El expresidente uruguayo José “Pepe” Mujica, de 89 años, ha compartido la difícil noticia de que su cáncer de esófago se ha propagado al hígado. En una entrevista publicada el 9 de enero en el semanario Búsqueda, Mujica expresó su resignación ante el avance de la enfermedad, afirmando que “no hay forma de detenerlo” y que su estado de salud no le permite someterse a tratamientos adicionales.
“Lo que deseo es que me dejen en paz. Mi ciclo ha llegado a su fin. Estoy consciente de que me estoy muriendo. Un guerrero también tiene derecho a descansar”, comentó Mujica, quien ha tomado decisiones sobre su futuro, incluyendo su deseo de ser enterrado en el jardín de su hogar en Montevideo, junto a su perra Manuela, bajo un sequoia que él mismo plantó.
A pesar de sus problemas de salud, Mujica se mantuvo activo en la política uruguaya y participó en la campaña del Frente Amplio, que culminó con la victoria de Yamandú Orsi. Recientemente fue honrado por los presidentes de Brasil y Colombia, quienes le otorgaron distinciones importantes por su legado político.
Desde su diagnóstico en mayo de 2024, Mujica ha enfrentado varios desafíos médicos. A finales de diciembre, se le realizó una intervención para colocar un stent en el esófago, lo que le permitió mejorar su alimentación. Sin embargo, su médico personal, Raquel Pannone, ha indicado que continuar con tratamientos agresivos podría no ser viable.
Mujica también hizo un llamado a sus compatriotas para que mantengan el respeto hacia las diferencias de opinión y subrayó la importancia del diálogo en una democracia.
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