Julian Assange, el fundador de WikiLeaks, ha regresado a Australia como un hombre libre después de llegar a un acuerdo de culpabilidad con las autoridades estadounidenses.
Assange, de 52 años, aterrizó en Canberra, donde fue recibido por su esposa Stella y su padre John Shipton, mientras un grupo de seguidores aplaudía su llegada.
Este momento marca el final de una larga batalla legal que se extendió por más de una década. Como parte del acuerdo, Assange se declaró culpable de un cargo de conspiración relacionado con la obtención y publicación de información de defensa nacional clasificada de Estados Unidos.
Tras declararse culpable en una corte federal en las Islas Marianas del Norte, un territorio estadounidense en el Pacífico, Assange fue sentenciado al tiempo que ya había cumplido en prisión en el Reino Unido, lo que le permitió recuperar su libertad.
El regreso de Assange a Australia fue posible gracias a los esfuerzos del gobierno australiano, que abogó por su liberación y facilitó su transporte de vuelta al país. El primer ministro Anthony Albanese celebró el resultado, destacando el trabajo cuidadoso y determinado de su gobierno para resolver este caso.
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