17 de diciembre de 2021. Andrés Manuel López Obrador acaba de publicar A la mitad del camino. Este libro –afirma– “es un testimonio de lo alcanzado hasta ahora, de los desafíos pendientes y de cómo imagino que estará el país en 2024 […]. Llegamos a la conclusión de que eran mayores las posibilidades de cambio que las de estancamiento o decadencia, y que hacer realidad la transformación dependía, en primer lugar, de enfrentar el grave problema de la corrupción y de contraponerle la virtud de la honestidad, que es la mayor riqueza de nuestro pueblo […]. Lo que deseamos de todo corazón es que al final de nuestro gobierno haya menos desigualdad, más felicidad y se mantenga siempre encendida la llama de la esperanza”.
El decimonoveno libro escrito por el presidente revela las vicisitudes que el gobierno de la Cuarta Transformación ha tenido que enfrentar para contrarrestar el terrible modelo de corrupción que nos dejaron 35 años de neoliberalismo feroz. La pandemia por covid-19 aún asola a la población, aunque la llegada de las vacunas y el gran trabajo de recuperación de hospitales nos han dado un respiro.
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Beatriz Pagés dijo hace unos días, entre una sarta de mentiras que no repetiré: “Yo dudo que haya habido en la historia de México un presidente más ignorante y más desinformado”. ¿Será que la pseudoperiodista no se asoma por las librerías? ¿Será que la directora de Siempre! descarga tanta infamia en venganza porque en este sexenio dejó de recibir los 57 millones que Peña Nieto le tendió en chayote de plata?
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Desde 2018, el presidente se ha pasado enderezando entuertos. Así lo dice en su libro:
“Hemos revisado y renegociado contratos abusivos y se han hecho a un lado […] las llamadas asociaciones público-privadas, las cuales resultaron onerosas y perjudiciales para el erario. Es extensa y fraudulenta a simple vista la lista de operaciones de compra y contratos de servicios manchados de corrupción, así como los convenios leoninos otorgados en el periodo neoliberal”.
El presidente de México explica asimismo cómo, después de un largo periodo, se ejecutaron por primera vez obras de infraestructura con inversión pública. “Con presupuesto federal, sin contratar deuda y sin entregar concesiones estamos construyendo carreteras, presas, hospitales, universidades, escuelas, acueductos, sistemas de drenaje, plantas de tratamiento de aguas residuales, puentes, refinerías, vías férreas, centrales eléctricas, aeropuertos, cuarteles, bibliotecas, parques, mercados, estadios, unidades deportivas y otras obras”.
“Destacan, desde luego, la construcción del aeropuerto Felipe Ángeles y el programa integral del istmo de Tehuantepec para articular puertos, trenes y crear una vía rápida de comunicación entre países de Asia y la costa este de Estados Unidos. Asimismo, el Tren Maya llevará bienestar a la región de mayor riqueza arqueológica, cultural y turística del país y una de las más importantes de mundo”.
18 de noviembre de 2023. A cinco años del gobierno de la Cuarta Transformación, los opositores y medios tradicionales –que son lo mismo– se han desvivido por desprestigiarlo. Un segmento importante de esos adversarios se halla entre los académicos de las universidades.
Asistimos a un desayuno en honor a Carmen Christlieb, una mujer que fue todo lo que quiso: académica, funcionaria, campeona de tenis, madre y esposa, y acaba de fallecer no sin antes haber redondeado su vida cumpliendo cien años. Enfrente de nosotros están los académicos:
Alguien lanza un garlito:
—Tienen rector nuevo, ¿no?
—Así es. Es un gran funcionario. Conoce muy bien a la UNAM.
—El presidente lo acaba de desacreditar.
—Pero ¿a quién no injuria ese señor?
[Mensaje a Eva, mi media naranja, vía WhatsApp: “Tengamos serenidad”].
—Lomelí es muy serio; Narro era un conversador muy brillante.
—Yo soy de la misma generación de AMLO y nunca lo vi en clases.
—Además, tardó años en titularse.
—¿Pues tú que estudiaste?
—Sociología.
—Ya quitaron su tesis de la red.
No resisto:
—Pues, justamente, Paulina Fernández, hija de la maestra Christlieb, asesoró su tesis. Así que no ha de estar tan chafa.
Silencio.
Luego, viejos que somos, hablamos de jubilaciones y pensiones.
Eva tampoco resiste:
—Todos aquí recibimos pensiones, tenemos ese privilegio; no así los jóvenes que no tendrán una pensión digna. Y esto, gracias a los gobiernos neoliberales.
Silencio.
Y así…
[Mientras escribo, en dos patadas encuentro la tesis del “ignorante López” en el repositorio de la UNAM. Se titula Proceso de formación del Estado nacional en México 1824-1867].
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Al contrario de la gran mentira de los neoliberales, según la cual “si llueve fuerte arriba, gotea abajo”, haber destinado recursos a los sectores desfavorecidos ha traído consigo un boom económico. México es ya la segunda economía de América Latina y la decimoprimera en el mundo. El propio presidente chino, Xi Jinping, acaba de felicitar al mandatario mexicano por “el camino de progreso y reformas” que ha impulsado.
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“Atendemos a los pobres por convicción y por humanismo –indica AMLO–, pero también lo hacemos porque creemos que si destinamos recursos a los menos favorecidos habremos de lograr una más rápida reactivación de la economía para salir de la crisis”.
Y esta no es idea de AMLO, pues, como confiesa al final de A la mitad del camino, encuentra “un eco de su propia experiencia en lo que señalaban Ricardo Flores Magón, Juan Sarabia y otros revolucionarios en el Plan Liberal de 1906”:
“Cuando el pueblo es demasiado pobre, cuando sus recursos apenas le alcanzan para mal comer, consume solo artículos de primera necesidad, y aun estos en pequeña escala… Cuando los millones de parias que hoy vegetan en el hambre y la desnudez coman menos mal, usen ropa y calzado y dejen de tener petate por todo ajuar, la demanda de mil géneros que hoy es insignificante aumentará en proporciones colosales y la industria, la agricultura, el comercio, todo será materialmente empujado a desarrollarse en una escala que jamás se alcanzaría mientras subsistieran las actuales condiciones de miseria general”.
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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