Cada 25 de noviembre, el mundo se viste de violeta para alzar la voz contra la violencia hacia las mujeres. En el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, México da un paso trascendental con el lanzamiento de la campaña “Es tiempo de mujeres sin violencia”, impulsada por la presidenta Claudia Sheinbaum. Este esfuerzo no es sólo un acto simbólico, sino un compromiso profundo para combatir una de las crisis sociales más dolorosas y urgentes de nuestro tiempo.
Detrás de los números que se escuchan en foros y noticias hay vidas marcadas por el miedo, la injusticia y el abandono. Según datos recientes, 7 de cada 10 mujeres en México han sufrido algún tipo de violencia, y el feminicidio ha crecido un alarmante 127% en los últimos 20 años. Estas cifras reflejan un problema estructural; son un grito desgarrador que exige acción inmediata. Mujeres indígenas enfrentan una doble discriminación; las adultas mayores, una vulnerabilidad invisibilizada; y las niñas, una indefensión que debería indignarnos a todas y todos.
La campaña “Es tiempo de mujeres sin violencia” tiene como meta transformar esta realidad. Con el apoyo de instituciones como ONU Mujeres, este esfuerzo busca articular políticas públicas que prevengan la violencia y transformen las condiciones estructurales que la perpetúan. Según ONU Mujeres, el enfoque en la prevención y en los derechos de las sobrevivientes debe estar en el centro de las acciones gubernamentales, y esta campaña responde a ese llamado al incorporar estrategias de intervención temprana, fortalecimiento del sistema de justicia y protección integral para las víctimas.
Uno de los pilares fundamentales de esta campaña es la revisión de los marcos legales para garantizar una protección efectiva a las mujeres. La actual administración ha impulsado cambios constitucionales clave que refuerzan la igualdad de género y promueven sanciones más severas para los agresores. Por ejemplo, se trabaja en la armonización de leyes estatales con las disposiciones federales para asegurar que las órdenes de protección sean rápidas, efectivas y accesibles en todo el país. Asimismo, se impulsa una reforma estructural para garantizar que las autoridades locales, desde policías hasta jueces, actúen con perspectiva de género y sin revictimización.
Esta campaña incluye compromisos concretos que no pueden pasar desapercibidos. En primer lugar, se fortalecerá la red nacional de refugios para mujeres víctimas de violencia, asegurando que cuenten con los recursos necesarios para ofrecer una atención integral y digna. En el ámbito educativo, se implementarán programas con perspectiva de género desde las aulas, fomentando el respeto y la equidad entre niñas y niños desde temprana edad. Además, se han anunciado acciones específicas para las comunidades más vulnerables, como las mujeres indígenas y rurales, quienes enfrentan barreras adicionales para acceder a la justicia y los servicios básicos.
El programa no se detiene en estas medidas, pues incluye un total de 10 compromisos clave que abarcan áreas como salud, justicia, educación y seguridad. Entre estos compromisos destaca el establecimiento de un sistema único de registro nacional de casos de violencia contra la mujer, que permitirá un monitoreo efectivo y la articulación entre diferentes niveles de gobierno. También se contempla el fortalecimiento de la Red Nacional de Justicia para Mujeres, un espacio dedicado a agilizar procesos legales, garantizar acceso equitativo a la justicia y capacitar a funcionarios públicos en perspectiva de género.
ONU Mujeres ha señalado que esta campaña mexicana representa un modelo a seguir en la región, destacando su enfoque integral que aborda las raíces de la violencia desde diferentes frentes. Entre las recomendaciones que el organismo internacional considera fundamentales están la promoción de leyes efectivas, la eliminación de estereotipos de género y la creación de entornos seguros para mujeres y niñas. Estas líneas de acción han sido incorporadas de manera puntual en los objetivos de “Es tiempo de mujeres sin violencia”, mostrando una alineación con estándares globales que busca trascender fronteras.
Otra área prioritaria de esta campaña es la atención a la violencia digital, un fenómeno en crecimiento que afecta de manera desproporcionada a las mujeres jóvenes. En este sentido, se ha anunciado la implementación de una unidad especial de ciberseguridad con perspectiva de género, que trabajará en la detección y eliminación de contenido violento, además de brindar asesoría y acompañamiento a las víctimas.
No menos importante es el compromiso de garantizar el acceso universal a servicios de salud mental y emocional para las mujeres que han sufrido violencia. Este enfoque reconoce que las heridas no sólo son físicas, y que el acompañamiento psicológico es crucial para su recuperación. Además, se plantea incluir una mayor sensibilización en el sistema de salud pública, capacitando al personal médico para detectar señales de abuso y actuar de manera efectiva.
Lo que distingue a este esfuerzo es el liderazgo de Claudia Sheinbaum, una presidenta que nos coloca a las mujeres en el centro de su agenda. Su trayectoria demuestra que este no es un compromiso reciente ni aislado. Durante su gestión en la Ciudad de México, se implementaron iniciativas pioneras como los “Senderos Seguros” y los refugios especializados. Ahora, como presidenta, lleva este enfoque al ámbito nacional, reconociendo que no puede haber una transformación verdadera mientras haya una sola mujer viviendo en violencia.
Pero esta lucha no puede recaer únicamente en el gobierno. Cambiar una realidad tan arraigada requiere que toda la sociedad se involucre. Es en las familias, en las escuelas, en las comunidades y en los espacios de trabajo donde se debe sembrar la semilla del respeto y la igualdad. Denunciar la violencia, apoyar a las sobrevivientes y educar a las nuevas generaciones son acciones que todos podemos y debemos tomar.
“Es tiempo de mujeres sin violencia” no es un lema; es un llamado a la acción que nos interpela a todos. Cada esfuerzo cuenta, porque construir un país donde las mujeres vivamos sin miedo es construir un México más justo y próspero. Este compromiso, respaldado por organismos internacionales y la voluntad política de la administración federal, es una esperanza real de cambio.
Hoy, mientras se encienden luces violetas y se elevan palabras de esperanza, recordemos que detrás de cada acto de violencia hay una mujer que merece vivir con dignidad. La campaña de la presidenta Sheinbaum es un primer paso firme, pero el camino hacia la igualdad lo recorremos juntas y juntos. Es tiempo de actuar. Es tiempo de mujeres sin violencia. ¡Súmate y transforma!
- La columnista, Mariuma Munira Vadillo Bravo, es Maestra en Derechos Humanos y Garantías Individuales, Subdirectora Ejecutiva en la Unidad de Desarrollo Regional y Bienestar Social del Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, ex Secretaria de la Mujer Oaxaqueña. Puedes contactarla en Facebook: MUMA Mariuma Munira, Twitter: @MariumaMunira.
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