Como que no les está yendo muy bien en las altas esferas de la legalidad y la justicia mexicana. Por un lado, en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación se están acusando de “golpes de estado” un poco más que exóticos, porque no se trata de un estado, desde luego, y además, porque es parte de su modus operandi; por otro, la falta de acuerdos en el Instituto Nacional Electoral que resta fuerza a la presidenta y que al mismo tiempo sigue acosando al Presidente por cosas que no dijo y por las que lo castigan bajando sus transmisiones en youtube y, una más, el reciente nombramiento de la nueva ministra de la Corte, Lenia Batres.
Vamos por partes. La lucha de poderes que se ha repetido continuamente en el pleno del Tribunal Electoral, demuestra que quien a hierro mata, a hierro muere. El saliente presidente del tribunal, en su último informe de labores resintió un vacío vergonzante, ya que la magistrada Mónica Soto y los magistrados Felipe de la Mata y Felipe Fuentes, prefirieron irse de desayuno en lugar de acudir a la sesión, además, declararon que estaban inconformes con la gestión de Reyes Rodríguez y en total desconfianza con su gestión administrativa.
Y aunque el pretexto fue la austeridad que los tiene limitados en gastos de transporte, como vehículos oficiales, viajes en clase VIP, bonos de gasolina, peaje y alimentación, también han acusado persecución de intereses ajenos al propio tribunal, pero sobre todo, se trata de quien detenta el poder y más aún, qué intereses representa en realidad.
La justicia electoral exige un Tribunal independiente, confiable e impermeable a la corrupción y a las presiones de las fuerzas políticas y de los poderes fácticos. Eso decía Reyes Rodríguez a una audiencia de una magistrada, Janine Otálora, contrastando completamente con los motivos que los ausentes tuvieron como razones para desconocer ese liderazgo.
Rodríguez Mondragón, después de ser asesor de comunicación social de Presidencia en el sexenio de Fox, en 2005, se convirtió en asesor en la dirección ejecutiva de Prerrogativas y Partidos Políticos del IFE, y luego, fue coordinador de asesores del ex consejero electoral Benito Nacif Hernández y del secretario particular de Felipe Calderón.
Llegó al Tribunal al desempeñarse como magistrado de la sala regional Monterrey y fue sustituto del exmagistrado Felipe Fuentes, quien también fue presidente interino, en tanto se decidía sobre el conflicto sobre la dudosa destitución de José Luis Vargas y el nombramiento del propio Rodríguez Mondragón.
Como siempre ocurre con el karma, fue desconocido y ahora, toma la presidencia Mónica Soto, que hasta este momento. cuenta con el respaldo de la mayoría (3 de 5) de magistrados que componen la Sala Superior del Tribunal, teniendo en cuenta la ausencia de dos funcionarios que terminaron su encargo el último día de octubre pasado (Indalfer Infante y José Luis Vargas)
En segundo lugar, tenemos al INE, que desde que llegaron los nuevos integrantes no ha podido establecerse un liderazgo de parte de la actual Presidenta, ya que los consejeros que quedaron como herencia de Córdova, Jacobo y Murayama, han bloqueado sistemáticamente las propuestas de funcionarios para los distintos puestos que requiere Taddei. Para no ser menos que en el Tribunal, el bloque compuesto por Carla Humphrey, Arturo Castillo, Dania Ravel, Claudia Zavala y Martín Faz ha obstaculizado continuamente las atribuciones de la presidenta, y acusado de no acudir al recinto ni permitir el diálogo para encontrar soluciones administrativas urgentes. Como también costumbre, los partidos opositores han estado apoyando a los consejeros disidentes para reventar las sesiones, acusando que los trabajos del instituto pueden llegar a ser considerados ilegales porque sólo 6 de 17 puestos cuentan con titulares y el resto, con encargados de despacho.
A pesar de no cooperar para los nombramientos, desde julio, ahora sí presionan para que este viernes se decida por los titulares para esas vacancias.Y solo como regalo de navidad, una de esas consejeras, Claudia Zavala encargada de quejas y denuncias, por medio de alguno de los empleados de su comisión, nuevamente tergiversó las palabras del presidente López Obrador, durante un discurso en Almoloya, dando crédito a una denuncia sobre supuestamente haber llamado a votar por Claudia Sheinbaum y para la mayoría en el Congreso, para no dejarla sola y poder avanzar.
Estas interpretaciones no son, desde luego, un error, sino un ataque bien calculado para que los verdaderos dueños de las conciencias de esos consejeros y de los recién egresados Lorenzo y Ciro, hagan eco en la idea de “equidad en la contienda” para apuntalar, desde el lado electoral, el capitulo “peligro para México”, ahora con el “se le va a caer el país”. Solo como anotación, el INE se vio obligado a exigir la eliminación de la publicación de la revista SIEMPRE, con el franco ataque a la precandidata única de Morena. Sobre la Corte y el nombramiento de Lenia Batres: tenemos gritos de advertencia sobre una morenización o una obradorización del máximo recinto de Justicia del país, como si se tratara de haber dejado entrar al diablo a la fiesta. Rayan en la ridiculez de decir que el Presidente hizo un nombramiento legal, ocultando a sus audiencias que esa es una de las prerrogativas conferidas al presidente y que AMLO acudió a las ternas legales para que fuera el Senado quien votara en última instancia, a la nueva integrante de la Corte. Pero, opuestos a todo signo de inteligencia como se ve, rechazaron ambas, obligando al Presidente a cubrir la ausencia del ministro con una opción que no requiere consulta.
¿Que Lenia es de izquierda? Sí. ¿que es afín al Presidente? También, pero lo más importante, es que se trata de una mujer de lucha, con trayectoria propia y con integridad a prueba de dudas. Pero más allá de las catastróficas predicciones que siempre construyen en la derecha, la nueva Ministra de la Corte estará hablando por los sin voz que, a lo largo de la historia no han sido representados con la dignidad que les da la Constitución Federal.
La actual presidenta y los ministros afines han bloqueado y revertido todas las decisiones de nuestros representantes en el Congreso, con argucias que simulen ser legales -que no legítimas-, bloqueando nuestra voz soberana para que la Cuarta Transformación no termine de establecerse y poder seguir ondeando la bandera de la incapacidad de nuestro Presidente y el Gobierno.
Son cada vez más ruidosos pero menos efectivos, porque somos más los ciudadanos que estamos ocupados en continuar lo que empezamos juntos, como proyecto de nación, de la mano de Andrés Manuel López Obrador. Esa efectividad se llama Plan C.
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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