Durante la conferencia matutina de hoy, el periodista Amir Ibrahim expresó su preocupación por la integración de Gustavo Hernández García, exdirector de PEMEX Exploración y Producción durante el gobierno de Enrique Peña Nieto, en el equipo de transición de la petrolera estatal. Hernández García fue subordinado directo de Emilio Lozoya Austin, quien está vinculado a la trama de corrupción de Odebrecht, lo que, según el periodista, podría generar desconfianza en el proceso de transición.
Aunque Ibrahim reconoció que el nombramiento de Víctor Rodríguez Padilla como nuevo director de PEMEX ha sido transparente, advirtió que la inclusión de personajes como Hernández García, con antecedentes en la administración de Lozoya, podría empañar la confianza en la renovación de la empresa estatal. “Este tipo de personajes pueden afectar la confianza en el proceso”, advirtió Ibrahim.
Ante la denuncia, el presidente Andrés Manuel López Obrador respondió de manera mesurada: “Bueno, ya lo diste a conocer, ya corresponde al director de PEMEX que va a entrar y a la presidenta, y ellos van a revisar el caso seguramente”. Con esto, el mandatario dejó en manos del nuevo equipo la decisión sobre la permanencia o no de Hernández García en el proceso de transición.
Revisión del caso en manos de Sheinbaum y el nuevo equipo
Con el proceso de transición en marcha y la presidenta electa Claudia Sheinbaum próxima a asumir el cargo, las decisiones respecto a la permanencia de personajes como Gustavo Hernández García estarán bajo su supervisión y la del nuevo director de PEMEX, Víctor Rodríguez Padilla. López Obrador reafirmó su confianza en que estos casos serán revisados minuciosamente por la próxima administración para asegurar la transparencia y evitar conflictos de interés en una empresa tan estratégica para el país como lo es PEMEX.
Lozoya y la trama de corrupción en Odebrecht
Con la presencia de un excolaborador de Lozoya en la mesa de transición actual, se hace prudente revisar la trama corrupta que marcó este funcionario en la paraestatal. Lozoya, quien dirigió la petrolera entre 2012 y 2016, ha sido uno de los principales implicados en el caso de corrupción de Odebrecht, una trama internacional que sacudió a varios países latinoamericanos. Entre 2012 y 2014, Lozoya habría recibido 10.5 millones de dólares de la constructora brasileña a través de empresas offshore, con el apoyo de su madre, Gilda Margarita Austin y Solís, para canalizar estos recursos ilícitos a cuentas en México.
Aunque Lozoya fue arrestado en España en 2020 y extraditado a México, en febrero pasado un tribunal le otorgó un amparo que le permite continuar su proceso en libertad, utilizando un brazalete electrónico. A pesar de los señalamientos de riesgo de fuga, basados en su red de apoyo familiar y los 2 millones de euros que poseía en Liechtenstein, las autoridades judiciales consideraron que no había suficiente justificación para mantenerlo en prisión preventiva.
El caso Odebrecht ha complicado aún más el panorama judicial para muchas figuras políticas y empresarios mexicanos, pero también ha creado un ambiente de desconfianza, como sugirió Amir Ibrahim en su denuncia. La inclusión de colaboradores cercanos a Lozoya en el equipo de transición de PEMEX genera inquietudes sobre el grado de limpieza y transparencia que podría caracterizar la nueva etapa de la petrolera.
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