Que fea se ha puesto la oposición estos días. Aún más.
La semana pasada se presentó el equipo de trabajo con que se está desorganizando lo que dice ser el nuevo fuerza y corazón por México, que, aunque usted no lo crea, es la más reciente versión de lo que se quiere proponer como una candidatura ciudadana, fresca y llena de buenas ideas.
Para jefe de campaña tienen al nada sutil para inventar ardides, Max Cortázar y desde que llegó, los ataques estilo kamikaze no se han hecho esperar.
Este fin de semana, la portada de Siempre puso al perfil de la Jefa Claudia con una corona de suásticas, con el título ¡No permitamos que gane! Y, en la red social X, un post de la dueña, Pagés, diciendo Si permitimos que pase morena, si dejamos que gane @Claudiashein, los exterminadores de México no sólo serán los SS de la #4T, sino una oposición sin coraje para impedir que México quede encabezado ahora por una comunista embozada.
Sí, ya teníamos muchos años de leer cada vez editoriales más acres contra el presidente, más canallas, pero en últimos tiempos, la vulgar estulticia es su línea editorial.
Para empezar, coronar con símbolos antisemitas a una mujer con ascendencia judía es además de bajo, ridículo, siendo éstos los principalmente perseguidos por el régimen nazi; entonces, se nota que los corajes que se reúnen a padecer en las mesas de descomposición auspiciadas por Alazraki (también de origen judío), no tienen pies ni cabeza y más bien, se dirigen únicamente a atacar sin mirar a quien.
Allá en 2005-2006, cuando AMLO era el objetivo, estaba más fácil, porque se trataba de denigrar a un pata rajada de Macuspana, al Mesías Tropical, a un hijo del pueblo que todavía no era tan conocido ni tan querido por millones como lo es hoy. Contaban con la maquinaria televisiva de Azcárraga y Salinas para desprestigiarlo a destajo y no había contrapesos ciudadanos con la fuerza que tenemos hoy. No había podido demostrar que el plan que había trazado era tan funcional como humanista y, sobre todo, no habíamos avanzado tanto en reconocimiento de derechos y en empoderamiento del pueblo soberano.
De entonces a acá, la cosa se ha ido complicando y, en una supuesta “Libertad de expresión”, se han ido volviendo cada vez más (sí, todavía más) vulgares, clasistas, racistas, misóginos y tienen el cinismo de creer que Max Cortázar va a poder engañarnos con sus artes publicitarias como entonces y que no opondremos resistencia su escalada violenta, venga de quien venga.
Las banderas son en protección de las mujeres, en favor de las de izquierda, de las violentadas, porque son ellas, porque somos nosotras las que hemos sido las víctimas indirectas de esos ataques. Somos de quienes se han burlado sistemáticamente con sus innecesarias editoriales plagadas de mentiras, en que llaman a creer en un comunismo despojador que no ha ocurrido, pero siguen causando la zozobra de que, en un instante de capricho de AMLO, sucederá. Llevan las cifras de la violencia a números insospechados, descontextualizando las causas e ignorando las razones, pero sobre todo, abonando a la desesperación lógica y natural de los ciudadanos que aún son presa de sus medios desinformativos.
Una carta signada por académicos, activistas, políticos, personas de todos los círculos, y por supuesto, una gran cantidad de miembros de la comunidad judía en México, se indignaron solicitando a Beatriz Pagés que se retractara de su inefable portada y editorial, además de ofrecer una disculpa pública a todas las personas y grupos a los que claramente ofendió con su particular visión del mundo. Lo más que hizo fue publicar un remedo de disculpa en que se solidariza con la comunidad judía mexicana y reitera que se oponen al régimen autoritario actual y que al refrendarse en 2024, pondrá en riesgo las libertades y derechos humanos de todos, “incluso de quienes han hecho de la portada una interpretación sesgada e interesada”.
Hay una máxima de Voltaire que reza: podré no estar de acuerdo con lo que dices, pero defenderé con mi vida tu derecho a expresarte. Sí, siempre y cuando entiendas que tu libertad de decir algo conlleva una obligación inherente, la de no mentir o degradar a alguien, si no se tienen los elementos que se puedan configurar en una denuncia que, efectivamente, pueda ser la consecuencia lógica de esa denuncia. Antes, como decía, no teníamos espacio para el debate tú a tú con los que escribían o leían las noticias en la tele; hoy, ese plano de igualdad es una realidad y por eso, es menester que nosotros, los ciudadanos exijamos que esa libertad que siempre han tenido los periodistas, no sea una oportunidad para contar narrativas que no reflejan la realidad.
Una disculpa no es suficiente, y menos si se trata de una nueva afrenta para los ofendidos, cuando nosotros somos esos ofendidos desde hace tantos años.
La campaña sucia está a todo lo que da así que como dice AMLO: lo mejor es lo peor que se va a poner. Aguantemos pero sin tolerar y emprendamos juntos esta misión que nos hemos encomendado: defender a nuestra coordinadora y candidata, pero demostrando que las mentiras sí hacen daño y no queremos más de esos en la campaña de Claudia Sheinbaum. Lo mejor son esos 40 puntos sobre la competidora más cercana, así que ¡hagamos nuestra parte!
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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