Finalmente. la aprobación esperada para que Samuel García pueda concursar por la Presidencia de la República representa un suspiro para la Cuarta Transformación, en primer lugar, porque evita, con su sola presencia, un golpe de estado suave. Es decir, al no ser el segundo lugar en las elecciones Xóchitl Gálvez perdería legitimidad a la hora de encabezar esta intentona antidemocrática que la derecha viene cocinando desde hace meses.
La fragilidad en aumento de la campaña de Xóchitl Gálvez, ante la independencia aparente de Movimiento Ciudadano hace ver esta nueva alternativa como la mejor manera de estar contra la actual política del país, donde Movimiento Ciudadano es, por el momento, un partido local, con dos bastiones, que, inconexos en la geografía, podría mantener en el futuro pagando una factura importante como la de mandar al Frente Amplio al tercer lugar electoral y con ello dejar sin registro nacional al PRD y sin registro en algunas entidades del país al PRI y al PAN:
Es decir, quienes voten por Movimiento Ciudadano están contra la política bipartidista de las dos coaliciones que encabezan Morena y el PAN, el resto de los partidos, incluido el PRI, se vuelven una comparsa inevitable. Es decir, un mal necesario.
El golpe se había planeado tomando en cuenta el perfil de Xóchitl, muy similar al de Jeanine Áñez, de Bolivia, o el de Dina Boluarte, de Perú. Ambas sucesoras por la fuerza de Evo Morales y Pedro Castillo, respectivamente. Sin embargo, al quedar Xóchitl en tercer lugar, le faltaría legitimidad –para que el aparato Judicial que empieza a mostrar sus dotes de sabotaje, los empresarios que unieron tres partidos contra Morena y sus aliados y los medios de comunicación añejos, que son el aparados de los planes de la derecha–, al momento de asestar el golpe.
Lo que parecía convertirse en un juego electoral similar al de Estados Unidos se refresca con la presencia de una tercera instancia que ni es de derecha ni de izquierda sino todo lo contrario. Lo sucedido en Nuevo león puede ser un aviso de lo que puede sucederle a la próxima presidenta de Morena, donde puede ser removida teniendo como sustituta a Xóchitl Gálvez. Por ello la insistencia del PRI de otorgarle una senaduría a la candidata que obtenga el segundo lugar en las elecciones, pero esta vez podría ser candidato, en la persona de Samuel García, quien es más difícil que se preste a encabezar un golpe de Estado.
En Nuevo León, Samuel García tendrá un permiso del 2 de diciembre al día de las elecciones, el 2 de junio. En su lugar queda el presidente del Tribunal Superior de Justicia del estado, Arturo Salinas, de filiación panista. A nivel federal se hubiera quedado Norma Piña en lugar de Andrés Manuel López Obrador. Es un ensayo que podría convertiré en un pronóstico fatal para nuestra democracia. Pero ante el cúmulo de señalamientos y la brusquedad que implicaba un golpe suave, la iniciativa de darle automáticamente, una senaduría al segundo lugar en las elecciones federales, haría más aterciopelado el golpe suave.
La llegada de Movimiento Ciudadano sin más intención que concursar, con una autonomía que otorga personalidad propia, aunque no ideología definida, ante los electores, rechaza, de manera contundente esta posibilidad antidemocrática y antipopular del golpe que intenta rescatar los privilegios de los poderosos.
Sea quien fuere el candidato de MC, su simple existencia es un estorbo para el Frente, que cualquier factor que surja de aquí a las elecciones, hasta el vuelo de una mosca, puede hacerlos sucumbir ante su evidente fragilidad.
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