas, económicas y sociales.
- Estimación de la PEA japonesa a diciembre de 2024: 67 millones de personas, aproximadamente el 55% de su población total.
- PEA mexicana en el mismo periodo: 60.8 millones, 46% de su población total.
El margen de crecimiento de ambas PEA es radicalmente diferente, considerando que más del 30% de la población japonesa tiene 65 años o más, mientras que en México este mismo grupo etario representa el 10% de la población total. Aunque no tienen el mismo nivel de envejecimiento que Japón, Estados Unidos y la Unión Europea también experimentan un drástico aumento en su población mayor:
- Estados Unidos: 17% de su población total tiene 65 años y más.
- Unión Europea: 21% de su población total tiene 65 años y más.
La estructura demográfica de la PEA mexicana, además de en su composición por edad, presenta en su composición por sexo un importante margen de crecimiento. Mientras que en economías como la de Estados Unidos, la Unión Europea y la japonesa la participación laboral de las mujeres ha aumentado en los últimos años para hacerse mayoritaria, 57.5, 68 y 53%, respectivamente, la tasa de participación femenina en México es de 46.0%, esto es, muestra un margen importante para crecer. Claro, más ahora que en México es tiempo de mujeres.
- @gcastroibarra
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