Mucho se ha hablado de los resultados de los atletas mexicanos en los Juegos Olímpicos de París 2024, con la gran mayoría culpabilizando a la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (CONADE), dirigida por Ana Gabriela Guevara, asegurando que la falta de recursos es la razón por la cual nuestros representantes deportivos no han podido sobresalir.
Es cierto que la falta de recursos al deporte no es un tema nuevo; sin embargo, esta es solo la punta del iceberg del problema. Pocos se han cuestionado por qué potencias económicas como Estados Unidos, China, Rusia, Japón, Alemania, entre otras, obtienen mejores resultados que México.
El primer acercamiento que las y los niños tienen con el deporte es desde la escuela, principalmente en la materia de educación física. Es ahí donde se encuentra el primer problema. Desde las reformas al sistema de Educación Pública en la época neoliberal, se dejó de priorizar el deporte. Desde entonces, y como todo en ese periodo, se empezó a ver el deporte como un negocio, una tendencia que se agudizó durante los gobiernos panistas.
Con la llegada del panismo al gobierno federal, el deporte se convirtió en un negocio aún más redituable. Durante el periodo de Vicente Fox, los deportivos y centros de entrenamiento comenzaron a privatizarse. Poco a poco, los deportivos empezaron a cobrar cuotas debido a la falta de recursos para mantenimiento, y se construyeron grandes centros deportivos privados con mensualidades exorbitantes. Este fue el segundo gran problema.
En 2006, con el fraude de las elecciones presidenciales, Felipe Calderón incrementó la inseguridad y la violencia en las colonias del país. El aumento considerable de la inseguridad provocó que las y los niños no tuvieran la oportunidad de acudir a lugares públicos. Las canchas y centros de entrenamiento se convirtieron en refugios para los cárteles, convirtiéndose la inseguridad en el tercer problema.
Con el retorno del PRI a la presidencia de la República, Enrique Peña Nieto privilegió la corrupción, y muchas instituciones públicas, como la CONADE y las federaciones deportivas, se sumergieron en el robo del erario. Basta con recordar los escándalos de la Federación Mexicana de Natación, cuando sus dirigentes aumentaron considerablemente su patrimonio en 2015 debido al cobro indebido y la mala distribución del apoyo a deportistas. La corrupción es, por tanto, otro problema significativo.
Si el promedio de edad de los atletas mexicanos está entre los 17 y 27 años, esto indica que son resultado del abandono, el neoliberalismo, la inseguridad y la corrupción de los gobiernos panistas y priistas. Esto se refleja en los resultados de los medalleros.
Al analizar los resultados de las participaciones de los atletas mexicanos en los últimos 20 años, encontramos que en Atenas 2004 se lograron obtener 4 medallas (2 de plata y 2 de bronce). En Pekín 2008 se igualó la cantidad de medallas de la justa anterior, pero en esta ocasión se consiguieron 2 de oro y 2 de bronce, mejorando la participación. En Londres 2012 comenzó el declive de los atletas mexicanos, logrando 8 medallas (1 de oro, 3 de plata y 4 de bronce). En los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016, la racha de medallas de oro terminó, y se obtuvieron 3 de plata y 2 de bronce, tres medallas menos que en Londres 2012. En Tokio 2020 no se obtuvieron medallas de plata, solo 4 de bronce; actualmente, al cierre de esta columna, México solo ha obtenido 3 medallas en París 2024: 2 de plata y 1 de bronce.
Los resultados de los atletas mexicanos en los Juegos Olímpicos no solo reflejan una falta de recursos, sino también una serie de problemas estructurales más profundos que incluyen la privatización del deporte, la inseguridad y la corrupción. Estos factores han mermado el desarrollo de talentos deportivos y limitado las oportunidades para los jóvenes atletas. Es imperativo que se aborde la situación desde una perspectiva integral, con reformas que prioricen el deporte en la educación y que aseguren la transparencia y el buen uso de los recursos destinados al ámbito deportivo. Solo con un enfoque holístico y un compromiso real se podrá mejorar el rendimiento y la representación de México en futuras competiciones internacionales.
En este contexto, proyectos de la Cuarta Transformación como las Utopías, impulsadas por Clara Brugada en Iztapalapa, o los Pilares impulsados por Claudia Sheinbaum en la Ciudad de México, podrían cambiar este panorama. Las Utopías han remodelado la manera en que se practica el deporte; actualmente, los iztapalapenses pueden practicar deportes como hockey sobre hielo, tenis, natación, judo, taekwondo, golf, atletismo, gimnasia, ciclismo y hasta tiro con arco de manera gratuita, pues en estos lugares se proporcionan incluso los aditamentos necesarios. Solo hace falta querer ser el mejor en el deporte que se elija.
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